Las protestas extendidas en Irán, lejos de terminar, no dejan de aumentar a medida que pasan los días. Es la primera vez en cuatro décadas que el régimen autoritario de Jamenei se ve en una situación tan complicada. En anteriores ocasiones, la represión y el aumento de la violencia por parte de las autoridades había servido al Gobierno para acallar las críticas, pero, en esta ocasión, ha sido Teherán quien ha tenido que dar marcha atrás aboliendo la Policía de la Moral, la fuerza que detuvo a Mahsa Amini, cuya muerte por llevar mal colocado el velo marcó el inicio de las manifestaciones en Irán.

Mohamad Yafar Montazerí, fiscal general iraní, justifica la decisión asegurando que “no tiene nada que ver con el Poder Judicial”. La desaparición de Policía de la Moral no significa que Irán vaya a dejar de imponer la vestimenta a las mujeres de su país. El propio Montazerí ha dicho que este aspecto sigue siendo muy importante, destacando la ciudad santa de Qom, situada al sur de la capital. Asegura que “el mal hiyab es una de las principales preocupaciones del poder judicial, así como de nuestra sociedad revolucionaria”.
Por otro lado, el fiscal general argumenta que “la acción judicial es el último recurso y las medidas culturales anteceden a cualquier otra”. Y, además, ha anunciado que se está trabajando en una modificación de la ley sobre el uso obligatorio del velo islámico, aunque, de momento, no ha especificado en qué consistirá el cambio. Éste se está llevando a cabo por el Parlamento iraní y un organismo especial encabezado por el presidente Ebrahim Raisí. El Gobierno se ha visto obligado a ceder ante las continuas protestas y la condena de la comunidad internacional a revisar el texto que dio pie al arresto de la joven Amini.

El anuncio de la abolición de la policía de la moral no convence a la sociedad iraní ni a activistas internacionales que apuntan a un cambio de nombre en vez de una desaparición real de esta fuerza. “La República Islámica ha cambiado el nombre de la policía de la moral para evitar la presión de la opinión pública internacional”, creen algunos, desconfiando del anuncio de Montazerí que lo defendía diciendo que “la policía de la moral ha sido desmantelada por la misma gente que la creó”.
To lift world's public opinion pressure, the IR changes name of the "Morality Police". However, Iranian women & girls are still beaten, imprisoned or killed like #MahsaAmini for mandatory dress code. Don't let the IR fool you with lies and be Iranian's voice.#IranRevolution @UN
— راوی انقلاب (@ravii_enqelab) December 4, 2022
Las protestas en las calles de Teherán han dejado 448 fallecidos – la versión oficial del régimen deja el número en 300 –, según datos de la Organización de Derechos Humanos de Irán (IHR), como consecuencia de la represión de las fuerzas de seguridad iraníes. La región de Sistán y Baluchistán – una de las más conservadoras del país, poblada mayoritariamente por sunitas – es donde la situación es más inestable acumulando 128 muertos tan sólo en esta zona, siendo la mitad de ellos menores de 18 años y 30 de ellas mujeres.