Joe Biden, el presidente de Estados Unidos, ha firmado una orden ejecutiva para descongelar siete mil millones de dólares en activos paralizados del Banco Central de Afganistán. Esta orden se realiza con el fin de proteger parte de los siete mil millones del Banco Central en Estados Unidos.
De estos, 3500 millones irán destinados a solucionar numerosas causas en curso de las víctimas del terrorismo – incluidas las familias afectadas por el 11-S -. Mientras que los otros 3500 millones serán destinados para hacer llegar ayuda humanitaria al país centroasiático, el cual se encuentra asolado tras años de conflictos que culminaron con la victoria del movimiento talibán y con la suspensión total de las ayudas humanitarias internacionales acordadas con el derrotado Gobierno afgano.
Según informó la Casa Blanca, esta orden ayudará a "cubrir” las “urgentes necesidades de seguridad alimentaria, agua, saneamiento, salud, higiene, vivienda y asistencia para asentamientos, y asistencia relacionada con COVID-19". También, recalcó que este dinero no irá directamente a manos de los talibanes, sino que las autoridades estadounidenses entregarían diversas cantidades periódicas a distintas ONG internacionales.
El portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric, calificó de manera muy positiva la acción realizada por la administración Biden, y agregó que estaban muy “animados” por la liberación de activos congelados en Afganistán. Estas declaraciones no sorprenden, debido a que Naciones Unidas lleva bastante tiempo reclamando a todos los países la descongelación de activos en el país.

A pesar de las calificaciones positivas de la ONU, varios críticos han considerado la medida como un paso peligroso para el Banco Central de Afganistán. Pues este podría arrastrar al país asiático a una fuerte crisis bancaria y llevar a la población afgana a una mayor crisis humanitaria. El Dr. Shah Mohammad Mehrabi, miembro del directorio del banco y profesor de economía en Montgomery College en Maryland, definió la medida, en unas declaraciones para el New York Times, como una “visión miope” de la situación.
Momentos antes de que se hiciera pública la noticia, Mohamed Naim, portavoz de la oficina política de los talibán en Doha, calificaba la congelación de bienes afganos por parte de Estados Unidos como un acto que representaba “el nivel más bajo de depravación humana y moral al que puede llegar un país".
El país centroasiático se encuentra sumergido en una fuerte crisis humanitaria y económica desde hace décadas, y que se ha visto aumentada después de que los talibán tomaran Kabul. Según Naciones Unidas, el 97% de los afganos podría caer en la pobreza absoluta a mediados de 2022.
Dos periodistas internacionales fueron liberados el pasado 11 de febrero de 2022, unas horas antes de que se hiciera pública esta orden. Los profesionales de la información fueron detenidos mientras trabajaban en una misión para ACNUR.
La agencia de las Naciones Unidas de la ONU informaba sobre la buena noticia en un comunicado, “nos alivia confirmar la liberación en Kabul de los dos periodistas asignados por ACNUR y de los ciudadanos afganos que trabajan con ellos”.
Los periodistas eran Andrew North, un excorresponsal británico que había cubierto en numerosas ocasiones Afganistán para la BBC, y Peter Jouvenal, un profesional de la información retirado detenido en diciembre. Hoy en día, todavía se desconocen los motivos por los que ambos periodistas fueron encerrados. Sin embargo, la ONU ha alertado en numerosas ocasiones de la desaparición de periodistas desde que los talibanes tomaron Kabul.
Coordinador de América: José Antonio Sierra