Los insurgentes sirios amenazan a Ankara con soltar las armas hasta que se reanude el pago de los salarios

Las milicias rebeldes en Siria se levantan contra Turquía

photo_camera PHOTO/ANAS ALKHARBOUTLI - Un miembro de la milicia siria respaldada por Turquía a de la ciudad de Manbij, en el norte de Siria

Las milicias respaldadas por Turquía en el norte de Siria organizaron este miércoles una nueva manifestación contra Ankara en la provincia de Afrin. Las marchas contra el Gobierno de Erdogan se han intensificado durante las últimas semanas en varios puntos del país ante las reiteradas denuncias por las condiciones a las que están expuestos los mercenarios proturcos en suelo sirio.

Los integrantes del Ejército Libre Sirio, una amalgama de grupos que combaten al Gobierno de Al-Asad, han estado al frente de las protestas. Las reivindicaciones de la organización responden en su totalidad a las profundas necesidades económicas que atraviesan los combatientes, de ahí que la principal exigencia de la organización a Ankara sea la mejora de sus salarios. La paga que recibe cada miliciano por parte de Turquía ronda las 400 liras turcas, que equivalen a unos 50 dólares.

Atalayar_Mercenarios Siria

Mientras, los milicianos aseguran un reparto desigual de las ganancias con el resto de las facciones armadas apoyadas por Ankara. “Algunos líderes están bendecidos con autos y dinero, y somos una hogaza de pan que no podemos asegurar”, aseguró un combatiente en declaraciones recogidas por la cadena emiratí Al Arabiya. Otra de las quejas es la demora en los pagos. “Durante más de dos meses y como tal, dirigimos nuestras voces a Turquía, 400 liras turcas cada dos y tres meses, y a veces no lo vemos…”, sostiene otro de ellos.

Según fuentes locales, Turquía abonó los fondos correspondientes a las organizaciones de origen turcomano, como son los rebeldes sirios de Sultan Murad y Sultan Suleiman Shah, conocidos como la facción de Al-Amshat, que ostentan su centro de influencia en la provincia de Afrin. No así las facciones integradas por nacionalistas árabes. No obstante, los integrantes de cada grupo volvieron a tomar las calles en señal de protesta por la falta de fluidez en el cobro. 

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Hasta el momento las milicias proturcas habían amenazado al Gobierno de Erdogan con soltar las armas hasta que se reanude el pago de los salarios, sin embargo, la movilización en Afrin ha ido un paso más allá. La convocatoria reflejó las profundas divisiones en el seno de las facciones respaldadas por Ankara, relacionadas con las diferencias étnicas de cada grupo. Aunque las divisiones no son solo étnicas, también responden a desigualdades entre los líderes de las milicias y los integrantes que ocupan el escalafón más bajo de estas. 

Por este motivo, durante las concentraciones de Afrin se han podido escuchar cánticos que contenían acusaciones a los propios dirigentes de las facciones. Ante la creciente indignación de los combatientes rasos, aumenta a su vez la probabilidad de que se desaten enfrentamientos directos entre los mercenarios de los distintos grupos por las desigualdades que se han generado durante los últimos meses y el descontento entre sus filas. 

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Mientras tanto, la provincia de Afrin ha sido hostigada por los insurgentes sirios respaldados por Ankara. Naciones Unidas estima que más de 150.000 kurdos que habitaban la zona han abandonado Afrin desde 2018, cuando se produjo la llegada de los rebeldes sirios del Ejército Nacional Sirio, respaldados desde Turquía. Las organizaciones en defensa de los DDHH como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han acusado a estas facciones de perpetrar crímenes de guerra contra los habitantes de la región. 

De Afrin a Libia: el envío de mercenarios

Ante las pésimas condiciones de los combatientes proturcos en suelo sirio, muchos de ellos han decidido abandonar Siria y enrolarse en las filas de mercenarios dirigidas por Turquía. Las autoridades otomanas han premiado con mejores condiciones a quienes han decidido dar este paso, aunque la situación prácticamente les obligaba a ello. De esta forma, Turquía ha rentabilizado el descontento entre los rebeldes sirios para ganar adeptos en distintas campañas.

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Las fuerzas armenias hicieron prisioneros a varios mercenarios turcos durante el estallido del conflicto de Nagorno-Karabaj. A raíz de este suceso se supo que Turquía había enviado lotes de mercenarios para apoyar a Azerbaiyán durante los enfrentamientos. La agencia armenia Armenpress recogió las declaraciones de uno de los militantes: “Fuimos a Nagorno-Karabaj junto con el Estado turco. Tenemos víctimas. El comandante de la brigada Al-Amshat se llevó nuestro dinero y el de las familias de las víctimas. Ni siquiera tenemos dinero para comida. No aceptamos esto”. 

Otro de los destinos frecuentes ha sido Libia. El último lote de mercenarios fue enviado por Turquía el pasado mes de febrero. Hasta 140 combatientes alcanzaron tierras libias para dificultar la puesta en marcha del Gobierno de transición, sin embargo, el reciente acuerdo político en Libia y las nuevas instituciones han iniciado, con el respaldo de la ONU, la exportación de mercenarios.