Acompañada de 15 ministros y todavía más miembros del empresariado francés, la primera ministra de Macron, Elisabeth Borne, viajó este domingo 9 a Argelia. Se celebró allí la quinta cumbre del Comité Intergubernamental de Alto Nivel (CIHN por sus siglas en francés), un órgano de encuentro entre los Gobiernos de París y Argel puesto en marcha en 2013 para fomentar la cooperación entre los Estados de las dos orillas. El objetivo de este quinto encuentro fue el de concretar los 6 puntos de la Declaración de Argel, firmada el 27 de agosto durante la visita de Estado de Macron a la excolonia francesa.
En una rueda de prensa mantenida al margen de la celebración de estos encuentros, el primer ministro argelino, Aimene Benabderrahmane, aseguró que Francia y Argelia comparten una visión común en un gran número de dossiers regionales, entre ellos la situación en Libia. A este respecto, Benabderrahmane sostuvo frente a los medios que la cumbre franco-argelina permite trazar una hoja de ruta común en vistas a los objetivos de 2030. Junto con la lucha contra el terrorismo y la preocupación francesa en la región del Sahel, el dosier libio fue el principal tema de seguridad que los responsables abordaron.

En principio, tanto Argelia como Francia estarían de acuerdo en que la celebración de unas elecciones en Libia, tan seguras y fiables como sea posible, es necesaria para el país norteafricano. Ambos Gobiernos mantendrían un consenso en torno a las resoluciones de las Conferencias de Berlín (2021) en cuanto a la inviolabilidad de la integridad territorial libia. Por sus largas fronteras compartidas, Argelia es uno de los países que más preocupación muestra por la estabilidad en Libia. Para Argel, el desastre político en su país vecino se traduce en desplazados, refugiados y en una grave amenaza para su seguridad interna. El Gobierno de Tebboune intentó en 2021 posicionarse, sin éxito, como mediador entre el Gobierno de Unidad Nacional y el mariscal del Ejército Nacional Libio, Jalifa Haftar. Lamentablemente, Libia sigue cayendo en una espiral de violencia en sus grandes ciudades y sometida a sus crisis de gobernanza que enfrenta a dos autoridades paralelas.
Las declaraciones de Benabderrahmane sorprenden, pero podrían aliviar al bando de Haftar. Francia, junto con Emiratos Árabes Unidos, se posicionó desde el principio de la crisis libia como principal valedor internacional del mariscal de campo. En frente, las posiciones de otros actores internacionales cercanos a la organización islamista panárabe de los Hermanos Musulmanes, Turquía y Qatar. El mensaje del primer ministro argelino podría significar de aquí en adelante un mayor apoyo a los postulados franceses en Libia, que abogan por el abandono de la vía armada, mientras que Turquía mantiene un cerco militar alrededor de Trípoli.

Polos de desarrollo
Este quinto encuentro de alto nivel entre los Gobiernos dio lugar a la firma de hasta 12 convenios y memorandos de entendimiento entre Francia y Argelia. Los textos firmados articulan en detalle la cooperación suscrita en la Declaración de Argel de agosto. Los campos cubiertos por los acuerdos abarcan desde la educación primaria y superior hasta la agricultura, pasando por los encuentros empresariales o la reestructuración de una memoria común de entendimiento entre Francia y Argelia.
Un bache en el camino que recorren París y Argel sigue siendo el tema de la circulación regulada de personas entre los dos países. Una crisis estalló entre ambos Gobiernos por la reducción al 50% de la emisión de visados franceses a los ciudadanos argelinos, mientras que París acusó a sus socios magrebíes de no aceptar las devoluciones de aquellos argelinos expulsados del territorio por la justicia gala.

Si el gas era también uno de los platos fuertes que se esperaban para esta cumbre, el Hotel de Matignon, cuartel de la jefatura de Gobierno francesa, arrojó un cubo de agua fría ante las especulaciones de grandes progresos en este dosier, si bien un nutrido grupo de representantes de las empresas energéticas se reunieron en Argel junto con las autoridades de los Gobiernos.