Human Rights Watch acusa a los yihadistas de torturar a menores kurdos

Por Samira Maaluf
Foto: Una niña kurda en un campamento de refugiados.
 
La ONG defensora de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) acusó a los terroristas del Estado Islámico (EI) que actúan en Irak y Siria de torturar y maltratar a niños y adolescentes kurdos entre 14 y 16 años que fueron secuestrados en la ciudad siria de Kobane. Esta gran urbe del norte del país muy cercana a Turquía está poblada mayoritariamente por kurdos. Desde hace varias semanas, la resistencia kurda combate a los yihadistas del EI en Kobane. La fortaleza de los rebeldes kurdos y los ataques aéreos de la coalición internacional capitaneada por Washington, han impedido que los yihadistas se hicieran con el control de Kobane, que se ha convertido en un símbolo de la lucha contra el EI. HRW denunció  que al menos 153  kurdos menores de edad fueron secuestrados el pasado mes  mayo cuando se dirigían hacia Kobane. El  Estado Islámico  fue liberando progresivamente a estos rehenes -los últimos 25 el pasado 29 de octubre- y ahora se encuentran en territorio turco. La ONG denunciante  entrevistó a cuatro de estas víctimas, que relataron cómo sus captores golpeaban a los niños cuando intentaban escapar, les obligaban a recibir clases sobre doctrina religiosa y les mostraban vídeos del EI en combate. Los yihadistas reprimían sin contemplaciones  cualquier tipo de mal comportamiento. “Los que no seguían el programa eran golpeados”, contó una de las víctimas, de 16 años. “Nos pegaban con una manguera verde o un cable gordo con electricidad” y “buscaban excusas para pegarnos aunque no hubiese motivo”, dijo este joven a HRW.  Los terroristas  dividieron a los menores en ocho grupos étnicos y posteriormente los repartieron en distintas clases en la escuela coránica donde permanecían recluidos. Sólo podían hablar de forma ocasional con sus padres -con visitas o mediante teléfono-, pero tenían prohibido hacerlo en kurdo.
 
Amenazas y coacciones
Las víctimas fueron chantajeadas y coaccionadas durante su cautiverio. El  Estado Islámico maltrató con especial dureza  a los niños de familias simpatizantes del Partido Unión Democrática (YPD), considerados infieles por los yihadistas. “Les pidieron que les diesen las direcciones de sus familias, primos, tíos, y les decían: 'cuándo vayamos a Kobane los cogeremos y les cortaremos'”, explicó un  chico de 15 años. Los cuatro menores contactados por HRW dijeron no saber los motivos exactos de su liberación. Los yihadistas les dijeron que ya habían completado su formación religiosa, les dieron 150 libras sirias (en torno a un dólar) y un DVD con material religioso. HRW  recordó que la toma de rehenes supone “un crimen de guerra” y advirtió de que se consideran casos de tortura los abusos tanto físicos como mentales para obtener información, castigar o intimidar a otras personas, algo que se habría dado en el caso de este secuestro masivo. El asesor especial para derechos de la infancia de HRW, Fred Abrahams, lamentó que “desde el principio de la revolución siria, los niños han sufrido los horrores de la detención y la tortura”, en una primera etapa por parte del régimen de Bashar al-Asad y ahora por el Estado Islámico. Abrahams señaló que, para acabar con los “abusos” cometidos por los yihadistas en las zonas bajo su control, los gobiernos árabes y occidentales deben atajar las vías de financiación y reclutamiento de este grupo terrorista  suní.
 
Conflicto palestino-israelí
Por otra parte, Amnistía Internacional (AI) acusó a Israel de “cruel indiferencia” hacia los civiles palestinos en una serie de ataques dirigidos contra viviendas en la Franja de Gaza que en algunos casos pueden ser catalogados como “crímenes de guerra” durante su última ofensiva contra el grupo islamista Hamás. En un informe centrado básicamente en las acciones del Ejército israelí, la organización de derechos humanos también acusa a Hamas y el resto de facciones armadas palestinas de “crímenes de guerra por lanzar indiscriminadamente miles de cohetes sobre Israel”.  “Las fuerzas israelíes han vulnerado abiertamente las leyes de la guerra al llevar a cabo una serie de ataques contra viviendas civiles mostrando una cruel indiferencia ante las matanzas que con ello provocaban”, denunció el director del Programa Regional para Oriente Próximo y el Norte de África de AI, Philip Luther. “El informe revela una pauta de ataques contra viviendas civiles por parte del Ejército israelí, que demuestra un espeluznante desprecio por las vidas de los civiles palestinos al no avisarles previamente ni darles oportunidad de huir”, añadió el responsable de la ONG.  Pero la violencia en el conflicto palestino-israelí tienen dos caras. En Israel, la Policía confirmó que el atropello cometido por un palestino de Jerusalén Este contra varios viandantes cerca del tranvía en el norte de la ciudad fue intencionado y resultó ser una copia del atentado que hace dos semanas provocó la muerte de un bebé israelí de tres meses y una joven ecuatoriana a manos del palestino Abed Al Rahman. Esta vez, después de atropellar con un vehículo a varias personas,  el agresor salió con una barra de hierro para agredir a la gente antes de ser abatido por policías presentes en el lugar.

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