A pesar de que la reciente reunión entre Antony Blinken y Sergey Lavrov concluyese sin ningún tipo acuerdo respecto a la actual situación en Ucrania, ambos diplomáticos han abogado por mantener el diálogo bilateral.
Durante el encuentro, el secretario de Estado anunció que Rusia recibiría una respuesta sobre sus demandas de seguridad la próxima semana. Además, volvió a condenar el despliegue militar ruso cerca de la frontera ucraniana. “Si Putin quisiese, podría atacar Ucrania desde el sur, el este y el norte”, afirmó. Al igual que ha advertido Biden en varias ocasiones, Blinken aseguró que una agresión rusa sobre Ucrania provocaría una respuesta “respuesta unida, rápida y severa”.
Por el contrario, Lavrov insistió en que Rusia “no tiene planes de atacar Ucrania”. Durante la rueda de prensa posterior, el jefe de la diplomacia rusa acusó a Occidente de promover “la histeria” y a la OTAN de “fomentar la rusofobia”. El ministro destacó las maniobras militares de la Alianza en el Este de Europa y el suministro de armas a Ucrania.

En relación a la respuesta de Washington sobre las peticiones rusas de seguridad, el Ministerio de Relaciones Exteriores señaló en un comunicado que “ignorar aún más las preocupaciones legales de Rusia tendrá las consecuencias más graves”, según informa la agencia rusa de noticias TASS. “Se puede evitar si Washington responde positivamente a nuestros borradores de acuerdos sobre garantías de seguridad”, añade la nota del Ministerio.
Moscú ha pedido en numerosas ocaciones que se limiten la expansión y actividades militares de la OTAN hacia sus fronteras. La respuesta de Estados Unidos, tal y como ha revelado un funcionario del Departamento de Estado a The Washington Post, “seguirá sin cumplir con las demandas de Rusia de suspender la política de puertas abiertas de la OTAN”.
El funcionario, que declaró bajo condición de anonimato, también informó que “la respuesta escrita de la administración Biden incluirá propuestas de seguridad estadounidenses y demostrará el interés de Washington en continuar el diálogo”, añade el periódico estadounidense.

Durante la cumbre del Consejo de la OTAN y Rusia, celebrada en Bruselas la semana pasada, Estados Unidos ya expresó su rechazo a las peticiones de Moscú. “No vamos a aceptar que la OTAN no pueda expandirse más”, afirmó la vicesecretaria de Estado estadounidense, Wendy Sherman. Como respuesta, la delegación rusa remarcó que no aceptarían que la OTAN pudiese expandirse más.
Rusia, además de la retirada de las fuerzas extranjeras en los países vecinos, ha exigido “volver a la configuración de 1997”, pidiendo la expulsión de Bulgaria y Rumanía de la OTAN, según informa The Moscow Times. Tanto Sofia como Bucarest han condenado las declaraciones de Moscú, tachándolas de “inaceptables” y recordando que ambos son países soberanos. “Hace tiempo que tomamos nuestro decisión de convertirnos en miembros de la OTAN”, enfatizó el primer ministro búlgaro, Kiril Petkov.
Mientras Rusia espera la respuesta de Estados Unidos, varios países de la OTAN han comenzado a enviar tropas y material militar al Este de Europa. Estos movimientos fortifican la estructura de la Alianza y protegen a Kiev, pero también elevan las tensiones con Moscú.
España ha decidido enviar los buques de guerra Blas de Lezo y Meteoro al mar Negro. El Gobierno de Pedro Sánchez también ha ofrecido sus cazas para desplegarse en Bulgaria. En este sentido, desde Madrid tampoco descartan aumentar las tropas españolas en la zona. De acuerdo con cifras del Ministerio de Defensa, España ya ha desplegado más de 300 soldados del Ejército en Letonia.

Reino Unido ha enviado 30 tropas de élite y 2.000 armas antitanques a Ucrania. Asimismo, se han reportado aviones de vigilancia británicos volando hacia territorio ucraniano. Sin embargo, a pesar del suministro militar británico, Londres y Moscú podrían mantener conversaciones diplomáticas en febrero, según informó el periódico Times.
Por otra parte, la ministra alemana de Defensa, Christine Lambrecht, anunció que Berlín enviará un hospital de campaña a Ucrania en febrero. “Estamos del lado de Kiev”, reiteró Lambrecht.
No obstante, Alemania ha impedido que Estonia envíe apoyo militar de origen germano a Ucrania, según informó The Wall Street Journal (WSJ). Tallín, al igual que el resto de repúblicas bálticas, prometió a Kiev enviar refuerzos frente a una posible agresión rusa.

Berlín, a diferencias de otros países, se ha negado a enviar armas directamente a Ucrania. "Alemania no ha apoyado la exportación de armas letales en los últimos años", señaló el canciller alemán Olaf Scholz en una rueda de prensa.
La Unión Europea ha anunciado estar dispuesta a sancionar con rapidez a Moscú en caso de que vuelva a agredir a Ucrania. La batería de sanciones habría sido negociada entre Bruselas, Londres y Washington, y afectarían a las relaciones comerciales y económicas con Rusia.
“El golpe previsto es de tal magnitud que, según las mismas fuentes, Bruselas también ha preparado los planes de contingencia para paliar los daños que, inevitablemente, también sufriría la economía europea”, informa Bernardo de Miguel, periodista de El País desde Bruselas. Funcionarios comunitarios también subrayaron que un ataque ruso contra Ucrania “supondría una respuesta a la altura del mayor desafío de seguridad que afronta Europa desde el final de la Guerra Fría”.

Kiev, por su parte, ya ha aprobado un decreto para imponer sanciones a varias empresas rusas. Las compañías afectadas serían las constructoras Lenpromtransproyekt y Geozemstroy, así como a una aseguradora rusa, Insurance Business Group.