El grupo REvil, vinculado con Rusia, podría ser el responsable del ciberataque a la empresa estadounidense Kaseya

El nuevo ciberataque que podría tensar las relaciones entre Washington y Moscú

photo_camera REUTERS/DADO RUVIC - La página web de Kaseya se ve a través de una lupa delante de un código binario mostrado en esta ilustración

Este miércoles, el presidente estadounidense Joe Biden se ha reunido con su equipo de seguridad nacional para trazar un plan de respuesta a los recientes ciberataques sufridos contra la firma Kaseya. Los ataques contra esta compañía estadounidense ya han afectado a más de 1.500 empresas internacionales. En Suecia, por ejemplo, más de 800 tiendas de la cadena de supermercados Coop tuvieron que cerrar porque las cajas registradoras no funcionaban. En este país, también informaron sobre algunos problemas en un ferrocarril y una farmacia. En Nueva Zelanda se vieron afectadas varias escuelas y guarderías. John Hammond, investigador de la compañía de ciberseguridad Huntress Labs, definió el ataque como “colosal y devastador”. “Kaseya maneja empresas grandes y pequeñas a nivel mundial, por lo que, en última instancia, tiene el potencial de extenderse a empresas de cualquier tamaño o escala”, explicó Hammond. Por otra parte, tal y como afirmó Biden, este ciberataque causó un “daño mínimo” a Estados Unidos.

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Huntress Labs señaló al grupo REvil, vinculado a Rusia, como el culpable del ataque. El mes pasado, el FBI acusó a este grupo de paralizar la compañía cárnica brasileña JBS. “La idea inicial fue que no era el Gobierno ruso, pero aún no estamos seguros”, declaró hace unos días Biden. Sin embargo, en la reunión con el equipo de seguridad nacional, Jen Psaki, portavoz de la Casa Blanca, aseguró que si el Gobierno ruso no puede o no quiere tomar medidas contra los actores criminales que residen en Rusia, tomarán medidas o se reservarán el derecho de actuar por su cuenta. Psaki anunció también una reunión la próxima semana entre altos funcionarios estadounidenses y rusos para discutir estas amenazas. Biden, por su parte, informó que enviaría una carta a Putin. “El presidente tiene una variedad de opciones si decide actuar”, añadió Psaki.

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Este nuevo ciberataque y estas reuniones se producen poco menos de un mes de unas declaraciones de Vladirmir Putin desmintiendo su relación con posibles hackers del país. “Nos acusan de muchas cosas. De injerencia en las elecciones, de ciberataques. Pero nunca, ni una sola vez, se tomaron el trabajo de presentar algún tipo de testimonios o pruebas. Se trata solo de acusaciones infundadas”, declaró el presidente ruso. Putin añadió también estar dispuesto a cooperar con otros países en este ámbito. “Todo lo que provoca temor a Estados Unidos también puede representar un peligro para nosotros”, subrayó.

Pese a las declaraciones desde Moscú con la intención de desligarse del ciberataque, este suceso podría tensar todavía más las relaciones entre Estados Unidos y Rusia. Washington ha acusado en repetidas ocasiones a Rusia de injerencia electoral y de ataques cibernéticos. Además de los enfrentamientos electrónicos, Estados Unidos, junto con otros países de la OTAN, están desarrollando maniobras militares en el mar Negro, creando una grave controversia con Rusia.

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Este ciberataque podría, también, provocar más sanciones desde Washington. Actualmente, Rusia está sujeta a sanciones por sus “campañas de ciberespionaje, intentos de influir en las elecciones y otras agresiones”. En marzo Biden también impuso castigos económicos a varios funcionarios rusos relacionados con el envenenamiento del opositor político Alexei Navalny. No obstante, ambos mandatarios se reunieron en junio en Ginebra para tratar de acercar posturas, aunque los progresos concretos alcanzados fueron escasos. Navalny y Ucrania fueron los principales puntos de discrepancia entre los líderes políticos, mientras que la lucha contra los piratas informáticos logró un poco de cooperación. Putin retiró que la mayoría de ataques provienen de Estados Unidos y otros países, recordando que luchar contra ellos es “extremadamente importante” tanto para Washington como para Moscú.   

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