Niza, una ciudad en estado de choque después del atentado terrorista

Paco Soto
Pie de foto: Agentes de la Policía científica inspecciona la cabina del camión del atentado.
Niza, una de las grandes ciudades turísticas de la Costa Azul de Francia, está en estado de choque después de que un terrorista de origen tunecino y nacionalidad francesa acabara con la vida de al menos 84 personas y provocara un centenar de heridos. Muertos y heridos que celebraban cerca de la playa la festividad del 14 de julio. Todo el país está conmocionado, pero la situación en la urbe mediterránea es aún de mayor angustia, confusión y miedo. “Niza está como grogui” después de la tragedia que ha vivido, recalcó el diario Le Figaro en su edición del viernes. Muchos habitantes locales y turistas franceses y extranjeros que visitan la bonita urbe de la costa mediterránea no han asumido plenamente lo que ha pasado. Las fuerzas de seguridad vigilan estrechamente Niza, pero el daño está hecho. No es el primer atentado yihadista que sufren los franceses, pero sí uno de los más crueles. No hay palabras para calificar el hecho de que un individuo de 31 años, Mohamed Lahouaij-Bouhlel, un hombre “solitario” y “silencioso”, según la Policía, atropellara con un camión a una multitud de personas pacíficas que estaban viendo unos fuegos artificiales con motivo de la fiesta nacional gala. Las personas que un día después de la masacre, franceses y extranjeros, paseaban cerca del mar, visitaban el museo Massena o se tomaban una copa en el prestigioso hotel Negresco no podían creer lo que había ocurrido. “Vimos que un camión atropelló a mucha gente y siguió su camino. Cundió el pánico. Los heridos gritaban de dolor. Había muchos muertos tumbados en el suelo”, contó un testigo del atentado a un medio de comunicación.
Población traumatizada
“En el Negresco, abrimos las puertas a unas 150 o 200 personas que vinieron a esconderse. Se quedaron varias horas, algunas estaban traumatizadas”, explicó un empleado del emblemático hotel al diario Le Figaro. ¿Cómo pudo una persona utilizar un camión para cometer un atentado sin que nadie se diera cuenta?, se preguntan muchos franceses. De momento, ninguna autoridad ha dado una respuesta satisfactoria. Corren rumores en Niza de que grupos yihadistas se entrenaban en una zona montañosa cercana a la ciudad. En el lujoso Paseo de los Ingleses los comercios abrieron sus puertas, pero había un ambiente enrarecido en todas partes. Muchos comerciantes y clientes hablaban de lo mismo, y Faouzia, una joven de origen tunecino, como el terrorista abatido por la Policía tras cometer el brutal atentado, no ocultaba su rabia y malestar por compartir los mismos orígenes nacionales que el asesino. Muchos testigos del atentado evocaban escenas dantescas de pánico y gritos de dolor. “Oímos ruidos, pero pensamos que eran los fuegos artificiales. Después entendimos lo que había pasado”, declaró Auriane, que vive en la Avenida Gambetta de Niza, a la emisora France Bleu Azur. “Vi cuerpos volar y oí muchos ruidos. Nunca olvidaré lo que pasó”, señaló Damien, periodista de origen alemán que trabaja en un medio local.
Pie de foto: Un grupo de policías en el lugar del atentado.
Medidas de seguridad excepcionales
El semanario L´Express entrevistó a Hamza, un joven de 28 años que perdió a su madre en la matanza. El joven recordó que la víctima estaba con sus sobrinos en el momento del atentado. Murió en el acto tras ser atropellada. “Lo único que puedo decir –enfatizó Hamza- es que mi madre utilizaba el velo y practicaba un islam moderado, un islam verdadero, que no es el de los terroristas”. El diario Le Monde aseguró en una de sus informaciones que Niza estaba preparada para hacer frente a un atentado terrorista. La ciudad tomó medidas excepcionales durante el carnaval del pasado mes de febrero, porque es un evento muy concurrido, casi tanto como los carnavales de Río de Janeiro y Venecia, y el Ministerio del Interior decidió tomar una serie de medidas para evitar ataques terroristas. Las autoridades también decidieron tomar medidas de seguridad especiales durante la celebración de la Eurocopa de fútbol. En caso de atentado, los responsables políticos y policiales del país tenían preparado un plan de evacuación de heridos hacia hospitales de Niza, Cannes, Marsella y Mónaco. “Se plantearon todas las hipótesis, incluso un ataque nuclear, radiológico y bacteriológico”, dijo el subgobernador del departamento de los Alpes Marítimos, François-Xavier Lauch, a Le Monde. También se ideó un plan para impedir posibles ciberataques y garantizar la seguridad en el mar, una opción que fue planteada por el alcalde de Niza, el conservador David Lisnard, y recomendada por un exgeneral israelí, Nitzan Nuriel, quien se inspiró en su estudio de los atentados terroristas sufridos por países como España y la India.
Pie de foto: Ciudadanos rinden un homenaje a las víctimas de la matanza terrorista en Niza.
Incremento del yihadismo
Estas medidas antiterroristas excepcionales sirvieron de poco. Quizá porque la seguridad absoluta no existe en ninguna parte. Los dirigentes franceses son conscientes de que su país es blanco del terrorismo yihadista. Según informó la cadena de televisión FRANCE 24, las fuerzas de seguridad de Niza, quinta ciudad de Francia en número de habitantes, tienen serias dificultades para controlar el aumento de ciudadanos que se han radicalizado y caído en las garras del yihadismo. La Dirección General de Seguridad Interior (DGSI), los servicios secretos que se ocupan de asuntos internos, alertaron sobre el incremento de combatientes yihadistas en Niza en 2014. Tanto es así que Niza se ha convertido en una “ciudad laboratorio” para los especialistas en lucha antiterrorista. El exalcalde de la ciudad, Christian Estrosi, informó el año pasado de que un centenar de jóvenes de la ciudad se habían alistado en las filas yihadistas. Muchos de estos jóvenes se fueron a combatir a Siria. Uno de los radicales es Omar Omsen, un exdelincuente que tras abrazar la ideología salafista combatiente se dedicó a reclutar futuros terroristas. La situación es tan grave que el Ayuntamiento se vio en la obligación de fomentar un equipo de psicólogos y abogados para asesorar y ayudar a las familias de yihadistas.
Condena unánime
El conjunto de la clase política francesa está en pie de guerra contra el terrorismo. En estos términos lo manifestaron dirigentes como el presidente, François Hollande, el primer ministro, Manuel Valls, y el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve. El jefe del Estado galo fue muy contundente: “Tenemos que hacer todo lo posible para luchar contra la lacra terrorista”. “No cederemos”, aseguró Hollande. “El país está en duelo. Los franceses sabrán hacer frente” al terrorismo, advirtió Valls. El izquierdista Jean-Luc Mélenchon calificó de “absurdo asesino” al autor del atentado, y el dirigente conservador Nicolas Sarkozy pidió “firmeza” y “vigilancia” contra el terrorismo, y consideró lógico que el presidente decidiera prolongar el estado de emergencia en el país, que fue decretado cuando la matanza de París del 13 de noviembre de 2015. Por su parte, la ultraderechista Marion Maréchal- Le Pen pidió que el Estado “declare la guerra al fundamentalismo islamista”. El Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM) también condenó el atentado de Niza “que golpea nuestro país el día de la fiesta nacional” y rindió un homenaje “a la memoria de las víctimas”. En la misma línea, el rector de la Gran Mezquita de París, Dalil Boubakeur, condenó “este horrible y odioso atentado criminal de masa”.