El discurso de casi una hora del presidente ruso, Vladimir Putin, reconociendo la independencia de las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Lugansk ya forma parte de la historia contemporánea por lo que esta decisión supone y por sus posibles consecuencias. Además de reconocer la autonomía las regiones separatistas de Ucrania, Putin también cargó contra la OTAN, Estados Unidos y el Gobierno de Kiev, a quien tachó de “régimen títere” de Washington. “Estados Unidos y la OTAN han comenzado a explotar descaradamente a Ucrania como escenario de posibles operaciones militares”, declaró el líder ruso.
Otro de los puntos más destacables del discurso fueron las palabras de Putin cuestionando la legitimidad de Ucrania como nación independiente ya que, según indicó el mandatario, el país fue creado por Lenin, arquitecto del estado soviético. “Ucrania para nosotros no es solo un país vecino. Es una parte integral de nuestra propia historia, cultura, espacio espiritual”, indicó. Por este motivo, para Putin, permitir la independencia de los pueblos que conformaban la URSS fue “un error”. “Les dimos a estas repúblicas el derecho a salir de la Unión sin términos ni condiciones. Eso fue una locura”, reveló.

Tras el discurso que mantuvo en vilo a gran parte de la comunidad internacional y en concreto a Ucrania, Putin firmó un decreto para enviar “tropas de paz” a la región del Donbás en presencia de los líderes de Donetsk, Denís Pushilin, y de Lugansk, Leonid Pásechnik. El mandatario instó al Ministerio de Defensa a “garantizar la paz” en los enclaves separatistas de Donetsk y Lugansk. Poco después, comenzaron a circular por las redes sociales vídeos que mostraban numerosos vehículos militares entrando en Donetsk.
La resolución, que consta de cinco puntos, también contempla entablar relaciones diplomáticas con las repúblicas prorrusas, trabajo que dirigirá el jefe de la diplomacia rusa, Sergei Lavrov. Asimismo, Putin presentó un “proyecto de acuerdo con Donetsk y Lugansk de amistad, cooperación y ayuda mutua”, tal y como informa la página web del Kremlin.

Este plan ya ha sido ratificado por los Parlamentos de Donetsk y Lugansk, por lo que Moscú y las regiones independientes colaborarán en materia militar y de defensa y trazarán medidas conjuntas para proteger las fronteras de las dos repúblicas.

Mientras los ciudadanos prorrusos de Donetsk y Lugansk celebraban este hecho histórico bajo fuegos artificiales, banderas rusas y con el himno nacional ruso sonando de fondo, comenzaron a llegar las reacciones de la comunidad internacional. La Unión Europea, a través de un comunicado conjunto de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo, Charles Michel, condenaron la decisión de Putin y anunciaron que Bruselas respondería con sanciones contra aquellos implicados en este “acto ilegal” que viola los Acuerdos de Minsk. El alto representante para Política Exterior, Josep Borrell, advirtió que la UE reaccionará “con unidad, firmeza y determinación” al órdago lanzado por Putin.
El diplomático español ha anunciado que Bruselas adoptará las sanciones esta misma tarde. Entre estas medidas se incluye la limitación de Moscú al mercado de capitales europeos. También, dentro del continente europeo, Alemania ha detenido el proceso de aprobación del gasoducto ruso-aleman Nord Stream 2.

Estados Unidos, por su parte, ya ha decretado un fuerte bloqueo económico a las repúblicas autoproclamadas. Según ha informado la Casa Blanca, se prohíbe cualquier actividad económica estadounidense en la región, incluidas inversiones, importaciones y exportaciones de bienes y servicios. No obstante, el Gobierno de Joe Biden anunciará más sanciones contra Rusia.
Washington también ha instado a sus diplomáticos a trasladarse a Polonia “por razones de seguridad”. Anteriormente, la delegación estadounidense ya se había desplazado de Kiev a Lviv, una ciudad ucraniana situada en el oeste del país, cerca de la frontera polaca. “Nuestro compromiso con Ucrania trasciende cualquier lugar”, resaltó el secretario de Estado, Antony Blinken. Australia también ha seguido los pasos de Estados Unidos y ha ordenado a sus diplomáticos a dejar Ucrania debido “al alto riesgo”.

Turquía, una nación que últimamente ha buscado aproximarse a Rusia, se ha pronunciado al respecto rechazando la independencia de las repúblicas prorrusas. El Ministerio de Asuntos Exteriores calificó esta medida como “inaceptable” y reiteró el compromiso de Ankara con la unidad territorial de Ucrania en un comunicado. A pesar de los intentos del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de acercarse a Putin, el país euroasiático ha vendido varios drones Bayraktar a Ucrania, y, de hecho, algunos de ellos han servido al Ejército nacional para luchar contra las milicias prorrusas. No obstante, en este sentido cabe señalar que Turquía también respaldó la independencia de Chipre del Norte, un Estado de reconocimiento limitado que se desvinculó de Chipre en 1893.

Reino Unido ha sido otro de los países que ya han anunciado sanciones “significativas” contra Donetsk, Lugansk y Rusia. De momento, han sido sancionados cinco bancos rusos y tres individuos. Igualmente, Londres plantea enviar más armas a Ucrania. El mes pasado, el Gobierno de Boris Johnson ya entregó 2.000 armas antitanque a Kiev, según informa el periódico británico The Guardian. Las sanciones impuestas por Londres estarán coordinadas con las de la UE y otras naciones que se oponen a la decisión del Kremlin, como por ejemplo Japón, un país que mantiene una disputa territorial con Rusia entorno a las islas Kuriles del Pacífico. “Nuestro país seguirá de cerca la situación con gran preocupación y se coordinará con el G7 y la comunidad internacional sobre las respuestas severas, incluidas las sanciones”, afirmó el ministro de Asuntos Exteriores de Japón, Yoshimasa Hayashi.

La postura de Tokio en esta cuestión difiere de la de su vecino chino. El gigante asiático no ha llegado a condenar el decreto de Putin, aunque sí ha pedido a “todas las partes” que se moderen y eviten “incrementar las tensiones”. Así lo ha comunicado el embajador de Pekín en Naciones Unidas, Zhang Jun, durante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad para abordar el tema. “La situación actual en Ucrania es el resultado de muchos factores complejos”, destacó Jun, mientras pedía resolver las disputas internacionales por “medios pacíficos de acuerdo con los propósitos y principios de la Carta de la ONU”.

No obstante, la gran mayoría de los miembros que conformaron la reunión expresaron su rechazo hacia la decisión de Moscú. La secretaria general adjunta de la ONU para Asuntos Políticos, Rosemary DiCarlo, “lamentó” profundamente la decisión rusa de reconocer la independencia de repúblicas separatistas ucranianas, así como “la orden de desplegar tropas rusas en el este de Ucrania”. “Las próximas horas y los próximos días serán críticos. El riesgo de conflicto mayor es real y debe ser evitado a toda costa”, añadió.

La representante de Estados Unidos en la ONU, Linda Thomas-Greenfield, ha acusado a Rusia de crear un pretexto para invadir Ucrania y ha pedido al resto de países a defender la soberanía, la independencia y la integridad de Ucrania. El diplomático francés, Nicolas De Riviere, por su parte, ha asegurado que Moscú ha elegido "el camino del desafío y confrontación”, algo en lo que coincide con su homóloga británica, Barbara Woodward, quien culpó a Putin de llevar al resto de naciones “al borde del abismo”.
Como respuesta, el diplomático ruso, Vassily Nebenzia responsabilizó a Estados Unidos y sus aliados occidentales de incitar bélicamente a Kiev, que ha concentrado un contingente militar de 120.000 efectivos a lo largo de frontera con los separatistas prorrusos del este, algoque Nebenzia ha calificado como “una provocación armada”.

El embajador ucraniano, Sergiy Kyslytsya, por una parte, ha exigido a Moscú que cancele su reconocimiento de las regiones prorrusas, mientras que, por otro, ha llamado sus aliados internacionales a defender la soberanía del país. Asimismo, subrayó que las fronteras ucranianas han sido y seguirán siendo “inalterables” independientemente de las declaraciones y acciones de Rusia. “Estamos en nuestra tierra. No le tenemos miedo a nada ni a nadie. No le debemos nada a nadie, y no regalaremos nada a nadie”, añadió.
Estas declaraciones reafirman las palabras del presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, quien subrayó que no temían nada ni a nadie. El líder ucraniano se dirigió a la nación después del discurso de Putin y tras hablar con sus socios. Zelensky acusó a Rusia de “violar la soberanía y la integridad nacional” de Ucrania y, al igual que señaló Kyslytsya, destacó que las fronteras no habían cambiado.

Poco después del discurso de Putin, el ministro de Asuntos Exteriores de Siria, Faisal al-Miqdad, respaldó la decisión del líder ruso y reconoció la independencia de Donetsk y Lugansk, según informó la agencia de noticias del Gobierno sirio, SANA. “Lo que Occidente está haciendo contra Rusia en la actualidad es similar a lo que hizo contra Siria durante la guerra terrorista”, declaró Al-Miqdad. De esta manera, Damasco cooperará con estas dos regiones en diversos ámbitos.

Moscú es uno de los aliados clave de Bachar Al Assad. La semana pasada, el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoig, se reunió en la capital siria con el presidente para abordar la cooperación técnico-militar entre ambos países y la asistencia humanitaria de Rusia a Siria, sujeta a sanciones estadounidenses.

La guerra del Donbás se encuentra en un momento crucial. A partir de ahora, Kiev no se enfrentará a milicias prorrusas, sino al Ejército ruso. Putin destacó este aspecto durante su discurso, advirtiendo que, en caso de que no cesen las hostilidades por parte de Ucrania, habrá consecuencias. Asimismo, la actual situación de Donetsk y Lugansk es similar a la de Transnistria, Kosovo, Abjasia, Osetia del Sur u otros Estados con reconocimiento limitado. Sin embargo, al igual que ocurrió en Crimea, las dos repúblicas podrían anexionarse a Rusia a través de un referéndum y comenzar a formar parte del territorio nacional ruso.