Turquía lanza una nueva operación militar en Idlib contra Al-Asad

Turquía lo confirma oficialmente: el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan ha lanzado una nueva operación militar en la región de Idlib, en el noroeste de Siria. El movimiento se produce en respuesta al ataque aéreo perpetrado por el Ejército Árabe Sirio el pasado jueves en el que murieron 34 soldados sirios y varias docenas resultaron heridos graves.
El ministro de Defensa de Ankara Hulusi Akar ha confirmado que los ataques efectuados desde entonces por las Fuerzas Armadas turcas en territorio sirio se enmarcan en un despliegue más amplio que ha sido bautizado como Escudo de Primavera (‘Spring Shield’, en inglés). Se trata de la cuarta operación consecutiva de Turquía en suelo sirio desde la retirada de las tropas estadounidenses. Los oficiales turcos han reiterado que los únicos blancos que se contempla atacar en el transcurso de esta nueva operación son las unidades del Ejército sirio. Solamente se permitirá atacar, además, aludiendo a la legítima defensa.
¿Cómo avanza de momento la operación? Según los detalles ofrecidos por la agencia oficialista Anadolu, el Escudo de Primavera ha comenzado con fuerza. Por el momento, ha derribado dos cazas Sukhoi-24 de fabricación rusa y ocho helicópteros y ha neutralizado más de cien tanques. Según la misma fuente, el balance humano es catastrófico para el régimen sirio, ya que, en apenas tres días, habría perdido más de 2200 hombres.

No obstante, estas cifras han de ser tomadas con mucha cautela. Otras fuentes, como el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR, por sus siglas en inglés), las rebajan notablemente y, más bien, cuentan las bajas en el régimen en decenas y no en cientos. El SOHR sí que reconoce, por ejemplo, que las milicias proturcas, propulsadas por la nueva operación de Ankara, han recuperado algo de terreno en las provincias de Idlib y Hama. Siria, por el momento, ha optado por cerrar oficialmente su espacio aéreo.
Está por ver si la operación turca tiene la capacidad de cambiar el signo de la contienda, aunque parece improbable. A pesar de la oposición de las milicias apoyadas por Turquía, el Ejército Árabe Sirio ha estado avanzando a un ritmo bastante alto a lo largo de las últimas semanas. A punto de cumplirse nueve años de guerra, el único foco de resistencia activa contra el régimen está en Idlib y los pueblos de los alrededores. Parece cuestión de tiempo que los rebeldes sean expulsados de allí.

¿Dónde queda Rusia? Es la gran pregunta que incomoda a Erdogan. Desde su punto de vista, el Kremlin estaría, teóricamente, fuera de la ecuación. El ministro Akar, de hecho, ha pedido a las autoridades rusas que no interfieran en la lucha entre los soldados turcos y sirios y que toquen todas las teclas que puedan para conminar a Damasco a cesar su avance hacia el norte.
Sin embargo, este extremo parece bastante poco realista. La aviación rusa ha sido el principal motor del avance de Al-Asad a lo largo de los últimos meses. Sin los cazas Sukhoi de Moscú, es probable que la guerra se hubiese prolongado todavía más. No es probable que el Kremlin se quede al margen sin más.
En los últimos días, Turquía ha evitado todo enfrentamiento directo con las Fuerzas Armadas rusas. No están claros qué apoyos podría tener en una eventual confrontación. Erdogan ha sondeado a Emmanuel Macron y Donald Trump. Con este último, ha discutido el adelanto de misiles Patriot. Sin embargo, no parece que la OTAN vaya a aplicar medidas de gran calado. Rusia, por su parte, no se ha pronunciado sobre la última decisión del dirigente turco, pero, en los días anteriores, ha llamado a Ankara a trabajar conjuntamente para evitar el peor escenario posible.
De hecho, el próximo jueves, 5 de marzo, Erdogan y su homólogo Vladimir Putin mantendrán un encuentro bilateral en la capital rusa. Los mandatarios esperan poder sacar algo en claro del encuentro y trazar un plan conjunto de acción en Idlib. Los consensos alcanzados en Sochi y Astaná para establecer zonas de desescalada no están siendo respetados.
Mientras los dos bandos se acusan mutuamente de haber roto primero los acuerdos, los combates de las últimas semanas están provocando el mayor éxodo de la guerra en Siria. Desde el mes de diciembre, Naciones Unidas estima que cerca de un millón de personas han dejado sus hogares en la provincia de Idlib y los alrededores. La mayoría se dirigen hacia la frontera turca.
En Turquía, ya viven cerca de cuatro millones de refugiados. Para tratar de presionar a la Unión Europea y a la OTAN, Erdogan ha abierto temporalmente sus fronteras para impulsar el flujo migratorio hacia suelo comunitario. Según las declaraciones oficiales del Gobierno turco, decenas de miles de personas podrían tratar de pasar a Grecia y a Bulgaria en estos días. El Gobierno heleno ya ha cerrado todos sus pasos fronterizos.