Nueva operación exitosa de los cuerpos y fuerzas de seguridad de Marruecos. Esta vez, los servicios antiterroristas marroquíes detuvieron a 13 presuntos yihadistas vinculados a Daesh en diversas intervenciones llevadas a cabo en diez ciudades del país norteafricano.
Los supuestos yihadistas planeaban atentar contra dependencias públicas y contra infraestructuras de las propias fuerzas de seguridad marroquíes. Ahora han pasado a disposición judicial mientras la Fiscalía investiga más sobre su trayectoria, antecedentes, planes y vínculos con determinados grupos o elementos yihadistas, como informó la agencia EFE.
Según un comunicado oficial de la Dirección General de Vigilancia del Territorio (DGST), la operación fue un éxito y se llevó a cabo de manera simultánea en las ciudades de Casablanca, Mohamedía, Temara, Beni Mellal, Jenifra, Tiflet, Tánger, Alcazarquivir, Berkán y Rissani.

La nota oficial también indicó que los detenidos, con edades comprendidas entre los 19 y 49 años, estaban involucrados en planes de sabotaje contra “instalaciones nacionales sensibles” y de ataque contra fuerzas y cuerpos de seguridad estatales. Según una fuente de seguridad consultada por EFE, los arrestados no forman parte todos de un mismo grupo.
La nota oficial explicó que, según las investigaciones preliminares, ya habían empezado a vigilar y recoger informaciones sobre los blancos de sus futuros ataques, además de recopilar información para aprender a fabricar bombas. Durante las inspecciones realizadas en los domicilios de los sospechosos, los efectivos marroquíes se incautaron de material informático y de libros de apología del terrorismo.
El comunicado oficial manifestó también que los detenidos tienen relaciones sospechosas con elementos terroristas fuera de Marruecos con el objetivo de coordinar su “incorporación a las filas de Daesh, sobre todo en la región del Sahel”. Precisamente, Daesh tiene gran presencia en la región saheliana y lidera una red de delegaciones activas en diversos continentes, cada una de ellas con autonomía de acción y de adaptación a las peculiaridades de cada ámbito de actuación. Daesh funciona como una red descentralizada de grupos armados que se unen a una directiva que ejerce el poder de manera global, aunque las diversas filiales tienen gran autonomía. Desde la caída del califato en Siria e Irak, Daesh centró su actividad en diversas zonas como el Sahel, África central y oriental, el norte del continente africano, Afganistán y Asia suroriental aprovechando situaciones poco estables de diversas áreas y crisis nacionales de diferentes países que tienen una importante presencia musulmana de cara a captar adeptos a las tesis radicales del yihadismo.

En este sentido, la inestabilidad en África se ha convertido en una oportunidad importante para grupos yihadistas como Daesh o Al-Qaeda, que aprovechan las difíciles situaciones en determinadas zonas para extender su radicalismo.
En este punto, Marruecos desempeña un papel muy importante porque es un socio confiable en la lucha contra el terrorismo yihadista. Países como España o Estados Unidos han mostrado su disposición para la cooperación en materia de seguridad y defensa con el reino marroquí debido a la efectividad de sus fuerzas de seguridad y de la Dirección General de Vigilancia del Territorio y la Oficina Central de Investigación Judicial (BCIJ, por sus siglas en francés), dependiente de la propia DGST.
Por ejemplo, responsables de inteligencia de Marruecos y Estados Unidos se reunieron este mismo mes de abril para seguir estrechando la cooperación en materia antiterrorista, con el gran objetivo de frenar la actividad yihadista en el Sahel. Así, el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), William Burns, se reunió con el director de Vigilancia Territorial, Abdellatif Hammouchi, en su despacho de Rabat. Al encuentro entre ambos mandatarios de la seguridad nacional alauí y estadounidense asistieron socios de ambas partes y Puneet Talwar, embajador de Estados Unidos en Marruecos.

Ante la amenaza terrorista en el norte de África, se hace frente a los riesgos y desafíos que provienen de regiones como el Sahel. Los esfuerzos de cooperación antiterroristas de los diversos países implicados, incluidos los propios afectados en África, se basan principalmente en el control y vigilancia de las actividades de estas organizaciones yihadistas para poder anticipar sus planes, lo que ya ha salvado un número incalculable de vidas, como en el caso de la última detención de 13 supuestos yihadistas en diez ciudades marroquíes.