La guerra civil yemení sigue adoptando un importante carácter internacional. Siete años se cumplen ya de un conflicto que continúa perpetuando graves violaciones de derechos humanos y que, lejos de remitirse, sigue involucrando a distintas potencias extranjeras.
Como respuesta a un ataque perpetrado por los hutíes contra una instalación petrolera en Abu Dhabi, que les ha costado la vida a tres personas, la coalición árabe encabezada por Arabia Saudí ha anunciado el inicio de una serie de ataques aéreos que se llevaran a cabo contra bastiones y campamentos ubicados en la capital, Saná.

Tras el anuncio, la alianza árabe ha atacado la casa de un oficial de la fuerza aérea afiliada a los rebeldes chiíes hutíes, un ataque que ha dejado al menos 12 muertos y 11 heridos, en una de las acciones más violentas registradas en los últimos años.
Entre los muertos se encuentra el ex director de la Academia de la Fuerza Aérea, el general de brigada Abdullah Qassim al Junai, junto a miembros de su familia. Como ya anunciaron desde Riad, estos ataques protagonizados por la alianza árabe forman parte de la estrategia de cooperación árabe que interviene en Yemen desde el año 2015.

En este aspecto la alianza tiene como objetivo abatir a los líderes hutíes, apoyados por Irán, quienes tienen bajo su poder la ciudad de Sadah y otros territorios circundantes, además de la capital. En este último contraataque la coalición ha argumentado que se han producido “en respuesta a la amenaza y a la necesidad militar”, señalando que también han conseguido abatir a “líderes terroristas” que estarían ubicados en el norte de la capital yemení.
Asimismo, han señalado que “los aviones de ataque F-15 destruyeron dos lanzadores de misiles balísticos utilizados en el ataque” y que "los perpetradores de ataques hostiles contra civiles en Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos tendrán que rendir cuentas”.

A esto han advertido a través de un comunicado que las fuerzas áreas están ejecutando “operaciones aéreas de 24 horas” sobre Sanaa y avisaron a los civiles que “se mantuviesen alejados” tanto de los campamentos como en las reuniones de las milicias hutíes.
El portavoz oficial de las fuerzas de coalición, el general de brigada Turki Al-Maliki, ha tildado los últimos ataques perpetrados contra Abu Dhabi como “crímenes de guerra cuyos perpetradores deben rendir cuentas” y ha señalado que “la milicia terrorista” amenaza “la seguridad regional e internacional”. Asimismo, Al-Maliki agregó que la Coalición seguirá tomando “las medidas preventivas necesarias” con el fin de disuadir “estos comportamientos violentos contra los civiles”.
Como respuesta al ataque perpetrado contra Emiratos tanto los países árabes como las propias organizaciones internacionales han expresado su respaldo al país emiratí, algo que desde Abu Dhabi han descrito como “un crimen atroz al margen de las leyes internacionales y humanitarias”.

Junto a esto, el ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional de Emiratos ha expresado a través de un comunicado que la milicia hutí “continúa sus crímenes sin control en un esfuerzo por propagar el terrorismo y el caos” y ha instado a la comunidad internacional a “condenar estos ataques” contra la población civil y las instalaciones.
Esta condena ha sido contundente por parte tanto de Emiratos como de Arabia Saudí. Así, el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, y el príncipe heredero de Abu Dabi, el jeque Mohammed bin Zayed Al Nahyan señalaron que, con este ataque, los hutíes “aumentarán la resolución y determinación de los dos países para continuar enfrentándolos”. Asimismo, el ministerio de Relaciones Exteriores saudí ha afirmado que el reino ha sido “objeto de muchos ataques terroristas por parte de la milicia terrorista Houthi que tenían como objetivo a civiles de manera deliberada y sistemática”.

Además, indica que, con el fin de conseguir una solución política integral que consiguiese reunir a todas las partes yemenís, el reino ha presentado diferentes “iniciativas políticas” pero, como respuesta, la milicia hutí ha continuado “con su intransigencia para llevar a cabo ataques cobardes en el territorio del Reino y los Emiratos Árabes Unidos, teniendo como objetivo las rutas marítimas internacionales”.
Esta declaración se produce, además, tan solo unas semanas después de que los hutíes secuestrasen un buque de carga emiratí, un acontecimiento que acrecentó las tensiones del conflicto y dificultó cualquier proceso de paz.

Posteriormente el secretario general del Consejo de Cooperación de los Estados Árabes del Golfo, Nayef Falah Mubarak Al-Hajraf, calificó la agresión como “un ataque terrorista cobarde” diciendo que ha sido “un crimen de guerra que pone en peligro la vida de los civiles, lo cual requiere que los terroristas rindan cuentas de conformidad con el derecho internacional y humanitario”.
Marruecos ha sido otro de los países árabes que ha querido condenar firmemente el ataque. De esta forma, el rey marroquí, Mohamed VI, condenó “el vergonzoso ataque contra inocentes e instalaciones civiles” y reafirmó el permanente apoyo que mantiene el reino con Emiratos para “defender su seguridad nacional y proteger a sus ciudadanos”.

Por su parte, ante esta respuesta, Estados Unidos también ha mostrado su rechazo a los ataques hutíes y ha expresado sus “condolencias” a Emiratos “por las víctimas de este acto terrorista y sus deseos de pronta recuperación de los heridos”. A través de un comunicado emitido por la Casa Blanca afirmaron que “el compromiso de Washington con la seguridad de Emiratos Árabes Unidos en un compromiso firme” y subrayó “el apoyo de los socios emiratíes frente a todas las amenazas de su tierra”.
Desde Reino Unido, la ministra de Exteriores británica, Elizabeth Terrace, también condenó los ataques a través de un tweet donde mostró su condena a “en los términos más enérgicos” a los ataques a los que tildó de “terroristas”.

Junto a Estados Unidos y Reino Unido, desde París, el ministro de Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, mostró también su rechazo e indicó que el ataque contra Emiratos era “una amenaza contra la estabilidad” mientras que desde la Unión Europea destacaron que el ataque contra los civiles “es inaceptable” y que esto “aumenta el riesgo de una escalada del conflicto en Yemen y socava los esfuerzos para poner fin a la guerra”.
Ante este acontecimiento la guerra de Yemen entra en un nuevo episodio que dificulta más una posible solución. Los hutíes, la principal amenaza del gobierno permanente, continúan librando ofensivas que sumen al país cada día más en el conflicto. Yemen, escenario de una de las mayores crisis humanitarias, trata de sobrevivir mientras que la ONU sigue comprometiéndose a buscar una solución pacífica.

En este contexto el portavoz de la secretaria general de la ONU, Stéphane Dujarric, señaló que “un acuerdo político negociado a través de un diálogo que tenga en cuenta a todos es la única manera de acabar con el conflicto y acabar con la crisis humanitaria actual”.
Sin embargo, el diálogo cada vez parece más difícil y, mientras tanto, el conflicto se recrudece dejando más de 20.000 civiles muertos y heridos desde el año 2015 además de 24 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria, según informa Amnistía Internacional.