Tras finalizar la primera vuelta de las elecciones primarias en Argentina, los resultados presionan al actual presidente, Alberto Fernández, quien deberá afrontar las cinco semanas que restan hasta la segunda vuelta con un cambio de estrategia, si quiere mantener el control de la Cámara legislativa.
Las elecciones primarias permiten a la ciudadanía elegir a los candidatos a representarlos en el Congreso, donde se concentra el poder legislativo del país. Durante la primera vuelta, la coalición del presidente, Frente de Todos, ha perdido estrepitosamente su presencia en la Cámara, frente a los contundentes resultados de la oposición, quien ha obtenido mayoría en 18 de los 24 distritos del país argentino.
El Gobierno argentino no ha tardado en tomar medidas a consecuencia de los malos resultados electorales. Tras esta derrota, Alberto Fernández ha promovido una remodelación en su gabinete de Gobierno, tratando de renovar importantes cargos de la Administración de cara a las elecciones del próximo 14 de noviembre.

Seis nuevos ministros han jurado sus cargos en las últimas horas como parte de la campaña de renovación del presidente Alberto Fernández. La influencia de Cristina Fernández de Kirchner como aliada del Ejecutivo ha sido determinante en los cambios que ha sufrido la Administración, obligando al presidente a ceder en todos los reclamos.
Fernández sacrificó su portavoz, Juan Pablo Biondi, a su ministro de Economía, Martín Guzmán y a su jefe de ministros, Santiago Cafiero, quien fue sustituido por el gobernador Juan Manzur y, sin embargo, mantuvo al ministro de Interior, Eduardo de Pedro, quien con su renuncia el miércoles pasado desencadenó una de crisis interna en la coalición peronista.

Los devastadores resultados obtenidos en las primarias, han desencadenado una crisis sin precedentes en el seno del Gobierno. Las diferencias entre Fernández y Kirchner, vicepresidenta e impulsora de la candidatura de Alberto Fernández a la Presidencia en 2019, se han materializado después de que la coalición gobernante Frente de Todos obtuviera únicamente el 31% de los votos a nivel nacional.
El Gobierno actual se encuentra limitado por la crisis y debilitado política e internamente. Una derrota similar a la ocurrida en las primarias del 12 de septiembre provocaría la pérdida del control del Senado, dejando escapar el dominio de la Cámara Alta y la mayoría simple en la Cámara Baja.
Los conflictos políticos y electorales no deben superponerse a la grave situación que vive Argentina, donde la pandemia y la crisis económica reflejan unos datos de pobreza por encima del 40%, subiendo el desempleo y la inflación hasta el 50% anual, según el medio El País. Además, en medio del desconcierto, el Gobierno se enfrenta a la refinanciación de la deuda de 44.000 millones de dólares que el FMI otorgó a Mauricio Macri en 2018.
Coordinador de América Latina: José Antonio Sierra.