Argelia opta por la cautela ante Estados Unidos respecto al conflicto del Sáhara Occidental

A diferencia de la retórica combativa con Francia y España, Argel adopta un tono contenido frente al respaldo estadounidense a la soberanía marroquí sobre el Sáhara, marcando un cambio en su política exterior
Abdelmadjid Tebboune, presidente de Argelia, y Ahmed Fattah, ministro de Asuntos Exteriores de Argelia durante la 38 cumbre del Consejo Africano de Paz y Seguridad de la región MENA - PHOTO/ MINISTERIO DE COMUNICACIÓN DE ARGELIA
Abdelmadjid Tebboune, presidente de Argelia, y Ahmed Fattah, ministro de Asuntos Exteriores de Argelia durante la 38 cumbre del Consejo Africano de Paz y Seguridad de la región MENA - PHOTO/ MINISTERIO DE COMUNICACIÓN DE ARGELIA

Argelia se encuentra en una encrucijada diplomática tras el firme respaldo de Estados Unidos a la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. En contraste con su respuesta severa hacia países europeos como España y Francia, que también apoyaron la propuesta de autonomía de Marruecos, Argel ha optado por un enfoque reservado frente a Washington, mostrando una clara diferencia de trato que pone en evidencia un cambio estratégico.

El giro comenzó con la administración Trump, cuando Estados Unidos consolidó su posición en favor del plan de autonomía marroquí, calificándolo como “serio, creíble y realista”. Esta postura fue reafirmada recientemente por el secretario de Estado Marco Rubio y el asesor de Seguridad Nacional Mike Waltz en una reunión con el ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Nasser Bourita. En ella, se dejó claro que Washington considera esta iniciativa como la única base viable para una solución duradera al conflicto.

A diferencia de su habitual reacción, como la retirada de embajadores o la suspensión de tratados tal como ocurrió con España tras su reconocimiento de la soberanía marroquí, Argelia se limitó a emitir un comunicado oficial en el que expresó su “pesar” por la posición estadounidense. Esta respuesta medida contrasta con los episodios de confrontación con países europeos, donde la diplomacia argelina no dudó en actuar con dureza.

El motivo de esta moderación se basa en el temor a un aislamiento aún mayor en el escenario internacional. Analistas como Rachid Lazraq, profesor de ciencias políticas en la Universidad Ibn Tofail, subrayan a Al-Arab que esta actitud revela la doble vara de la diplomacia argelina, que evita un enfrentamiento directo con Estados Unidos para no quedar marginada regionalmente.

Además, el régimen argelino ha buscado desde hace años un acercamiento estratégico con Washington. Durante la presidencia de Trump, Argelia ofreció cooperación militar, acuerdos de armas y acceso a sus abundantes recursos minerales como parte de un intento por influir en la postura estadounidense respecto al Sáhara Occidental.

El secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio - REUTERS/ ELIZABETH FRANTZ
El secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio - REUTERS/ ELIZABETH FRANTZ

El embajador argelino en Washington, Sabri Boukadoum, incluso declaró en marzo que su país estaba dispuesto a dialogar en todos los frentes, especialmente en áreas de seguridad, inteligencia marítima, operaciones de rescate y lucha contra el terrorismo en el Sahel.

Esta estrategia de aproximación, sin embargo, no ha dado los frutos esperados. La posición de Estados Unidos se ha mantenido firme y coherente, alineándose con la visión marroquí desde el primer mandato de Trump. Ante ello, Argelia se ve obligada a adoptar un tono diplomático frío, sin la retórica agresiva utilizada anteriormente, en un intento por salvar las apariencias ante su opinión pública y evitar choques con una potencia decisiva en el escenario internacional.

Mohammed Al-Tayyar, experto marroquí en seguridad y estudios estratégicos, destacó al medio que este lenguaje mesurado nunca antes se había utilizado por parte de Argelia en asuntos relacionados con el Sáhara, lo cual confirma que el temor a un deterioro de las relaciones con Washington ha moderado sustancialmente su discurso.

Ahmed Attaf, Ministro de Asuntos Exteriores de Argelia - REUTERS/ EDUARDO MUÑOZ
Ahmed Attaf, Ministro de Asuntos Exteriores de Argelia - REUTERS/ EDUARDO MUÑOZ

El reconocimiento explícito de la soberanía marroquí por parte de Estados Unidos, justo días antes de una sesión clave del Consejo de Seguridad sobre el Sáhara Occidental, ha intensificado el aislamiento diplomático de Argelia, que ya enfrenta crecientes críticas internas y externas por su postura inflexible y su incapacidad de adaptarse a un nuevo equilibrio geopolítico en la región.

Mientras Argelia se enfrenta a un entorno internacional cada vez más adverso, su giro hacia la moderación frente a Washington podría marcar un nuevo capítulo en su política exterior, aunque también pone de manifiesto la pérdida de influencia en el tablero diplomático del norte de África, así como en el Sahel, donde debe hacer frente a varias crisis diplomáticas con los países de la región.