El pasado 25 de enero tuvo lugar en Estambul el primer encuentro entre diplomáticos griegos y turcos, para abordar la disputa sobre las exploraciones turcas de hidrocarburos en el Mediterráneo oriental, reactivando un diálogo que se encontraba bloqueado desde 2016.
Aunque las partes expresaron su “optimismo” y “esperanza” y elogiaron el “ambiente positivo”, la reunión no dejó grandes avances. Y es que ni si quiera se pusieron de acuerdo en los temas a tratar. Grecia tan sólo quería dialogar sobre la delimitación de la plataforma continental de sus islas en el mar Egeo, mientras que Turquía quería ampliar las conversaciones para definir las zonas económicas exclusivas y el espacio aéreo de los dos países.
A pesar de que durante la anterior ronda de conversaciones no se llegara a un punto en común, ambos países parecen dispuestos a seguir negociando y han anunciado que volverán a reunirse el 16 de marzo en Atenas para intentar resolver su disputa sobre la exploración de hidrocarburos en el Mediterráneo oriental, según anunció el miércoles el ministerio de Asuntos Exteriores griego.
Turquía lleva meses desafiando a Grecia enviando misiones de exploración de gas, provocando una crisis diplomática sin precedentes desde 1996, cuando los dos países de la OTAN estuvieron al borde del conflicto armado. En medio de la tensión de los meses pasados, Atenas decidió comprar 18 aviones de combate Rafale a Francia en respuesta a las provocaciones turcas.

Hasta que la Unión Europea no anunció sanciones contra Ankara, las autoridades turcas no han hecho por rebajar la tensión. Y es que en estos momentos la imposición de sanciones a Turquía podría ser muy dañino para su economía, estancada desde hace tiempo. De momento, en diciembre la UE aprobó sanciones dirigidas a funcionarios involucrados en las actividades de exploración en el Mediterráneo oriental.
El último enfrentamiento entre Grecia y Turquía ha tenido lugar hace poco más de un mes cuando el país euroasiático anunció que volvería a realizar inspecciones en aguas en disputa, en esta ocasión, en el mar Egeo.
La marina turca hizo público un comunicado donde se establecía que el buque de investigación “Cesme” realizaría un estudio hidrográfico desde el 18 de febrero hasta el 2 de marzo en una zona de aguas internacionales en la que tanto Grecia como Turquía comparten intereses. Por su parte, Grecia expresó su desaprobación y dirigió una carta a la Embajada de Turquía en Atenas y al ministerio de Asuntos Exteriores turco en Ankara denunciado esta nueva expedición.

Esta nueva incursión turca tenía lugar días después de que los países mediterráneos y árabes, entre los que se encontraban Grecia y Chipre, celebraran un “Foro de la Amistad” al que Turquía no fue invitada.
Esta 62ª sesión de las conversaciones exploratorias, que tiene previsto celebrarse el próximo 16 de marzo, supone un nuevo punto de encuentro para ambos países, aunque no se esperan grandes avances en el terreno político.