Marruecos prepara un nuevo código electoral para recuperar la confianza de los votantes

Las elecciones de 2026 constituyen una prueba de credibilidad democrática para Marruecos, que quiere recuperar la confianza mediante un nuevo código electoral 
<p>Ministro del Interior marroquí, Abdelouafi Laftit - PHOTO/MAP</p>
Ministro del Interior marroquí, Abdelouafi Laftit - PHOTO/MAP
  1. Nuevo código electoral 
  2. Una necesidad democrática 
  3. Un pacto de confianza 

La cita electoral de septiembre de 2026 es un momento clave en la historia político-democrática de Marruecos, que marcará la escena política del país en los próximos cinco años. Por ello, el estado quiere consolidar el sistema democrático del país y proteger la credibilidad de un proceso electoral que traduce la voluntad popular y vela por el interés público. 

Nuevo código electoral 

Ante unos comicios que la prensa marroquí ha calificado como “un momento de inflexión institucional”, los preparativos han comenzado ya con el lanzamiento de las consultas entre los partidos políticos y el Ministerio de Interior para llegar a un nuevo código electoral capaz de recuperar la confianza de electores marroquíes. 

Tras varias reuniones con los dirigentes de los partidos políticos, el ministro de Interior Abdelouafi Laftit pidió a los partidos que presentaran sus propuestas relativas al sistema electoral antes de finales de agosto, con vistas a establecer un consenso legislativo antes de la sesión parlamentaria de otoño relativa a la preparación de las próximas elecciones legislativas 

En el discurso real con ocasión del 26º aniversario de su ascensión al Trono, Mohamed VI instó a elaborar un marco global de codificación electoral estable, coherente y duradero que estructura eficientemente el proceso electoral, dando margen a los ajustes técnicos ocasionales. 

Por su parte, Laftit invitó a los partidos políticos a presentar sus propuestas de revisión del marco electoral, destacando dos preocupaciones esenciales: aumentar la participación de los ciudadanos y atraer a élites jóvenes y competentes. 

Fachada principal del Parlamento de Marruecos en Rabat - <a  data-cke-saved-href="https://depositphotos.com/es/?/" href="https://depositphotos.com/es/?/">Depositphotos</a>
Fachada principal del Parlamento de Marruecos en Rabat - Depositphotos

Una necesidad democrática 

Como país en pleno desarrollo y continua mejora de sus infraestructuras y capacidades, Marruecos no duda en actualizar su codificación electoral, al considerarlo una necesidad democrática que conservará su credibilidad internacional y recuperará la confianza de la población en las elecciones. 

Este nuevo código electoral tendrá que abordar cuestiones recurrentes como la participación de los marroquíes residentes en el extranjero, los métodos de votación, las fronteras electorales, el equilibrio entre zonas rurales y urbanas, el registro electoral y los procedimientos de votación conforme a las normas internacionales. 

Se trata de una necesidad que permitirá a Marruecos estar a la altura de los países democráticos. De hecho, el mensaje del soberano marroquí transmitió un alto nivel de ambición nacional que pretende hacer de esta reforma electoral una auténtica democratización del campo político. 

El discurso real hizo también un diagnóstico preciso de la economía y la política en Marruecos, aclarando que, a pesar del crecimiento que experimenta el país, se detectan muchos fallos en la distribución de los frutos del desarrollo. Así que la primera dimensión de la necesidad electoral es el desafío de remediar esta injusticia a través de una élite política capaz de acompañar las transformaciones, armonizar las velocidades de desarrollo entre las regiones y reducir las disparidades. 

Además, la credibilidad del proceso electoral se considera vital para la imagen de Marruecos en el extranjero. 

Las próximas elecciones representan una oportunidad para reforzar el estado democrático y de Derecho y constituirán un avance más en la consolidación de la legitimidad de la iniciativa de autonomía marroquí como solución del conflicto del Sáhara Occidental. 

Aficionados de la selección de fútbol de Marruecos - PHOTO/REUTERS/HANNAH MCKAY
Imagen de ciudadanos marroquíes - PHOTO/REUTERS/HANNAH MCKAY

Un pacto de confianza 

La adopción de un nuevo código electoral busca luchar contra fenómenos como el paracaidismo clientelista, la compra de votos y la elección de los candidatos sin tener en cuenta su competencia y representatividad real, entre otras prácticas susceptibles de debilitar la credibilidad del proceso electoral. 

Para mejorar realmente el proceso electoral en Marruecos, recuperar la confianza nacional, reducir el número de zonas grises y consolidar la aplicación de los valores éticos de las elecciones, el país norteafricano tiene que tomar medidas concretas como la digitalización de los procedimientos de registro, la transmisión en línea de los resultados, la posible supervisión en tiempo real del recuento de votos y un mayor acceso a observadores independientes nacionales e internacionales. 

A fin de aumentar la credibilidad del proceso, hay que acompañar la transparencia con un compromiso político claro que respete la letra y el espíritu del Código, incluso cuando no convenga a los propios intereses partidistas. 

Entre los temas tratados para formular el nuevo código electoral se encuentran la actualización del censo electoral, la moralización y transparencia del proceso electoral, la participación de las mujeres y los jóvenes, la financiación y regulación de las campañas, además de las reformas de los límites electorales basadas en las últimas cifras del censo de 2024. 

Todos los partidos políticos marroquíes han considerado la iniciativa del proyecto de código electoral como una señal positiva de renovación y diálogo responsable y constructivo. Cada uno de ellos tendrá que presentar sus propuestas concretas acerca de cuestiones como los límites electorales, los sistemas de votación y la financiación de las campañas.  

Las propuestas y contribuciones de los partidos alimentarán el proyecto de reforma que se presentará durante la sesión parlamentaria de otoño, para adoptar la legislación a finales de año.