Una nueva diplomacia rusa orientada al desarrollo socioeconómico sostenible, financiero, tecnológico digital, turístico, cultural y zonas verdes que consolide la cooperación entre España y Rusia, fortaleciendo la influencia de ambas naciones, es el firme propósito del Gobierno de Moscú, quien ha abierto la posibilidad, en estos días, de brindar su apoyo al país europeo en materia de cultura, arte, patrimonio histórico-cultural y científico. “La cultura es nuestra área prioritaria de actuación, además de uno de los lenguajes más fuertes para el que no existen restricciones”, así iniciaba un encuentro con esta corresponsal, Sergey Sarymov, director de Casa Rusa en España, tras la celebración de varias sesiones plenarias, llevadas a cabo por autoridades rusas destacadas en el Real Círculo Artístico de Barcelona. Las diferentes mesas redondas han puesto sobre la mesa el futuro desarrollo de la colaboración exterior económica, científica y humanitaria entre las ciudades de Moscú y Barcelona, primeramente, con la idea de intercambiar las mejores de las prácticas en un entorno urbano sostenible, dadas las condiciones de la “nueva realidad”.
Para el que también es primer secretario de la Embajada de la Federación de Rusia en el Reino de España, existen relaciones sólidas y fructíferas entre ambos países y se profundizan cada año, siendo la cultura la base sobre la que se va a construir ahora y en gran medida, un soporte fructuoso entre los dos países. “Actualmente estamos trabajando en grandes proyectos en España de cara al nuevo año 2022, gracias a los cuales la cooperación cultural alcanzará un nuevo nivel”, apostillaba Sergey Sarymov.
Para el director de Casa Rusa en España, se percibe un creciente interés entre los ciudadanos españoles por la cultura y el idioma ruso, así como el interés de los rusos por la cultura y la historia de España. Eventos culturales como el que han tenido lugar en Barcelona demuestran claramente que los dos pueblos están más próximos de lo que parece. “Se pueden hablar diferentes idiomas y manifestar posturas distintas, pero, para entenderse, qué mejor aliado que la cultura y por ello la vamos a potenciar”. Ciertamente, a través de una nueva diplomacia rusa y ante la existencia de todo un crisol de áreas en las que colaborar, ambas naciones podrán desarrollar y apostar por nuevos negocios. Incluso, colaborar para promocionar un nuevo pacto verde global, si fuera posible.
Por su parte, Elmira Sherbakova, presidenta del Consejo sobre Colaboración Cultural Internacional de la Asamblea de los Pueblos de Eurasia, ha realizado una exposición de motivos, con una mirada ilusionada en este nuevo año de recuperación, para clausurar la última sesión plenaria sobre el intercambio de lecciones aprendidas en el ámbito de la etapa postCOVID, de la que se desprende que urge superar las dificultades para dar rumbo a una nueva dirección de trabajo. Ambas ciudades, junto a Madrid, son emblemáticas al hacer esfuerzos inusitados por conservar sus propios legados culturales, económicos y deportivos.
Toda una muestra de fotografías de Picasso alberga el Real Círculo de Barcelona, en la que se aprecia instantáneas de su vida cotidiana, dentro del proceso creativo en sus obras. “Esta muestra inédita del gran artista pudiera ser trasladada al museo de San Petersburgo”, según ha revelado Sherbakova ante la prensa internacional. Por lo visto, eventos como éste han permitido un diálogo fructífero para trasladar la exposición de las fotografías de Picasso, expuestas en el Real Círculo Artístico de Barcelona, al Museo estatal del Hermitage. “Nos encontramos a una ciudad de Barcelona con un atractivo cultural sin límites, muy vivo, en movimiento, igual que en la ciudad de Moscú”, ha apostillado la que también es presidenta del Fondo Paz y Armonía, directora del Festival las Temporadas Culturales, Elmira Sherbakova.
Según Pau Solanilla Franco, comisionado de Promoción de la ciudad de Barcelona, (Reputation & Economic Diplomacy) al que ha tenido acceso esta corresponsal, una actividad como la desplegada en Barcelona en estos días navideños (bailes “Cosacos” del folclore tradicional ruso y coreografía de espadas junto con la degustación de una exquisita gastronomía, amenizada por un de los Deejay rusos más famosos del momento) reafirma una relación ya consolidada, dado que Moscú y Barcelona pertenecen al Grupo C40. “La relación entre Barcelona y Moscú está muy afianzada. Participamos en la red de ciudades como elementos integradores del Grupo C40 (un total de 40 ciudades unidades contra el cambio climático), incluso somos miembros de la Asociación de Ciudades Olímpicas, compartiendo membresía en sede olímpica”.
El Grupo C40, -explicaba a esta periodista Solanilla Franco-, que vela por la reducción de emisiones responsables del calentamiento global a la atmósfera, es una red que reúne a algunas de las grandes metrópolis de todo el mundo, con el objetivo de liderar, con medidas climáticas, el camino hacia un futuro más saludable y sostenible. En este mismo orden de asuntos, el Comisionado de Promoción de la ciudad de Barcelona Solanilla Franco ha anunciado a esta corresponsal que el objetivo de establecer nuevas alianzas comerciales respetará las dinámicas específicas de cada país y llevarán la internacionalización de cada empresa a una nueva dimensión, lo que permitirá favorecer el intercambio de la industria creativa, la economía digital y la atracción inversora.
Carmen Chamorro García, directiva del CIP y ACPE y diplomada de Relaciones Internacionales por SEI