El Fórum Canario Saharaui reclama mayor control de las ayudas institucionales a fondo perdido en Tinduf

Consideramos que la rendición de cuentas es una obligación básica y necesaria en cualquier democracia seria que se precie de serlo. En España el acceso a ayudas cuantiosas de este tipo tiene sus requisitos, además del mecanismo de monitorización que corresponda en cada caso. Por norma general, en este país se controlan de forma rigurosa, pero existe una extraña y onerosa excepción: las ayudas que se envían al Sáhara
El Movimiento Saharaui por la Paz organizó la III Conferencia Internacional para el Diálogo y la Paz en el Sáhara Occidental - PHOTO/ATALAYAR
Ignacio Ortiz, miembro del Forum Canario Saharaui

En relación a la reciente noticia de la declaración institucional hecha por el Parlamento de La Rioja, haciendo suyo el texto emitido por los miembros de la ‘Ponencia Paz y Libertad en el Sáhara Occidental’ tras su participación en la conferencia anual de Intergrupos Parlamentarios por el Sáhara celebrada en Asturias, este Fórum Canario Saharaui quiere hacer constar lo siguiente:

Son muchas las cuestiones con las que discrepamos en relación al contenido de dicha declaración, como que tres años después de nuevo se insista soporíferamente en la “disconformidad con el cambio radical de posicionamiento del presidente del Gobierno de España respecto al Sáhara Occidental”. Queremos recordar que ese cambio de postura no solo es cosa española. Solo en la UE, son ya 20 de 27 países, con gobiernos de diferentes ideologías, los que han apoyado esta propuesta. Así como muchos otros países importantes. Por algo será.

Pero queremos centrarnos en una parte especialmente. Concretamente en el apartado de la declaración donde se solicita el aumento de apoyo económico, cooperación y ayuda humanitaria hacia la población saharaui. En ese sentido, consideramos que la rendición de cuentas es una obligación básica y necesaria en cualquier democracia seria que se precie de serlo. En España el acceso a ayudas cuantiosas de este tipo tiene sus requisitos, además del mecanismo de monitorización que corresponda en cada caso. Por norma general, en este país se controlan de forma rigurosa, pero existe una extraña y onerosa excepción: las ayudas que se envían al Sáhara.

Unas ayudas, ya sea monetaria o en especies, sobre las que una vez entregadas en destino apenas vuelve a saberse de ellas, su gestión o distribución. Creemos que resulta vergonzoso que se sigan entregando cuantiosas cantidades y material a fondo perdido a los gobernantes del Polisario que las gestionan, sin mayor control o monitorización que el ejercicio de fe que supone confiar en que se hará un buen uso de ellas, dando por hecho ingenuamente de que llegarán a quienes de verdad las necesitan, la población, con todo tipo de transparencia.

Cabe recordar a las instituciones (locales, autonómicas o nacionales) que actúan de esta manera con dinero público, que esta forma de proceder donde no se justifica fehacientemente como, cuando y a quien se han asignado los fondos una vez llegan a su destino, está muy alejada de los estándares básicos establecidos en cualquier administración respetable. Si aquí no está permitido hacerlo, resulta poco ético permitirlo igualmente a sabiendas de que esas ayudas puedan perderse por el camino o una vez entregadas. Dado que, como es obvio, el Polisario ni tiene ni se plantea ningún mecanismo de control al respecto. Ellos mandan, ellos deciden, ellos reparten bajo criterios arbitrarios nunca explicados. Y todo ello se hace sabiendo que hay precedentes de corrupción y desvíos de ayudas para lucro personal que invitan a ser cauteloso y fiscalizador al respecto:

  • En 2015, la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) de la Comisión Europea publicó un informe que acusaba al Frente Polisario de malversación y venta de ayuda humanitaria destinada a los refugiados saharauis en los campamentos de Tinduf. La investigación, que abarcó el período 2003-2007, reveló que parte de la ayuda alimentaria era desviada y vendida en mercados de Argelia, Mauritania y Mali. El informe detallaba cómo se sustraían cantidades significativas de alimentos antes de ser distribuidos a los refugiados. Aunque el informe de la OLAF no especifica una cantidad exacta defraudada, una denuncia posterior presentada ante la Fiscalía Anticorrupción española estimó que el fraude rondaría los 20 millones de euros.
  • La ausencia de rendición de cuentas por parte del Polisario y sus constantes “descuidos” van relacionados directamente con la petición del Consejo de Seguridad de la ONU a las organizaciones humanitarias en la administración de ayudas, y se vieron reflejados en la Resolución 2654 de octubre de 2022 relativa a la cuestión del Sáhara: “La entrega de ayuda humanitaria se debe realizar conforme a las buenas prácticas de la ONU”, debido al periódico y repetido desvío de dicha ayuda para lucro personal con la connivencia del Polisario. Un desvío confirmado en varios informes del Alto Comisionado para los Refugiados donde además se acusaba al Polisario de inflar artificialmente el número de refugiados para recibir más ayuda. Se niegan sistemáticamente a censar a la población, y las ayudas se otorgan en función de los datos poblacionales. Cuanta más población más ayuda, cuanta más ayuda, más desvío y, por ende, más corrupción.
  • Por otra parte, son infinitos los ejemplos que durante décadas se han sucedido en distintas administraciones españolas en relación a lo que pedimos en este comunicado. Por poner alguno: En 2010 se denunció en la ONU que iban a destinarse 10 millones de euros al Frente Polisario en concepto de “amejoramiento de los transportes públicos en los campamentos de Tinduf”. Repetimos, transportes públicos en Tinduf, 10 millones de euros en 10 años. En 2017 se entregó desde el Cabildo de Gran Canaria un millón de euros en gofio (alimento típico canario) en una polémica gestión ad hoc al Frente Polisario en concepto de ayuda humanitaria. Asimismo, el mes pasado, el Congreso de los Diputados aprobó una proposición no de ley de Sumar que insta al ala socialista del Ejecutivo a proporcionar un fondo extraordinario de ayuda humanitaria de 10 millones de euros hacia los campamentos de Tinduf. ¿Qué control hubo, hay o habrá sobre el uso de estos fondos?

Por último, no nos queremos olvidar de algo que, aunque reciente, sigue coleando y está indirectamente relacionado. Nos referimos a la factura de 45.658 euros que Brahim Ghali, líder supremo del Polisario, dejo impagada en el lugar donde salvaron su vida, el Hospital San Pedro de Logroño. Como dijimos en su momento, se trataba de un 'sinpa' de proporciones bíblicas cercano a los 50.000 euros que repercuten sobre los impuestos de todos los ciudadanos y que algunos políticos ocultaron deliberadamente.

Una estafa perpetrada contra el SERIS que consideramos inaceptable y una burla a la transparencia que debe regir en nuestras administraciones y sobre la que estamos poniendo el foco a lo largo de este comunicado. Este ejemplo de su mandamás, Brahim Ghali, es bastante revelador al respecto. Si hizo esto aquí, que no harán allí. Una cosa es la población que sufre víctima de los rigores y penurias de los campamentos, y otra su clase dirigente que campa a sus anchas sin faltarle de nada, y que de víctimas tienen poco. Y aquí no sabemos distinguir una cosa de la otra mientras seguimos mandando ayudas que a saber cómo, y si llegan, a los más necesitados, debido a la cantidad de manos por las que pasan.

Nuestra clase política, de un lado u otro del arco ideológico, obcecada en mantener tensiones y polémicas con nuestro vecino del sur, parece que mira para otro lado deliberadamente o peor aún, desconoce e incluso aprueba lo que ocurre en la frontera de al lado, la de la dictadura militar argelina y su protegido Frente Polisario.

Creemos que ya es hora de acabar con este doble rasero y exigir la misma observancia por igual a todos en cualquier materia. En el caso de este comunicado, prevenir la corrupción relacionada con el dinero y ayudas que de aquí parten hacia los campamentos de Tinduf.