Las inundaciones provocadas por la destrucción de la prensa en el río Dniéper impiden el avance de la contraofensiva ucraniana, según Kiev

Nova Kajovka, la guerra hídrica que contribuye al silencio de la contraofensiva ucraniana

AFP/UKRAINIAN PRESIDENTIAL PRESS SERVICE - El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, mira un mapa durante una visita a la posición del Ejército ucraniano
photo_camera AFP/UKRAINIAN PRESIDENTIAL PRESS SERVICE - El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, mira un mapa durante una visita a la posición del Ejército ucraniano

Nadie reconoce el ataque. Tanto Rusia como Ucrania se acusan mutuamente de la destrucción de la presa de la central hidroeléctrica de Nova Kajovka, en el río Dniéper, a unos 60 kilómetros de Jersón. Se trata de una de las infraestructuras más grandes del país que se ha transformado, desde la madrugada de este martes, en un arma más en la invasión rusa de Ucrania. 

Las autoridades impuestas por el Kremlin relacionan la destrucción con la acumulación de daños sufridos en los últimos meses, pero desde Kiev apuntan a una “detonación interna de las estructuras”. Es la versión que ha publicado la empresa ucraniana que gestiona las centrales y que ha respaldado el presidente Volodímir Zelenski en un mensaje de Telegram. 

Todo pende ahora de la estrategia militar. “Hay que ser muy prudentes; las informaciones son confusas y no se tiene claro quién ha sido el responsable del ataque”, comenta en una conversación con este medio Lucas Martín, colaborador y analista internacional. “Tan sólo se ha detonado una parte de la presa. Eso efectivamente dificulta el cruce del río de las tropas ucranianas hacia el otro lado del río Dniéper, pero la inundación también afecta al margen sur donde los rusos tienen sus bases defensivas. Por parte de Rusia, no había ninguna amenaza real del cruce de tropas ucranianas”, añade. 

Cruce de acusaciones: silencio informativo cumplido 

“Negamos rotundamente estas acusaciones. Se trata de un sabotaje deliberado, planeado y organizado por el régimen de Kiev”, ha declarado el portavoz de la Presidencia rusa, Dimitri Peskov. “Rusia ha volado las presas de la central hidroeléctrica de Kajovka. El propósito es obvio: crear obstáculos insalvables en el avance ucraniano; tomar la iniciativa informativa y ralentizar un final justo de la guerra”, ha escrito el asesor de la oficina presidencial ucraniana, Mijailo Podoliak. 

En cualquier caso, Ucrania obtiene lo que ha demandado esta misma semana: silencio informativo. En una campaña lanzada por Kiev, varios militares ucranianos en el frente de batalla piden un silencio informativo sobre sus acciones para la contraofensiva. Pero no es ese silencio lo que han obtenido tras la destrucción de Nova Kajovka, sino un desvío de la atención mediática que, a resultas, cumple una función similar para sorprender al Ejército ruso en la tan esperada contraofensiva ucraniana de primavera.

Nova Kajovka, el debate sobre sus consecuencias 

La primera de ellas es la inundación que está causando en la bajada del río Dniéper, donde 80 localidades podrían sufrir la subida del agua, según las autoridades ucranianas. Previsiones mayores en contraste con las rusas. El gobernador ruso de Jersón, Andrei Alekseienko, afirma que ninguna gran localidad está amenazada de inundación, porque tan sólo “ha subido entre 2 y 4 metros” el nivel del agua. Y si bien ha comenzado la evacuación de los habitantes en las inmediaciones de la hidroeléctrica, el alcalde ruso de Nova Kajovka, Vladimir Leontiev, afirma que “en 72 horas el nivel del agua bajará a sus niveles habituales”. 

Segunda preocupación: Zaporiyia, aunque las alarmas sólo saltan desde Ucrania. “Los rusos serán responsables de la posible privación de agua potable para la gente del sur de la provincia de Jersón y de Crimea, la posible destrucción de las poblaciones y de la biosfera. Además, sus acciones amenazan la central nuclear de Zaporiyia”, afirma Zelenski. Sin embargo, la empresa ucraniana Energoatom ha asegurado que la destrucción de la hidroeléctrica no representa una amenaza. El mismo argumento que mantenido de Rosatom, la empresa estatal rusa de energía nuclear, y la Agencia Nuclear de Naciones unidas (OIEA). 

Consecuencia número tres: Crimea. Del río Dniéper sale el canal por el que se suministra el 85% del agua que se utiliza en Crimea, anexionada por Rusia en 2014. En ese año, Kiev ya se aseguró de cortar un flujo del que la península no se ha podido beneficiar hasta la invasión rusa de Ucrania.

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