La escalada de tensión entre Irán e Israel, dos enemigos acérrimos, continua en aumento. Las conversaciones de Viena que se han llevado a cabo estas últimas semanas han tensado, aún más, las relaciones entre estos dos países. Israel se ha mostrado totalmente contrario a que Estados Unidos retome el pacto nuclear con Irán, y por lo tanto levante las sanciones económicas al país persa.
Tanto Irán como el Estado judío han iniciado una guerra encubierta a través de ataques a instalaciones, barcos, localizaciones y un largo etcétera, pero sin reconocer directamente la autoría sobre los mismo. El último suceso ha tenido lugar cerca de la ciudad costera de Banias, en el noroeste de Siria, según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, al menos tres personas han muerto en el ataque contra un carguero de petróleo iraní, que provocó un incendio ya controlado en el buque.
El Ministerio de Petróleo sirio, a través de un comunicado en la agencia estatal SANA, explicó que, “el incendio estalló después de que el petrolero fuera atacado por un dron que provino de la dirección de las aguas territoriales libanesas”.
Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, declaró a AFP que no estaba claro quién llevó a cabo el ataque. "No sabemos si se trata de un ataque israelí", señaló. Sin embargo, cabe destacar, que este incidente se produce dos días después de que Israel bombardeara objetivos en la vecina Siria en respuesta al disparo de un misil que cayó cerca de la planta nuclear de Dimona, por lo que no es de extrañar que se señale al Estado judío como principal sospechoso.

Asimismo, según un informe publicado el mes pasado que citaba a funcionarios estadounidenses y de Oriente Medio, el Wall Street Journal dijo que Israel había atacado al menos una docena de buques con destino a Siria y que en su mayoría transportaban petróleo iraní desde finales de 2019.
Israel lleva mucho tiempo intentando evitar que fuerzas afines a Irán, así como el grupo libanés Hizbulá, se asienten en Siria, y es por ello por lo que el Estado judío ha lanzado ataques de manera indiscriminada hacia territorio sirio desde el inicio de la guerra civil en 2011.
A principios del año pasado, Damasco denunció que unos buzos habían colocado explosivos en los oleoductos de la refinería de Banias, pero los daños no habían detenido las operaciones. Asimismo, en febrero de 2020, cuatro emplazamientos de petróleo y gas en la provincia central de Homs fueron atacados por drones armados, causando incendios y daños materiales.

Este nuevo ataque se produce después de que un oficial sirio muriera y tres soldados resultaran heridos el pasado jueves en ataques lanzados por Israel, tras el lanzamiento de un misil hacia un centro nuclear secreto del Estado judío. El Ejército israelí dijo entonces que un misil tierra-aire había sido disparado desde Siria hacia el sur del desierto del Negev, donde se encuentra el reactor nuclear de Dimona.
Este intercambio de ataques se ha producido apenas dos semanas después de que Irán acusara a Israel de "terrorismo" tras una explosión en la instalación nuclear de Natanz de la República Islámica. La escalada de tensión entre Irán e Israel continua en aumento, a medida que la vuelta al pacto nuclear de Estados Unidos y la Republica Islámica está cada vez más cerca. Altos cargos israelíes viajaran la semana que viene a Washington para transmitir su disconformidad con la Administración Biden, ya que consideran que les han dejado de lado durante estas negociaciones.