Un analista del reino alauita ha denunciado un informe de Amnistía Internacional que acusa a Marruecos de utilizar programas de espionaje

Marruecos niega tener relación con la empresa NSO Group y sus softwares de espionaje

REUTERS/YOUSSEF BOUDLAL - El periodista y activista Omar Radi en Casablanca, Marruecos, el 12 de marzo de 2020

Amnistía Internacional ha publicado un informe este lunes sobre el uso de programas de espionaje producidos por la empresa israelí NSO Group para controlar al activista y periodista Omar Radi, conocido por trabajar para varios medios de comunicación nacionales e internacionales como Atlantic Radio o TelQuel. Sin embargo, Marruecos ha negado estas acusaciones alegando que nunca ha tenido una relación con NSO Group, empresa encargada de diseñar este tipo de softwares. 

Sede del grupo israelí NSO, en Herzliya, cerca de Tel Aviv

“La falta de transparencia en torno a la industria de la vigilancia dificulta el conocimiento de las herramientas que se utilizan, venden, compran y abusan, y por lo tanto, que las víctimas y los organismos de vigilancia exijan responsabilidades”,  advertía el informe publicado por Amnistía Internacional en el cual esta organización señalaba que, tras analizar el teléfono móvil de Omar Radi, habían llegado a la conclusión de que estaba infectado con un potente sistema de software espía diseñado por una compañía israelí. “Estos dispositivos actúan como estaciones base portátiles y se hacen pasar por torres celulares legítimas”, recalcaba Amnistía quien además ha asegurado que este spyware permite el acceso a todos los datos almacenados en el teléfono e incluso activar la cámara y el micrófono. 

Los servicios marroquíes no tienen relación con la empresa israelí NSO y Marruecos no tiene el software Pegasus. Todo lo que ha planteado Amnistía Internacional a este respecto es erróneo e infundado”, ha explicado un oficial de inteligencia marroquí al digital Le360. El Grupo NSO alerta en su página web de que solo venden sus productos a agencias gubernamentales, alegando que “los productos de NSO son utilizados exclusivamente por los organismos gubernamentales de inteligencia y de aplicación de la ley para luchar contra el crimen y el terror”. 

Tarjetas SIM. El 14 de mayo de 2019, WhatsApp animó a sus usuarios a actualizar la aplicación para cubrir una brecha de seguridad que permitía a atacantes sofisticados introducir a escondidas programas espía en los teléfonos

Así, en el informe emitido por Amnistía Internacional, esta organización aseguraba que al analizar el iPhone de Omar Radi habían encontrado rastros del software Pegasus. “En octubre de 2019, documentamos por primera vez las pruebas de que las herramientas del Grupo NSO se utilizaron para atacar a dos defensores de los derechos humanos marroquíes”, han subrayado. En apoyo a esta acusación, Amnistía Internacional ha informado de que “había encontrado rastros en el teléfono de Radi que sugieren que fue sometido a los mismos ataques de inyección que los observados contra otros defensores de derechos humanos del país como le ocurrió a Maati Monjib”. 

El digital Le360 ha señalado que Maati Monjib se presentaba a sí mismo como un defensor de derechos humanos perseguido por las autoridades públicas cuando realmente estaba siendo investigado por un “caso de derecho consuetudinario”. “Maati Monjib es propietario de varias propiedades inmobiliarias y de tierras que no pueden ser adquiridas con sus ingresos, aunque viva hasta los 1.000 años”. Según Amnistía, el sistema de piratería de NSO utilizó una técnica basada en el envío de un mensaje de texto al teléfono móvil. Una vez que el usuario abría este SMS, el dispositivo estaba infectado. No obstante, esta técnica evolucionó en 2018 provocando que al hacer clic en un enlace de Internet, el usuario fuera redirigido durante unos segundos a otro enlace que era capaz de proporcionar acceso a todos los datos del teléfono. 

Un experto en redes  informáticas ha explicado a Le 360 que en ambos casos es posible “tener una huella dactilar que identifique ya sea al operador telefónico utilizado en el caso de piratería de SMS, o la ubicación geográfica en el caso de redireccionamiento a otro sitio” y se ha cuestionado por qué el laboratorio de Amnistía no ha hecho un esfuerzo para identificar al remitente del mensaje. “Cada acto en la web deja un rastro para identificarlo. La IP es el equivalente al certificado de residencia de este acto”, ha incidido este experto. 

El periodista y activista Omar Radi habla con los medios de comunicación fuera del tribunal en Casablanca, Marruecos, el 12 de marzo de 2020

En este punto, el analista entrevistado por Le 360 se pregunta quién es Omar Radi y por qué el Gobierno marroquí tendría que preocuparse por él. Un artículo publicado previamente por el canal Chouf TV al que ha tenido acceso Le 360 arroja luz sobre las “relaciones arancelarias entre Omar Radi y dos empresas extranjeras especializadas en inteligencia económica”. Según esta información, desde 2018, Radi ha estado reuniendo información en nombre de dos empresas anglosajonas:  G3 (Good Governance Group Limited) y K2 Intelligence Limited. “Cuando juegas a ser espía, no debes jugar a ser la víctima cuando a su vez eres espiado por agencias internacionales”, ha recalcado el digital Le360. 

Asimismo, en su informe Amnistía Internacional ha recomendado a las autoridades marroquíes y a los países exportadores de este software que apliquen un marco reglamentario que rija la vigilancia. “Hasta que entre en vigor este marco, debería aplicarse una moratoria a la venta, transferencia y uso de equipo de vigilancia, tal como recomendó el Relator Especial de las Naciones Unidas para las cuestiones relativas a la libertad de expresión, David Kaye”, han aseverado. Mientras tanto, Marruecos considera que el acoso de Amnistía al Grupo NSO por vender un exitoso sistema de piratería en Marruecos “tampoco está probado”. 

Fotografia de archivo Shalev Hulio, cofundador del Grupo NSO

“La inteligencia que Marruecos comparte con países extranjeros es producto de sus agentes en el campo y no del rendimiento tecnológico. Este apego de la comunidad de inteligencia marroquí al elemento humano parece estar volviendo a ponerse de moda en varios países, que han reconocido las limitaciones de la tecnología”, ha dicho el analista entrevistado por Le360.

El pasado mes de noviembre, WhatsApp presentó una querella en una corte de Estados Unidos contra la compañía NSO Group. El servicio de mensajería cifrada WhatsApp detectó en mayo una vulnerabilidad en su sistema que permitió la instalación de 'software' espía en teléfonos para así acceder a datos de los dispositivos. “Esto debería servir de alerta para las compañías de tecnología, Gobiernos y todos los usuarios de internet. Las herramientas que permiten la vigilancia de nuestra vida privada están siendo usadas de forma abusiva, y la proliferación de esta tecnología en manos de compañías irresponsables y de Gobiernos nos pone a todos en riesgo”, indicó por aquel entonces el jefe de WhatsApp, Will Cathcart.

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato