La cumbre del G7 da el pistoletazo de salida a tres intensos días de reuniones donde los líderes de los siete países abordarán lo que ya se ha bautizado como las “3C”: COVID, Comercio y Clima. El presidente estadounidense, Joe Biden, ha generado grandes expectativas para esta cumbre donde se encontrará con los líderes de las economías más desarrolladas del mundo.
En la primera jornada de la cumbre del G7 se espera abordar la recuperación económica en el mundo postpandemia. Según recoge un comunicado de la Casa Blanca, “los líderes del G7 debatirán las formas de forjar una economía mundial más justa, sostenible e inclusiva que responda a los desafíos únicos de nuestro tiempo”. Estados Unidos, con el presidente Biden a la cabeza, ha dejado claro que ha vuelto a la senda del multilateralismo, dejando atrás los turbulentos años de la Administración Trump, caracterizada por el aislacionismo.

Entre las medidas a debatir para conseguir una recuperación económica “justa y sostenible” estaría el establecimiento de un impuesto mínimo global de sociedades que los ministros de Finanzas de este grupo acordaron la semana pasada en Londres. Estados Unidos considera “fundamental” esta medida y escenifica “el compromiso de la Administración Biden de construir un sistema fiscal global que sea equitativo”, señalan desde la Casa Blanca.
Washington recalca que este acuerdo “es una parte clave de nuestros esfuerzos para llevar a cabo una política exterior para la clase media, y ayudará a apoyar a las familias trabajadoras de todo el mundo”. Asimismo, durante la jornada de hoy se debatirá la eliminación de los impuestos sobre los servicios digitales (DST) y que afectará "a las grandes multinacionales en general, tanto nacionales como extranjeras, y no solo al sector tecnológico".

La cumbre ha sido bautizada con el nombre de “Reconstruir mejor”, lema elegido por Reino Unido, país que ostenta la presidencia rotatoria del G7 y por tanto anfitrión de una cumbre que lleva sin celebrarse de manera presencial más de dos años. Son muchos los factores que hacen de esta cumbre un evento especial: la nueva Administración estadounidense, el problema del brexit en Europa y una nueva configuración del mundo postpandemia. Es por ello que el COVID será otro de los temas a debatir durante el fin de semana.
El presidente estadounidense, Joe Biden, ya anunciaba antes de partir hacia su gira europea que Estados Unidos se compromete a donar 500 millones de vacunas. Por su parte, el primer ministro británico, Boris Johnson, en su encuentro durante el día de ayer con el presidente americano adelantaba que el Reino Unido donaría otros 100 millones de dosis. Ambos países esperan que el resto de líderes se sumen a esta iniciativa y que el G7 se comprometa a donar 1.000 millones de vacunas a países en desarrollo para avanzar en la inmunización global. Aunque como recoge la agencia de noticias Efe, la organización Amnistía Internacional (AI) ya ha avisado que el compromiso de donar mil millones de dosis de la vacuna contra la COVID-19, es solo "una gota en el océano" ante las necesidades globales.

Otro de los grandes temas es el clima, Joe Biden se ha erigido como gran defensor de las políticas medioambientales, de hecho, una de las principales medidas que tomó nada más pisar el despacho Oval fue reincorporar a Estados Unidos al Pacto de París, en su lucha contra la emergencia climática.
Da comienzo una cita de vital importancia en la que los líderes de las grandes economías del mundo se verán cara a cara después de más de dos años. Entre los mandatarios que asisten a esta cumbre estarán el presidente estadounidense Joe Biden y su homólogo francés Emmanuel Macron. También asistirán la canciller alemana Angela Merkel y el primer ministro canadiense Justin Trudeau. El primer ministro italiano, Mario Draghi, el japonés Yoshihide Suga y el primer ministro del país anfitrión, Boris Johnson. Asimismo, la Unión Europea (UE) estará representada por Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Entre los países no miembros invitados a la reunión de este año están India, Corea del Sur y Australia.

La cumbre del G7 puede suponer un nuevo orden económico mundial marcado por la pandemia. Los primeros resultados ya se están dando a conocer y es que la Casa Blanca ha hecho oficial un comunicado en el que anuncian la visita de Angela Merkel a Estados Unidos el próximo 15 de julio. Según el comunicado oficial ambos líderes hablarán de su compromiso de cooperar estrechamente en una serie de retos comunes, como poner fin a la pandemia del COVID-19, hacer frente a la amenaza del cambio climático y promover la prosperidad económica y la seguridad internacional sobre la base de nuestros valores democráticos compartidos.
El encuentro entre Angela Merkel y el presidente estadounidense se hace público momentos antes de que dé comienzo de manera oficial la cumbre del G7, y en un contexto de discrepancias entre ambos países por la construcción del gasoducto NordStream 2 que conectará Rusia con Alemania y que Estados Unidos considera como una amenaza. Desde Washington consideran que el gasoducto aumentaría la influencia rusa sobre Europa y afectaría de manera negativa tanto la seguridad energética del continente como el mercado del gas en Europa del Este.

Una cumbre que aún sin haberse iniciado ya empieza a dar sus frutos. El presidente estadounidense coloca a su país en la senda del multilateralismo y lo hace a lo grande con una gira europea maratoniana. Una vez finalizada la cumbre del G7 viajará hasta Bruselas donde tendrá lugar la reunión de la OTAN, así como una cumbre entre Estados Unidos y la Unión Europea. Finalmente, y como broche final a este intenso viaje tendrá lugar el encuentro más esperado entre el presidente ruso, Vladimir Putin y el mandatario estadounidense, Joe Biden.