Turquía y Estados Unidos rubrican un acuerdo para la venta de aviones de combate F-16

Turquía y Estados Unidos firmaron un contrato para la venta de aviones de combate F-16 tras el visto bueno de Washington para el acuerdo después de varios meses de negociaciones, según informaron fuentes del Ministerio de Defensa turco.
“El contrato fue firmado y las delegaciones de ambas partes están negociando los detalles”, señalaron las fuentes del Ministerio, como informaron las agencias AFP y Reuters.
Gracias a este acuerdo, Turquía recibirá 40 nuevos aviones de combate F-16 y disfrutará de la modernización de 79 de los aviones de su flota actual.
El Ejecutivo estadounidense dio luz verde a finales de enero a la venta de aviones de combate F-16 a Turquía por valor de 23.000 millones de dólares, pocos días después de que Ankara ratificara el ingreso de Suecia en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Estados Unidos esperó a que se depositaran físicamente en Washington los instrumentos de ratificación por Turquía de la adhesión de Suecia a la Alianza del Atlántico Norte.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que durante muchos meses bloqueó la entrada de Suecia en la OTAN por el acercamiento sueco a elementos opositores kurdos considerados terroristas por el régimen turco, había condicionado también el ingreso de Suecia a la aprobación “simultánea” por Estados Unidos de la venta de cazas F-16 a su país. Cabe recordar en este caso que para que un país ingrese en la OTAN debe haber unanimidad por parte de todos sus integrantes, y en el caso de Suecia faltaba el beneplácito de Ankara.

Prueba de la buena sintonía existente ahora es que el presidente Recep Tayyip Erdogan tiene previsto visitar Washington en julio para asistir a una cumbre de la OTAN, una entidad en la que el país otomano tiene gran peso por el importante volumen del Ejército turco, lo que le da gran valor dentro de la Alianza Atlántica. Estaba previsto que el máximo mandatario turco se reuniera con el presidente estadounidense Joe Biden el mes pasado en lo que habría sido su primera reunión en la Casa Blanca, pero las conversaciones se pospusieron debido a problemas de agenda.
El Departamento de Estado de Estados Unidos valoró este acuerdo a través de las redes sociales como “un gran paso adelante” en la adquisición por parte de Turquía de aviones de combate avanzados. El propio Departamento resaltó la importancia de la venta de “los F-16 más avanzados disponibles sólo para los aliados y socios más cercanos”.
La venta de estos aparatos F-16 pone de manifiesto el buen entendimiento entre Estados Unidos y Turquía dentro del ámbito de la seguridad y la defensa, ya que, como apuntaba el Departamento de Estado norteamericano, estos aviones solamente quedan reservados para aliados más cercanos.
Siguiendo el procedimiento legal, el Departamento de Estado notificó al Congreso el acuerdo en enero, junto con una venta separada de 40 aviones de combate F-35 a Grecia por valor de 8.600 millones de dólares; aunque el acuerdo sobre los F-16 no fue aprobado hasta que Washington confirmó que Turquía permitía la adhesión de Suecia a la OTAN.

El Parlamento de Turquía ratificó la membresía de Suecia en enero, después de más de un año de retrasos por los enfrentamientos políticos entre Ankara y Estocolmo.
En abril de 2021, Estados Unidos expulsó a Turquía del programa de los aviones F-35, más evolucionados que los F-16, porque adquirió los sistemas de defensa aérea S-400 de Rusia y era inaceptable que un miembro de la Alianza Atlántica como Turquía tuviese contactos estrechos militares y de defensa con el régimen ruso. Más tarde, ese año, Erdogan mencionó que Estados Unidos propuso a Turquía comprar aviones F-16, menos evolucionados que los F-35. Sin embargo, este acuerdo requirió la aprobación del Congreso de Estados Unidos y enfrentó una fuerte oposición de muchos legisladores.
La objeción estuvo relacionada principalmente con la postura de Turquía sobre la candidatura de Suecia a la OTAN.

El país turco sigue teniendo una gran relevancia dentro de la Alianza Atlántica por la importante dimensión de su Ejército y, además, es una nación clave por su situación geopolítica entre Europa y Oriente Medio, lo que le da un papel muy relevante como mediador en diversos conflictos, junto con su rol importante también en el control de los flujos migratorios, sobre todo de diversas nacionalidades como la siria.
Por otro lado, Turquía también ha moderado su postura en los últimos años dejando a un lado acercamientos a socios peligrosos como Rusia o Irán y rebajando un poco el tono de la opresión a la oposición interna en el país. Un escenario que ha llevado al país otomano a un mayor acercamiento a Occidente, que le viene bien por la necesidad ahora de unos mayores acuerdos económicos y comerciales de cara a salir de la crisis en la que está inmerso el país otomano, necesitado de importantes ingresos e inversiones provenientes del exterior.