Donald Trump, presidente de Estados Unidos, dejó caer la posible opción de postergar las elecciones cuando falta algo más de tres meses para decidir quién será el próximo máximo mandatario estadounidense y, para ello, alegó que el uso del voto por correo hará de estos comicios "los más fraudulentos en la historia".
Trump, quien en 2016 recibió unos tres millones de votos populares menos que su rival demócrata Hillary Clinton y llegó a la Presidencia por los votos del Colegio Electoral, aparece ahora en la mayoría de las encuestas a la zaga de su posible rival, el demócrata Joe Biden.
Debido al gran impacto de la crisis sanitaria de la COVID-19, diversas autoridades y responsables del Partido Demócrata apoyan la herramienta del voto a distancia de cara a las elecciones fijadas para el 3 de noviembre, que servirán para decidir la Presidencia y renovar un tercio del Senado y la totalidad de los miembros de la Cámara de Representantes.
Donald Trump fijó su posición. "Con el voto universal por correo (que es diferente del voto ausente, el cual es bueno) la de 2020 será la elección más IMPRECISA y FRAUDULENTA en la historia", afirmó Trump en su cuenta de la red social Twitter. "Será un gran bochorno para Estados Unidos", señaló, y seguidamente propuso: "¿Postergar la elección hasta que la ciudadanía pueda votar de forma apropiada y segura?".
El presidente norteamericano se escudó en las dudas sobre el voto por correo para esta afirmación, pero hay otros aspectos que podrían estar detrás de esta postura presidencial: la grave crisis financiera en la nación potenciada por cómo la pandemia del coronavirus está afectado a la actividad económica y el alto número de víctimas ya originado por la COVID-19.
La economía estadounidense registró una caída de 9,5% en el segundo trimestre por el embate de la pandemia, lo que significa el derrumbe más grande registrado en la historia del país, según las estadísticas publicadas este jueves en la primera de las tres estimaciones oficiales para el periodo abril-junio.
Además, la cifra de nuevos solicitantes de subsidios por desempleo subió ligeramente hasta los 1,43 millones. Tras el punto álgido de marzo, los informes hablaban de un descenso de esta cifra, pero los rebrotes frenaron la tendencia y el número de despidos se sitúa ya en cotas históricas.
El enorme desplome en el gasto de los consumidores, debido a que las personas permanecieron en casa y evitaron salir de compras, viajar o reunirse a medida que el virus se propagaba, provocó una contracción de la economía a una tasa interanual de casi 32,9% durante el periodo de abril a junio. La cifra es más del triple que el peor descenso trimestral previo: una caída del 10% en 1958. El frenazo de la actividad económica en sectores como la inversión empresarial, la construcción de vivienda y el gasto público posiblemente también contribuyó a la peor contracción trimestral desde que comenzaron los registros en 1947.
Aunque hay algunos expertos que consideran que la contracción del trimestre pasado fue de tal envergadura que ahora se espera que la economía logre una marcada recuperación durante el periodo actual de julio a septiembre, de hasta un 17% en tasa interanual. Pero, ante el aumento en la tasa de casos confirmados de coronavirus en la mayoría de los estados, más negocios que se han visto obligados a cancelar sus reaperturas, y un Senado que ha propuesto una reducción en los subsidios gubernamentales por desempleo, la economía podría empeorar en los próximos meses. Ante este panorama, muchos expertos consideran que la economía no puede recuperarse por completo hasta que se venza al coronavirus o hasta que haya una vacuna disponible.
Los analistas advierten que todo podría empeorar aún más en caso de que el Congreso no logre promulgar la suficiente ayuda financiera para reemplazar el apoyo federal de 600 dólares semanales en subsidios por desempleo, que está por expirar, o proporcione ayuda suficiente para los negocios y los gobiernos estatales y locales. Los senadores republicanos presentaron el lunes una propuesta de un billón de dólares que está muy por debajo de la medida de tres billones de dólares que ha aprobado la Cámara de Representantes, dejando enormes diferencias entre diversas facciones políticas a medida que comienzan a agotarse algunos elementos de los programas de ayuda de emergencia que el Congreso había otorgado anteriormente.
Mientras, en Estados Unidos la situación se complica por el duro golpe de la COVID-19. Siguen creciendo exponencialmente el número de víctimas mortales y el de casos diagnosticados a medida que pasan los días. El número total de casos confirmados de la COVID-19 supera los 4.475.000 y el de fallecimientos ya es superior a los 150.000.
Tanto la grave caída de la economía norteamericana como el pánico social y sanitario provocado por la COVID-19 podrían estar detrás de la supuesta intención de Trump de retrasar las elecciones a un momento posterior en el que las condiciones económicas y sociales sean más propicias. El dirigente republicano podría desear evitar la celebración de los comicios en un escenario próximo en el tiempo muy marcado por la recesión y el impacto sanitario del coronavirus, lo que le podría perjudicar seriamente para ser reelegido como presidente.