La reorganización militar en Mauritania sugiere un giro estratégico hacia el distanciamiento con Argelia

El presidente mauritano, Mohamed Ould Ghazouani, ha realizado una profunda reorganización del liderazgo militar y de seguridad del país, designando al general Mohamed Vall Ould Raïs como nuevo jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, mediante una serie de decretos firmados recientemente.
El general, quien hasta ahora se desempeñaba como subjefe del Estado Mayor, asume el cargo en lo que los analistas consideran la reestructuración más significativa en la jerarquía militar mauritana.
Estas medidas, que incluyen el retiro del teniente general Mokhtar Bella Chaabane y otros seis nombramientos clave en los sectores de defensa y seguridad, constituyen una respuesta directa a las crecientes provocaciones de Argelia y sus intentos de desestabilizar la región.
En este sentido, cabe destacar la incursión de las fuerzas militares argelinas en territorio mauritano -inicialmente de 8 kilómetros, aunque algunas fuentes señalan que alcanzó los 90 kilómetros-, un incidente que coincidió con la reciente visita no oficial del presidente Ould Ghazouani a Marruecos.
Se ha sugerido que estas incursiones estuvieron acompañadas de intentos por influir en las decisiones políticas de Nouakchott, lo que generó preocupaciones sobre una posible interferencia en los asuntos regionales por parte de Argel.
Asimismo, esta reestructuración masiva de la jerarquía militar se produce en un momento particularmente crítico para Mauritania, un país que, a lo largo de su historia, ha enfrentado una significativa inestabilidad política caracterizada por varios golpes de Estado. Mauritania ha tenido ocho presidentes desde su independencia en 1960, y la mayoría llegó al poder por la fuerza, lo que pone de manifiesto la inestabilidad del poder político en el país.

Estos nombramientos reflejan una clara realineación estratégica con un nuevo liderazgo en puestos clave de seguridad, incluidos los encargados de la inteligencia externa y el control fronterizo. La reciente violación de la frontera por parte de las fuerzas armadas argelinas ha revelado su postura agresiva en la región. Mientras, el creciente fortalecimiento de la cooperación entre Mauritania y Marruecos ha obligado a una revisión exhaustiva de los protocolos de seguridad fronteriza.
Por otro lado, estos cambios también se interpretan como un intento del presidente Ould Ghazouani de preservar la estabilidad institucional, al tiempo que renueva el liderazgo militar.
Otro de los nombramientos, el del general Sidou Samba Dia como jefe de la inteligencia externa, es visto como una respuesta directa a los intentos de infiltración argelina. La reorganización marca un distanciamiento decisivo de la influencia argelina, lo que podría aislar tanto a Argelia como a su representante, el Frente Polisario, en los asuntos regionales.
En varias ocasiones, Argel ha tratado de presionar a Mauritania contra Marruecos. No obstante, tal y como señala Sheikhani Ould Sheikh, presidente de la Asociación Marroquí-Mauritana para la Defensa de la Unidad del Magreb, ambos países miran “de forma positiva el futuro”, asegurando que “no hay lugar para quienes perturben esta alegría magrebí”, según recoge Morocco World News.

La designación del general Sidou Samba Dia como jefe de la inteligencia externa cobra especial relevancia debido a la compleja posición geopolítica de Mauritania y su papel potencial en el emergente bloque regional '3+3' (Marruecos, Mauritania, Senegal, Portugal, España, Francia), una iniciativa que excluye de manera significativa a Argelia.
Los nombramientos, especialmente en los sectores de inteligencia y seguridad fronteriza, subrayan no solo el compromiso de Mauritania por contrarrestar la interferencia argelina, si no que también refuerzan los lazos con Rabat a través de iniciativas estratégicas como el gasoducto Nigeria-Marruecos y el desarrollo del puerto atlántico de Dajla.
Por otra parte, la designación del coronel Mohamed El-Amin Mohamed Ablaal como comandante de la Escuela de Defensa del Sahel refuerza el compromiso de Mauritania con la coordinación de la seguridad regional. Esta medida se adopta en un contexto de creciente inestabilidad en la zona del Sahel, especialmente en el norte de Malí, donde el vacío de seguridad y la proliferación de milicias armadas suponen amenazas directas a las fronteras de Mauritania.

Se espera que el nuevo liderazgo militar refuerce las capacidades defensivas de Mauritania a lo largo de sus zonas fronterizas más vulnerables, al tiempo que preserve la cooperación estratégica con los países vecinos, consolidando a Mauritania como un enlace clave entre la región del Sahel y el norte de África.
Dentro del Sahel destaca la situación de Mali, que también ha tenido que enfrentar la injerencia argelina. En agosto, el portavoz del gobierno de Mali condenó “el creciente número de actos hostiles, casos de injerencia y acciones que interfieren en los asuntos internos de Malí" por parte de Argel.
Estas críticas se intensificaron cuando un alto funcionario maliense desafió directamente la credibilidad de Argel, afirmando que “Argelia no tiene autoridad para dar lecciones a Malí sobre derechos humanos o derecho internacional”, señalando además el cuestionable historial de Argelia en materia de derechos humanos y su presunto apoyo a grupos armados en la región del Sahel.