La Unión Europea anunció 3.700 millones de euros

La conferencia de donantes de Siria recauda 5.300 millones de euros

REUTERS/JOHN THYS - El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell

Diez años después, la realidad en Siria es desesperante, la población ya no se muere por los bombardeos o por el uso de armas químicas, sino por el hambre. La libra siria ha caído a mínimos históricos, perdiendo casi el 99% de su valor, un dato que empeora las perspectivas de un país con una economía devastada por la guerra. La ONG Acción Contra el Hambre (ACH) advierte que 13,4 millones de personas, tres de cada cuatro sirios, necesitan ayuda humanitaria urgente.

Desde la Unión Europea y Naciones Unidas se ha querido impulsar la quinta Conferencia de Bruselas sobre "Apoyo al futuro de Siria y de la región", con el objetivo de recaudar la mayor cantidad de dinero posible para hacer frente a la grave crisis humanitaria que vive el país árabe. Pero de los 8.500 millones de euros que Bruselas había solicitado para asistir a las víctimas de una década de guerra en Siria, sólo se pudieron recabar unos 5.300 millones.

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La Unión Europea anunció 3.700 millones de euros, 1.120 millones de euros procedentes de la Comisión Europea y 2.600 millones de euros de los Estados miembros de la UE. La Unión Europea se conforma como el mayor donante con 24 900 millones de euros de ayuda humanitaria, de estabilización y de resiliencia movilizados colectivamente desde el inicio de la crisis en 2011.

A la cabeza de la ayuda humanitaria se sitúa Alemania que donará 1.700 millones de euros, mientras que otros países como Estados Unidos o Reino Unido han recortado de manera drástica su aportación. Londres, que ya había anunciado recortes en el porcentaje de fondos destinados a los sirios, prometió una cantidad todavía mucho inferior que la de Washington: 240 millones de euros, un tercio de lo donado en años anteriores.

El alto representante Josep Borrell declaró que: "Una década después de que los sirios salieran pacíficamente a las calles pidiendo libertad, justicia y perspectivas económicas, esas demandas siguen sin ser atendidas y el país está sumido en el caos. La UE y sus Estados miembros han sido el mayor proveedor de apoyo a los sirios durante los últimos diez años y siguen creyendo que son los sirios quienes deben decidir el futuro de su país. Un futuro en el que todos los sirios se sientan seguros, libres y tengan una vida digna. Con la Conferencia de Bruselas, la UE ha reunido una vez más a la comunidad internacional para reafirmar nuestro apoyo político y financiero a los sirios y a los países vecinos y a una solución política de la crisis."

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Desde 2017, las Conferencias de Bruselas sobre "Apoyo al futuro de Siria y de la región" han reunido a la comunidad internacional en apoyo de los esfuerzos de las Naciones Unidas en pro de una solución política del conflicto en consonancia con la Resolución 2254 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Han permitido a la comunidad de donantes comprometerse a prestar un apoyo humanitario y financiero vital a la población siria y a los países vecinos que acogen a los refugiados sirios. Además, las cinco conferencias han ofrecido una plataforma para reunir a los representantes de las organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil sirias, regionales e internacionales con los responsables políticos durante los "Días de Diálogo".

Aún así la conferencia de este año no ha conseguido el objetivo de llegar a 8.500 millones de euros que Bruselas había solicitado. La guerra siria es un conflicto que se ha eternizado en el tiempo y que muchos países ya no consideran una prioridad. Asimismo, es necesario sumar las dificultades actuales que muchos países donantes están experimentado como causa de la COVID-19.

Siria se adentra ya en su décimo año de conflicto, una guerra que deja cifras desgarradoras: más de 387.000 muertos, según datos del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), 5,6 millones de refugiados en el extranjero y alrededor de 6,7 millones de desplazados internos, según recoge Naciones Unidas (ONU).