Impulso de Estados Unidos al Sáhara marroquí

La renovación del reconocimiento estadounidense de la marroquinidad del Sáhara: un mensaje internacional contundente y un dilema diplomático para Argelia
<p>Fotografía de archivo, el embajador de EE. UU. en Marruecos, David T. Fischer, habla con los medios a su llegada a Dajla, Sáhara Occidental administrado por Marruecos, el domingo 10 de enero de 2021 - AP/NOUDERLINE ABAKCHOU&nbsp;</p>
Fotografía de archivo, el embajador de EE. UU. en Marruecos, David T. Fischer, habla con los medios a su llegada a Dajla, Sáhara Occidental administrado por Marruecos, el domingo 10 de enero de 2021 - AP/NOUDERLINE ABAKCHOU 

La renovación por parte de los Estados Unidos de América de su reconocimiento explícito de la soberanía del Reino de Marruecos sobre sus provincias del sur constituye un apoyo de gran peso al más alto nivel internacional a la propuesta de autonomía como la única solución posible a un conflicto artificial que se ha prolongado durante demasiado tiempo. 

Esta postura renovada refleja la posición clara y constante de Washington, y confirma la legitimidad histórica, jurídica y política de Marruecos sobre su Sáhara, que no admite ninguna disputa ni regional ni internacional.

Esta posición estadounidense representa una validación adicional de una realidad sobre el terreno que no se puede negar, y es también un indicio del creciente respaldo internacional a la propuesta marroquí, caracterizada por su seriedad y realismo.

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Banderas de Marruecos - Depositphotos

Esta postura renovada de Estados Unidos constituye un mensaje fuerte dirigido a los enemigos de la integridad territorial del Reino, encabezados por Argelia y su creación, el grupo terrorista del Frente Polisario. 

Argelia, impulsada por estrechos cálculos ideológicos, se opone a la lógica de la legalidad, la historia y la geografía, y su diplomacia no ha sido capaz ni siquiera de utilizar un lenguaje adecuado en sus comunicados y discursos, recurriendo únicamente a la palabra “lamenta” para expresar su descontento ante la reiteración de la posición firme de Estados Unidos respecto a la cuestión del Sáhara marroquí.

Cabe señalar que el discurso diplomático, según la costumbre internacional, está sujeto a técnicas de redacción precisas que tienen en cuenta la prudencia y la objetividad, en conformidad con lo que establece la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, que estableció un marco general para el respeto de la soberanía nacional y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados. 

Desde esta perspectiva, el uso del término “lamenta” se entiende, en el lenguaje diplomático, como una admisión de responsabilidad o reconocimiento de un error. Es, por tanto, una confesión implícita del fracaso de la diplomacia argelina y de la exposición de sus mentiras ante las grandes potencias. 

Bandera marroquí en la ciudad de Dajla - PHOTO/ARCHIVO
Bandera marroquí en la ciudad de Dajla - PHOTO/ARCHIVO

De hecho, se trata de una expresión que entra dentro de lo que se conoce como diplomacia lingüística, que exige precaución en el uso de expresiones simbólicas y que requiere una formulación extremadamente precisa para evitar consecuencias legales y políticas.

Finalmente, este “lamento” expresado por Argelia no oculta su molestia ante el fortalecimiento del apoyo continuo de Estados Unidos a Marruecos, y refleja una confusión frente al cambio en el equilibrio del respaldo internacional a favor del Reino, lo que refuerza su posición política y debilita las tesis de los adversarios de la unidad territorial del Reino.

Lahoucine Bekkar Sbaai, abogado en el Colegio de Abogados ante los Tribunales de Apelación de Agadir y El Aaiún e investigador en migración y derechos humanos

Traducción del árabe por: Abdessamad Benyaich