Ante el aumento de las tensiones en el Mediterráneo oriental, el secretario de Estado norteamericano inició una gira por Atenas y Chipre para acercar posturas entre Grecia y Turquía

Estados Unidos piensa en reubicar su base militar turca en Grecia

photo_camera REUTERS/Jim Young/Poola - El secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo

En medio de la tensión regional entre Grecia y Turquía con los recursos energéticos como centro del conflicto, Mike Pompeo, el secretario de Estado de Estados Unidos ha visitado Grecia y, según el diario británico The Times, Pompeo ha aprovechado esta visita para “explorar diferentes propuestas para reubicar activos estadounidenses clave de la base aérea de Incirlik en Turquía a Creta y al mismo tiempo, reforzar su presencia militar en el Mediterráneo oriental”.

Según el rotativo, muchos observadores vieron la visita del secretario de Estado como una indicación de que “la paciencia de Washington con las acciones del presidente turco Recep Tayyip Erdogan está a punto de agotarse”. Este viaje al país heleno se produce después de visitar Chipre, en un intento por parte de la Casa Blanca de acercar posturas entre Grecia y Turquía y de discutir la mejora de la cooperación militar con Atenas con las compras de armas que compensen años de recortes militares impuestos durante la década de crisis de la deuda del país. El Gobierno griego de Mitsotakis también ha planteado la posibilidad de prologar el servicio militar obligatorio, un gesto más ante un posible conflicto. 

Este impulso militar sigue a la campaña diplomática de Atenas que ha dado lugar a que Bruselas exprese su apoyo tanto a Grecia como a Chipre. A pesar de la posibilidad de solucionar el conflicto por la vía diplomática, los últimos movimientos del Ejército turco tanto en aguas del Egeo, como en la costa chipriota, ha hecho que Mitsotakis revelara la compra de armas y una revisión del Ejército griego.

El prospector naval turco, Oruç Reis

“Ha llegado el momento de reforzar las Fuerzas Armadas”, dijo. “Estas iniciativas constituyen un programa sólido que se convertirá en un escudo nacional”, dijo el primer ministro griego. Atenas adquirirá 18 aviones de combate Rafale de fabricación francesa, cuatro fragatas multiusos y cuatro helicópteros navales, nueve armas antitanques, torpederos navales y misiles de la fuerza aérea. También reclutará a 15.000 nuevos soldados y destinará recursos a la industria nacional de armas y la defensa contra ataques cibernéticos.

El senador estadounidense, Ron Johnson, que presiden el subcomité de Relaciones Exteriores del Senado para Europa, aseguró en el Washington Examiner que “no sabemos qué va a pasar con Incirlik”. Incirlik ha sido fundamental para las operaciones estratégicas de Estados Unidos en la región, como la retirada de las fuerzas norteamericanas de Afganistán e Irak, pero el deterioro de las relaciones entre Washington y Ankara ha puesto sobre la mesa la retirada de la presencia norteamericana de Turquía.

“Creo que, desde una postura defensiva, tenemos que mirar la realidad de la situación en la que el camino en el que está Erdogan no es bueno”, dijo Johnson. Estas declaraciones coinciden con los ejercicios de artillería naval que, durante el fin de semana ha llevado a cabo el Ejército turco frente a la costa de Sadrazamkoy, en el norte de Chipre, zona de la isla controlada por Ankara, pero no reconocida por la comunidad internacional.

Según el Centro de Coordinación de Rescate Conjunto de Chipre, que está colindante al Ministerio de Defensa, tildó de ilegal estos ejercicios ya que “viola la soberanía y los derechos soberanos de la República de Chipre”.

Desde que Turquía lanzara su prospector naval, el Oruç Reis, acompañado de barcos de guerra, el Mediterráneo oriental ha sido el centro de las tensiones para dos miembros de miembros de la Alianza del Atlántico Norte. Las disputas sobre las reservas de gas en la zona han acercado a los dos países vecinos a un conflicto bélico más que cualquier otro momento desde 1996, cuando ambos países estuvieron a punto de enfrentarse por un islote deshabitado en el mar Egeo.

Acercamiento de las posturas 

Aunque Erdogan anunció el regreso del Oruç Reis a aguas cercanas al sur de Turquía, una medida que Grecia definió como un “paso positivo”, días después Ankara extendió las operaciones de su buque de perforación de energía Yavuz en el área disputada frente a Chipre hasta el 12 de octubre, lo que Chipre denunció como una señal de que Ankara estaba expandiendo su “perforación ilegal”.

Ante esta situación, el Gobierno conservador del griego Kyriakos Mitsotakis presentó un plan de defensa de 6.800 millones de euros para adquirir nuevas armas antitanques, torpedos de la Armada y misiles de la fuerza aérea, según recoge el diario británico The Guardian. Hace unos días, el Ministerio de Relaciones Exteriores griego anunció la reanudación de las conversaciones exploratorias entre Ankara y Atenas para una resolución “diplomática” del conflicto, que desde 2016 llevaban estancadas.

Esto se produjo después de que, bajo la presión de la Unión Europa y Estados Unidos que han mostrado su apoyo a Grecia, Erdogan devolviera a su base al Oruç Reis. El presidente turco mantuvo conversaciones con el presidente del Consejo de la Unión Europea, Charles Michel, y con la canciller alemana, Angela Merkel, para huir de las sanciones que se pusieron sobre la mesa ante la actitud beligerante de Ankara.

Erdogan mostró su disposición a hablar con el primer ministro griego, para abordar las tensiones entre ambos países por los derechos marítimos en el Mediterráneo oriental. Chipre, en protesta por la presencia de dos barcos de exploración turcos en aguas de la isla dividida, mantiene su postura de que se impongan los castigos pertinentes a Turquía y bloqueó las acciones de la Unión Europea contra Bielorrusia por supuesto fraude electoral hasta que se cumplan sus demandas.

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