La invasión rusa sobre Ucrania ha puesto sobre la mesa la importancia de las alianzas militares y las consecuencias que pueden traer estos actores a la hora de configurar un nuevo orden geopolítico. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha conseguido lo que pocos se esperaban: el descongelamiento de la OTAN y su reacción más allá de las condenas internacionales.
El aumento en el gasto de Defensa en países como Alemania, el envío de tropas a países fronterizos y las sanciones económicas han sido las principales medidas adoptadas por parte de la Organización, disposiciones que han dado un paso más allá en la historia de la OTAN y la han hecho despertar de su letargo.

Los ataques rusos han reabierto un debate que se mantenía adormecido. El aumento en gasto armamentístico, la necesidad de contar con un Ejército europeo, la relevancia internacional de la Unión Europea y la seguridad nuclear son los temas que ahora protagonizan los debates públicos y es que pocos se esperaban que Rusia decidiese atacar no ya a las regiones separatistas del Donbás, si no a la capital ucraniana.
Es por esto por los que no son pocos los que defienden el envío de tropas directamente a Ucrania, lo que supondría un ataque directo contra Rusia, mientras que otros piensan que esta situación pone en evidencia la necesidad de invertir en seguridad internacional a través del aumento presupuestario en Defensa. Medidas que, de no ser por la situación actual que atraviesa Europa, se habrían mantenido en un segundo o incluso tercer plano.

“Lo que pase en el futuro solo lo sabe Putin”, señalaba un militar español. Mientras que Occidente trata de medir sus reacciones y actúa con cautela ante cualquier paso que Moscú pueda interpretar como un ataque, Rusia no cesa sus ofensivas contra Ucrania y cada vez lanza agresiones más crueles que han dejado ya 636 civiles muertos, entre los que hay 85 niños, y 1.067 heridos, según la ONU.
Lo que se sabe de este futuro próximo es que todos los escenarios son posibles, incluso el de un ataque nuclear. A diferencia de los que creen que Rusia no va a sobrepasar las fronteras ucranianas, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, señala que los objetivos de Moscú “no se limitan a Ucrania”. Por este motivo desde la Alianza se decidió desplegar tropas “por tierra, mar y aire” a los países del Este con el fin de dar un mensaje claro a Moscú: la OTAN está comprometida con la defensa colectiva.

Esta medida difiere de la adoptada hace ocho años, cuando la OTAN evitó involucrarse en Ucrania después de que Rusia se anexionase Crimea en el año 2014 y apoyase a los separatistas prorrusos de Donbás y Lugansk. La Alianza tan solo se limitó a reprender a Moscú, algo muy diferente a la actual situación. Así, Stoltenberg recalca su condena hacia Rusia, lo que el define como “una agresión contra un estado europeo y soberano” por el que ha prometido dar una respuesta unida.
“La guerra del presidente Putin contra Ucrania ha hecho añicos la paz en Europa”, declaraba en una visita a una base militar en Letonia. Los ataques rusos “han sacudido el orden internacional y sigue cobrando un precio devastador al pueblo ucraniano”, afirmó.

Ese posible nuevo orden internacional ha empujado a que la OTAN tome partido y reforme los valores que unen a los países de la Alianza. Ya fue puesta a prueba tras la retirada de las tropas occidentales en Afganistán, donde se evidenció el malogro de Estados Unidos en el país. Ahora, Ucrania se ha convertido en un nuevo escenario en el que la Alianza tiene la oportunidad de adoptar políticas más contundentes en pro de la defensa de los valores occidentales.
Por otro lado, Rusia ha visto la expansión de la OTAN y de sus bases hacia el Este como una amenaza que hace peligrar la seguridad rusa y su esfera de influencia. Ante la cautela de la OTAN de no desatar un conflicto armado recordando que se trata de una Alianza política y militar de carácter defensivo, Moscú ha visto en su expansión una clara amenaza a su dominio regional e internacional. Sin embargo, en respuesta a las amenazas de Putin, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, señaló que Putin “había fracasado en su meta de dividir a Occidente”.

Algunos analistas señalan que, si la OTAN no da una respuesta seria a Putin, “el futuro de la Alianza estará en serias dudas”. Sin embargo, la OTAN ha respondido con medidas que no se llevaban a cabo desde la intervención de Kosovo en 1999, con la mayor movilización de tropas occidentales desde la incursión.
En este contexto, países como Finlandia o Suecia, están reconsiderando su neutralidad. Así, la primera ministra finlandesa, Sanna Marin, ha reabierto un debate exhaustivo sobre si el posible ingreso de Finlandia en la OTAN sería beneficioso para el país, algo que los finlandeses cada vez apoyan más.

Asimismo, sobre el futuro de la Alianza, antes de la invasión rusa, en el año 2016, el presidente francés, Emmanuel Macron, calificó la OTAN de “muerte cerebral” y argumentó la necesidad de aumentar las capacidades de la Unión Europea, algo en lo que Francia ya ha tomado la iniciativa.
De esta forma, la OTAN parece haber reaccionado ante una situación que pocos esperaban y que todavía parece estar lejos de acabar. Dependiendo de los acontecimientos que vayan discurriendo, la Alianza seguirá debatiendo sobre las medidas que más se pueden ajustar en ese camino por tratar de demostrar a nivel internacional que la OTAN todavía no ha muerto.

Todos los miembros de la OTAN mantienen un compromiso de intentar aumentar su gasto en Defensa hasta alcanzar el 2% de su PIB. En el año 2021, el presupuesto español destinado a Defensa fue del 1.02%, superando solamente a Luxemburgo con un 0.57%. Ante esta situación, el presidente de España, Pedro Sánchez, ha declarado sus intenciones de aumentar el presupuesto en Defensa en los próximos años.

“Debemos hacerlo”, declaraba. Su propuesta, ha explicado, se enmarcará en una serie de pactos que se llevaran a cabo con el resto de los grupos parlamentarios de cara a los presupuestos del próximo año, en los que se tratará de aprobar una “subida progresiva” del gasto hasta “cumplir” con el 2% del PIB. Sin embargo, muchos economistas son escépticos y realistas con esta medida y declaran que es “casi imposible alcanzar este presupuesto a corto plazo”.

En ese mismo año Grecia aportó el 3.82%, en cuanto a gasto proporcional, superando de esta forma a Estados Unidos, con un 3.52% de su PIB. Estos compromisos también han sido alcanzados por Croacia (2.79%), Estonia (2.28%), Letonia (2.27%), Polonia (2.1%), Lituania (2.03%), Rumania (2.02%) y Francia (2.01%). A estos datos se sumaría ahora Alemania, después de que el canciller alemán, Olaf Scholz, anunciase tras la invasión rusa el aumento del gasto en Defensa al 2% en el 2022, lo que se traduce en 50.000 millones de euros.