Emmanuel Macron o Jean-Luc Mélenchon. Ensemble! o la NUPES. Centro reformista o alianza de izquierdas. Estas son las opciones que tiene encima de la mesa el electorado francés para definir el camino que tomará su país en los próximos cinco años. Las posibilidades son variadas: el presidente revalida su mayoría absoluta y legisla con holgura, consigue una mayoría relativa que le exija pactar o pierde la mayoría y es obligado a gobernar en cohabitación. Solo falta una semana para conocer el resultado.
El primer ‘round’ electoral se lo llevó por la mínima Ensemble!, la plataforma del presidente Macron encabezada por la recién nombrada primera ministra Élisabeth Borne, que se impuso por la mínima a la Nueva Unión Popular Ecologista y Social (NUPES) de Mélenchon. La primera vuelta de las elecciones legislativas se decidió por poco más de 21.400 votos, según los datos del Ministerio del Interior, un margen ajustado que por momentos ni existió, arrojando un empate técnico.
La coalición de comunistas, ecologistas y socialistas obtuvo el 25,6% de los votos por el 25,75% de la formación centrista. En tercera posición quedó Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen con el 18,68% de los votos, un resultado que permitirá al partido ultraderechista contar por primera vez con grupo propio en la Asamblea Nacional desde 1986. Por detrás, en un alejado cuarto puesto, se situó la derecha tradicional de Les Républicains (LR) con el 10,4%. Aunque la sorpresa fue la eliminación a las primeras de cambio de Éric Zemmour, el polemista y candidato presidencial de extrema derecha que incendió la campaña de las presidenciales.

Pero la abstención fue la protagonista de la jornada. El 52,8% del electorado decidió no acudir a las urnas el domingo y provocó un récord abstencionista sin precedentes en la primera vuelta de unas elecciones legislativas en los últimos 60 años. "Se ha convertido, por desgracia, en la norma en todas las elecciones francesas, y no es un fenómeno nuevo", explica a Atalayar la profesora titular de francés y política de la Universidad de Northumbria, Ariane Bogain, que achaca el fenómeno al desinterés, a la desconfianza o al hartazgo respecto a la clase política o al sistema. "Entran en juego las circunstancias específicas de estas elecciones: una campaña floja y plana con poca relevancia en los medios de comunicación, una campaña que no interesó a los franceses", apunta.
Hace cinco años, en las legislativas de 2017, un recién elegido Macron y sus aliados se hicieron con una contundente mayoría absoluta en la Asamblea Nacional de 350 escaños tras vencer por una amplia diferencia a Le Pen en las presidenciales. Desde entonces, Macron ha gobernado sin cortapisas, contando desde 2020 con el respaldo de los 267 diputados de LREM!, 57 de MoDem y 22 de Agir Ensemble. Un rodillo en la Cámara baja que ha permitido al presidente legislar desde El Elíseo sin oposición.
En esta ocasión, la mayoría parlamentaria del recientemente reelegido presidente corre peligro. Las proyecciones de Ifop calculan una horquilla entre 275 y 310 diputados macronistas de cara a la segunda vuelta de las legislativas. El umbral de la mayoría absoluta se sitúa en los 289 escaños.
Por su parte, la NUPES se convertiría en el peor de los escenarios en la primera fuerza de oposición, una posición que hasta el momento ostentaba Les Républicains con 101 escaños. Según las primeras estimaciones, la plataforma liderada por Mélenchon podría obtener entre 180 y 210 diputados en la segunda vuelta, unas cifras que ponen en valor el empeño del candidato de La France Insoumise (LFI) en unir a las fuerzas de izquierda tras no pasar a la segunda vuelta de las presidenciales por la fragmentación del espacio político.
Mélenchon dejó clara su intención desde la reelección de Macron: ser primer ministro y obligar al presidente a gobernar en cohabitación. Un escenario que cuenta con los precedentes del conservador Jacques Chirac bajo la presidencia del socialista François Mitterrand y del socialista Lionel Jospin durante la presidencia del propio Chirac. "Hay que tener en cuenta que las circunstancias son muy diferentes de las anteriores elecciones parlamentarias. Es la primera vez que un presidente es reelegido fuera de un periodo de cohabitación. Hay un profundo sentimiento anti-Macron y esto podría llevar a los votantes a optar por impedir que tenga mayoría", indica Bogain, que no cree sin embargo que Mélenchon tenga posibilidades: "En 2017, a Macron se le pronosticaron entre 400 y 450 escaños y terminó con mucho menos. Así que, aunque poco probable en mi opinión, en teoría podría ocurrir".

Esta hipotética situación reduciría de forma considerable la autoridad ejecutiva del presidente Emmanuel Macron, sobre todo a nivel nacional, donde el primer ministro tendría la capacidad de aprobar leyes en caso de contar con una mayoría parlamentaria y no podría ser obligado a dimitir por el presidente. Macron, por su parte, preservaría las prerrogativas en materia de política exterior.
En caso de cohabitación, significaría que Macron "no dirigiría el país", sostiene la profesora titular de francés y política de la Universidad de Northumbria. "Todas las políticas serán las de NUPES y no hay nada que Macron pueda hacer al respecto. Las únicas áreas en las que podría influir son los asuntos exteriores y de defensa. Ambas son 'competencias compartidas' con el primer ministro". "Teniendo en cuenta las enormes diferencias entre Macron y Mélenchon en cuanto a la UE, la OTAN y Rusia, podríamos esperar grandes crisis. Si se produce una cohabitación, Macron se convertirá en el líder de la oposición, tratará de hacer todo lo posible para obstaculizar al primer ministro, y tratará de disolver la Asamblea Nacional si las condiciones son adecuadas", sentencia.
El sistema parlamentario de la V República es bicameral. Por una parte se encuentra el Senado, la Cámara alta; por otra, la Asamblea Nacional, la Cámara baja. Esta última es la institución que ostenta mayor poder para legislar y, sobre todo, para ejercer de contrapeso con el Ejecutivo. Solo la Asamblea tiene la potestad de hacer caer al Gobierno mediante moción de censura. Para elegir a sus inquilinos, el país queda dividido en 577 circunscripciones electorales en las cuales se lleva a cabo una elección mediante sufragio universal directo en la que gana el candidato con más votos en dos rondas.
"En teoría, una alianza centrista como Ensemble! está mejor posicionada en la segunda vuelta que los bloques radicales. Esto se debe a que puede acaparar el voto moderado, asustado por la extrema derecha o la izquierda radical. Así, podemos esperar que los votantes de la derecha republicana voten a Ensemble! en un duelo contra NUPES", sostiene Bogain. La experta vaticina que una alianza centrista puede actuar como baluarte contra los candidatos del lugar opuesto en el espectro político. "Por ejemplo, en un duelo entre Ensemble! y la extrema derecha, podemos esperar que los votantes de NUPES apoyen a Ensemble! Del mismo modo, en un duelo entre Ensemble! y NUPES, podemos esperar que los votantes de extrema derecha apoyen a Ensemble! para bloquear a la izquierda radical. Sin embargo, la teoría podría no ocurrir en la práctica".
"Espero que los votantes moderados acudan en masa a Ensemble!, pero los votantes de NUPES y de la extrema derecha podrían no comportarse como dice la teoría. Ambos podrían optar por la abstención", señala Bogain. "Los votantes de extrema derecha también podrían optar por apoyar a un candidato de NUPES para bloquear a Macron, porque muchos votantes de Reagrupamiento Nacional estarían de acuerdo con las políticas socioeconómicas propuestas por NUPES".
Minutos después de conocer los resultados, la cabeza visible de la NUPES compareció para llamar al pueblo a “desatar una oleada” de cara al segundo y definitivo asalto electoral previsto para el próximo domingo 19 de junio. “La formación presidencial está derrotada y deshecha”, sentenció un galvanizado Mélenchon, que consiguió unir para la causa en mayo al dividido Partido Socialista (PS) a pesar de las reticencias del núcleo más próximo al expresidente François Hollande.
Desde la sede de LFI, Mélenchon ha acusado este lunes ante los medios al ministro del Interior, Gérald Darmanin, por haber amañado los resultados. “Ejemplo de manipulación de los resultados. Jean-Hugues Ratenon es miembro del grupo LFI en la Asamblea desde hace 5 años. No es clasificado como ‘NUPES’ por Darmanin, sino como ‘izquierdas varias’. Quedó primero en el 5º circo de La Reunión”, tuiteó antes de proponer un debate a la primera ministra.
Marine Le Pen también pidió a sus militantes a abstenerse en aquellas circunscripciones donde pasaran a segunda vuelta un candidato macronista y otro izquierdista con el objetivo de evitar que el presidente revalide una mayoría absoluta. “Si se le deja, corremos el riesgo de entrar en un túnel durante los próximos cinco años, un túnel sin luz”, concluyó la heredera de la extrema derecha francesa.

Élisabeth Borne, la primera mujer en dirigir un Ejecutivo en Francia desde que lo hiciera la socialista Édith Cresson entre 1991 y 1992, salió en representación de Ensemble! para trasladar al electorado que la plataforma macronista es la única fuerza “con opciones de obtener una mayoría”. “Ante la situación del mundo, y la guerra a las puertas de Europa, no podemos asumir el riesgo de la inestabilidad y de las aproximaciones”, declaró la exministra de Trabajo, una aliada del presidente de primera hora.
“Frente a los extremos, no cederemos nada, ni de un lado ni del otro”, sentenció Borne, manifestando la nueva postura oficial del macronismo de cara a la segunda vuelta. No hay una consigna definida, sino que la dirección nacional de Ensemble! valorará a qué formación apoyar en la segunda vuelta en los casos en los que los candidatos sean de Reagrupación Nacional de Le Pen y la NUPES, sino que se tomará una decisión “caso por caso”.
"La estrategia que han utilizado Ensemble! y Macron en las últimas semanas es la demonización de NUPES para intentar atraer a los votantes moderados", sostiene Bogain. "Quieren presentar a NUPES como algo peligroso, una receta para el desastre económico, etc. Sin embargo, poner a NUPES y a la ultraderecha al mismo nivel es un error porque a) legitima a la ultraderecha y b) contradice lo que hizo Macron en las elecciones presidenciales, es decir, llamar a la izquierda a apoyarle". "La lógica dicta que llamarían a sus votantes a apoyar a NUPES en los duelos NUPES-RN. Desde luego, no da buena imagen", subraya la titular de la Universidad de Northumbria
El macronismo ha salido debilitado de la primera vuelta, sin embargo, el bloque del presidente es favorito para mantener la mayoría en la Asamblea Nacional. Todo apunta a que Macron perderá diputados, por lo que podría verse obligado a pactar con la oposición para sacar adelante leyes durante su segundo y definitivo mandato. En este sentido, la derecha tradicional de Les Républicains se perfila como principal aliado en la Cámara baja.
"Desde su reelección, Macron ha sido muy discreto. ¿Dónde está su visión? ¿Cuál es su programa? Realmente no lo sé. Ha hablado de cambiar su forma de actuar, de ser menos vertical y de dar más voz a los ciudadanos. Habló de la necesidad de afrontar la crisis climática, de proteger a los franceses de la inflación, de la educación y de los servicios públicos. También habló de reformar el sistema de pensiones, pero lo ha silenciado por miedo a una reacción violenta. Todo esto no nos da una visión. ¿Cuál es su ambición general para Francia? ¿Adónde quiere llevar al país? El peligro que veo es lo que llamamos la 'chiraquisación' de Macron, es decir, que al igual que Chirac en su segundo mandato no haga gran cosa, esté más interesado en mantener la calma del país y que no pase gran cosa", anticipa Bogain.