El secretario de Estado de Estados Unidos ha anunciado sanciones contra los líderes de la organización terrorista en Irán

Pompeo acusa a Irán de ser el “nuevo refugio” de Al-Qaeda

photo_camera AFP/NICHOLAS KAMM - El secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, habla durante sesión informativa en el Departamento de Estado en Washington

"Irán ha decidido permitir que Al-Qaeda establezca un nuevo cuartel general operativo, con la condición de que acaten las reglas del régimen que rigen su estancia dentro del país". El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, ha acusado de esta forma a Irán de ser el refugio del grupo terrorista islámico Al-Qaeda, responsable de los atentados del 11-S.

Pompeo confirmó una noticia publicada por The New York Times el pasado mes de noviembre catalogada por el propio medio como “sorprendente”. El artículo informaba del fallecimiento de Abu Muhammad al-Masri, número dos de Al-Qaeda, asesinado a tiros en las calles de Teherán. El secretario de Estado saliente declaró, además, que “no fue sorprendente en absoluto. Y lo que es más importante, [Irán y Al Qaeda] no son enemigos”. 

“La presencia de Al-Masri dentro de Irán es la razón por la que estamos aquí hoy. Al-Qaeda tiene una nueva base de operaciones: la República Islámica de Irán”. Pompeo añadió que, desde 2015, Irán ha otorgado a los líderes de Al-Qaeda una mayor libertad de movimiento dentro del país bajo su supervisión. Según el Departamento de Estado de EEUU, las autoridades iraníes “han brindado refugios seguros y apoyo logístico” a la organización.

Pompeo finalizó el comunicado anunciando un paquete de sanciones a varios líderes del grupo terrorista con sede en Irán, entre los que se encuentran el sultán Yusuf Hasan al-Arif y Muhammad Abbatay, este último también conocido como Abd al-Rahman al-Maghrebi.

El Departamento de Estado ofrece una recompensa de siete millones de dólares por proporcionar información que ayude a localizar o identificar a Al-Maghrebi. “Queremos traerlo a Estados Unidos por justicia”, manifestaba Pompeo. Al-Maghrebi ha actuado como director general de Al-Qaeda en Afganistán y Pakistán desde 2012.

El titular del Departamento de Estado catalogó a Irán como “el nuevo Afganistán”, y advirtió que esta asociación es una seria amenaza al progreso de los Acuerdos de Abraham, así como una fuente de inestabilidad más en Oriente Medio. Pompeo hizo un llamamiento al resto de “las naciones libres” para “aplastar” al régimen iraní.

Aunque el principal representante diplomático de la Administración Trump no instó una acción militar directa, reconoció que “si tuviéramos esa opción, si decidimos hacerlo, hay un riesgo mucho mayor al ejecutarla”.

Atalayar_Mohamad Javad Zarif, ministro de Exteriores de Irán
Los iraníes niegan la acusación

El jefe del Centro de Diplomacia Pública y de Medios de Irán, Saeed Khatibzadeh, atacó las declaraciones de Pompeo: “La repetición de tales acusaciones, y el recurso a documentos falsos con el pretexto de revelar información clasificada por parte del secretario de Estado saliente de los Estados Unidos, a solo una semana antes del final de su Administración ilegal, muestra la política de máxima presión desesperada y fallida de Estados Unidos contra Irán”.

Javad Zarif, actual ministro de Asuntos Exteriores iraní, acusó a Pompeo de fabricar mentiras sobre las relaciones de Irán con Al-Qaeda a cambio de los petrodólares cuando desempeñaba el papel de jefe de la CIA. Zarif se mostró tajante: “Todos los terroristas involucrados en el 11-S eran de los países favoritos de Mike Pompeo en Oriente Medio, y ninguno de Irán”.

Alireza Miryousefi, ministro y jefe de la oficina de Medios de la Misión de Irán ante las Naciones Unidas, fue el último en sumarse a las acusaciones: “Solo refuerzan el hecho de que Trump continúa desesperadamente con su política fallida de atacar a Irán”. 

Biden toma el relevo

Los comentarios de Pompeo se producen una semana antes de la transición de poder en la Casa Blanca. Los expertos interpretan este último movimiento de la Administración Trump como una estrategia para influir en el deseo declarado por el presidente electo Joe Biden de reanudar las negociaciones con Irán sobre el acuerdo nuclear alcanzado en 2015 por Obama.

Irán, gobernado con mano de hierro por chiíes, y Al-Qaeda, una organización predominantemente suní, no son aliados naturales en el mundo islámico. Han tenido una relación tensa desde que los talibanes se apoderaron de Afganistán en 1996, sin embargo, otros expertos apuntan que “la división suní-chií nunca fue un problema para el régimen de los ayatolás mientras el grupo terrorista pudiera ayudarlo a lograr sus objetivos revolucionarios”.

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