Argel expulsa al cónsul marroquí de la ciudad de Oran, quien había declarado que “Argelia es un estado enemigo”

Se recrudece el conflicto diplomático entre Marruecos y Argelia

photo_camera AFP/FADEL SENNA - Banderas de Marruecos y Argelia en Saidia, en la frontera entre ambos países

“Argelia es un estado enemigo”, declaraba el cónsul marroquí en la ciudad argelina de Oran el pasado 13 de mayo. Con este mensaje, comenzaba un conflicto diplomático entre las dos potencias del Magreb que, hasta el momento, parece tener una difícil solución. El diplomático alaui ha acabado abandonado Argelia, según confirmó este martes el portavoz de la Presidencia argelina, Mohand Oussaïd Belaïd. “El cónsul marroquí ha abandonado el territorio nacional a pedido de Argelia […] Su actitud ha excedido todos los límites, incluidos los de aptitud e incluso las normas internacionales […] La actitud no fue sorprendente porque es un oficial de Inteligencia marroquí”, ha declarado el funcionario. “Descubrimos que se trataba de un agente de Inteligencia marroquí que fue nombrado cónsul en Oran por otras razones”, ha reiterado Belaïd en la agencia argelina TSA.

Estas denuncias, en las que se acusa al diplomático de no serlo y, en cambio, de trabajar para los servicios de Inteligencia del Reino, han despertado la “consternación” en Rabat. De hecho, el ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Nasser Bourita manifestó el “disgusto” de su país y el rechazo “a estas acusaciones ridículas e infundadas”. 

El mismo día que el cónsul pronunció las palabras que han levantado la polémica, Argelia ya convocó al embajador del Reino en su territorio para pedirle explicaciones por el comportamiento de su diplomático. “Si se confirma lo que sucedió, es una violación grave de las normas y tradiciones diplomáticas que de ninguna manera puede ser aceptada”, señalaron desde Argel. Además, las autoridades solicitaron a sus homólogas marroquíes “que tomen las medidas apropiadas para evitar cualquier repercusión de este incidente en las relaciones bilaterales entre los dos países”, algo que, con la expulsión del cónsul, no se ha conseguido. 

El portavoz argelino, no obstante, ha asegurado que “esta página en las relaciones diplomáticas entre ambas partes se ha cerrado” y que están trabajando “para elevar el nivel a fin de preservar las relaciones entre los hermanos de Argelia y Marruecos”. Bourita, por su parte, también ha aseverado en la agencia marroquí MAP que el Reino “siempre ha optado por el apaciguamiento en sus relaciones con Argelia”. 

El ministro marroquí de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional, Nasser Bourita

En cualquier caso, cabe destacar que la tensión entre los dos actores del Magreb se ha recrudecido en los últimos tiempos, con una cuestión como telón de fondo del distanciamiento: el contencioso del Sáhara Occidental. Argel apoya al Frente Polisario, que declaró la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), no reconocida por Rabat, que aboga por la autonomía de este territorio dentro de su soberanía. En este marco, el presidente argelino Abdelmadjid Tebboune denunció recientemente que existían “lobbies” contra el Ejército de su país que estaban tratando de desestabilizar el escenario argelino. Aunque no se refirió explícitamente al Reino, medios locales como L’Expression indicaron que el discurso del presidente se había producido en un “contexto de seguridad regional abundante”, pues coincidía con los “ataques incesantes y repetidos de los Makhzen hacia Argelia”, siendo ‘Makhzen’ un término utilizado para ilustrar al estado profundo marroquí y la forma de gestión del rey y la élite circundante en la vida política del país. “El Makhzen entiende la causa: Argelia es un enemigo permanente y, por lo tanto, debemos prepararnos para luchar contra él en cualquier momento”, exponía Brahim Takheroubt en dicha publicación.

Además, se conocía este lunes que Argelia tiene “la intención de fortalecer las medidas de seguridad en sus fronteras con Marruecos”, según informó el medio El Bilad. Una decisión que se habría tomado tras los numerosos intentos de contrabando de drogas y el notable aumento en el país del flujo de narcóticos desde el Reino, en particular desde las ciudades fronterizas del oeste del país. Entre los planes, se contempla la instalación de cámaras térmicas en “ciertas áreas que se sabe que son muy populares entre los traficantes marroquíes, como Maghnia, Tinduf, Naâma o Bechar”, de acuerdo con la publicación. “Esta nueva herramienta sofisticada permitirá, en particular, rastrear a los traficantes de noche. De hecho, los contrabandistas aprovechan el período nocturno para tratar de llegar al suelo argelino en vehículos de doble tracción y con la ayuda de mediadores argelinos”, explicaron desde El Bilad.

Pero el fortalecimiento de la seguridad en la frontera no es asunto exclusivo de Argel. Rabat comunicó el pasado 24 de mayo la construcción de una gran base militar en la provincia de Jerada, a tan solo un kilómetro de territorio argelino. Esta nueva instalación es parte de la estrategia militar implementada desde 2014 por Marruecos para proteger aún más su frontera terrestre con Argelia, de acuerdo con los medios locales.
Así, ambos países continúan mostrando músculo militar, con el objetivo último de conseguir el liderazgo regional en solitario. Como asevera el analista Lucas Martín en Atalayar, “ambos se miran con recelo, porque los intereses en juego son muchos”. 

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