La ONU denuncia que todas las partes en la guerra han llevado a cabo ataques indiscriminados contra la población civil, sobre todo, en la región de Idlib

Turquía y Rusia, bajo sospecha de haber cometido crímenes de guerra en Siria

AFP/BAKR ALKASEM - Combatientes sirios apoyados por Turquía montan un tanque en la ciudad de Saraqib en la parte oriental de la provincia de Idlib en el noroeste de Siria, el 27 de febrero de 2020

Tanto Rusia, que “mató civiles en ataques aéreos el año pasado”, como Turquía, pues los rebeldes que Ankara apoya “llevaron a cabo asesinatos y saqueos en áreas kurdas”, podrían haber incurrido en crímenes de guerra, delitos que se juzgan en la Corte Penal Internacional (ICC, por sus siglas en inglés), según ha denunciado este lunes la Comisión de Investigación Independiente de la ONU sobre Siria.

En una rueda de prensa, los dos miembros del órgano, el egipcio Hanny Megally y el brasileño Paulo Pinheiro, han presentado las conclusiones de un informe sobre la situación en el país de Oriente Medio entre el 11 de julio de 2019 y el 10 de enero de 2020. Además de denunciar los delitos de Turquía y Rusia, también se acusa al Gobierno sirio de Bachar al-Asad y al grupo terrorista que opera en el país, la filial de Al-Qaeda, Hay’at Tahrir al-Sham (HTS) de cometer violaciones contra la población civil.

El presidente de la Comisión de Investigación de la ONU sobre Siria, Paulo Pinheiro (C) y el miembro de la comisión Hanny Megally (L) dan una conferencia de prensa para presentar el último informe sobre la situación en Siria, el 2 de marzo de 2020 en Ginebra

En el primer caso, la investigación desvela que “la Fuerza Aérea de Rusia no dirigió los ataques a un objetivo militar específico, lo que equivaldría al crimen de guerra por lanzar ataques indiscriminados en áreas civiles”, en referencia al bombardeo que Moscú efectuó el pasado 22 de julio sobre una zona residencial en la ciudad de Ma’arat al-Nu’man, en la que 43 civiles fueron asesinados, y sobre un campamento de desplazados en pasado 16 de agosto, que dejó un balance de 20 personas muertas, entre ellas ocho mujeres y seis niños. 

En el segundo caso, la Comisión detalla “los abusos cometidos por rebeldes -aliados a Turquía- durante un asalto a áreas controladas por los kurdos”. De probarse que estos grupos insurgentes habrían actuado bajo el control de las fuerzas militares turcas, “los comandantes podrían ser responsables de crímenes de guerra”.

Los residentes inspeccionan los escombros de los edificios dañados, buscando víctimas, después de un ataque aéreo en Ma’arat al-Nu’man, provincia de Idlib, Siria, el 28 de agosto de 2019

En esta línea, Megally ha asegurado que “Turquía debería ser al menos responsable de las violaciones de los milicianos”, puesto que de confirmarse que “los miembros de cualquier grupo armado que operen bajo el mando y supervisión de las fuerzas turcas están implicados en actos criminales, se puede aplicar responsabilidad penal sobre estos líderes militares, ya que sabían o deberían haber sabido de los delitos que los mercenarios bajo su control estaban cometiendo y no tomaron las medidas necesarias para prevenirlos”. 

La investigación concreta, en este punto, cómo los combatientes apoyados por Ankara han cometido repetidas violaciones de género contra las mujeres kurdas en todas las zonas donde se lanzó la denominada ‘Operación Primavera de Paz’, que fue dirigida desde el pasado 8 de octubre de 2019 por las Fuerzas Armadas turcas y el Ejército Nacional Sirio (SNA, por sus siglas en inglés) -compuesto por las milicias insurgentes-.

Combatientes sirios apoyados por Turquía en la ciudad de Saraqib, en la parte oriental de la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, el 27 de febrero de 2020

Asimismo, cabe destacar que los miembros de la Comisión le han pedido a las autoridades de Ankara que investiguen si fueron responsables de un ataque aéreo el pasado mes de octubre cerca de Ras al Ain contra un convoy civil, en el que murieron 11 personas. Si bien el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan ya ha negado cualquier vinculación con la ofensiva, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR, por sus siglas en inglés) desveló que habían participado aviones turcos.

Mujeres sirias y niños en el campamento de desplazados internos de Washukanni, cerca de la ciudad predominantemente kurda de Hasakeh, en el noreste de Siria, el 17 de febrero de 2020
El desplazamiento forzoso de población

“Existe el crimen de guerra de aterrorizar intencionalmente a una población para obligarla a moverse. Estamos viendo emerger claramente esa imagen en Idlib, donde, debido a que la zona está siendo bombardea constantemente, la gente se ve forzada a desplazarse”, ha detallado Megally. 

De hecho, entre los meses de mayo de 2019 y enero de 2020, la investigación recoge el desplazamiento de 700.000 civiles desde Idlib hacia el norte del país, dejando prácticamente despobladas las zonas de Ma’arat al-Nu’man y Saraqib, que ha sido recuperada este lunes por las fuerzas gubernamentales sirias, con el apoyo de Moscú.

“La verdadera pregunta es: las personas que están atrapadas en la frontera están sufriendo debido a la falta de asistencia humanitaria y niños han muerto por el frío. Y no me queda claro por qué la comunidad internacional no ha actuado con urgencia para asegurarse de que están recibiendo la asistencia humanitaria que necesitan. No puedo entender por qué no se pueden proporcionar refugios o tiendas de campaña”, ha lamentado Megally. Con este mensaje, además, contradice totalmente la versión de Turquía, que siempre ha defendido su presencia en Siria y, concretamente, en Idlib, como necesaria para proteger a la población civil y evitar una catástrofe humanitaria.

Campamento de desplazados internos de Washukanni, cerca de la ciudad predominantemente kurda de Hasakeh, en el noreste de Siria, el 17 de febrero de 2020
Los combates continúan en Idlib

La denuncia pública de la ONU ha llegado en un momento en el que los combates se han recrudecido en la provincia de Idlib, el último bastión rebelde de Siria tras la recuperación por parte del Gobierno de Alepo durante la semana pasada.

Según ha informado el SOHR, las fuerzas de Al-Asad, con el poder aéreo ruso, han logrado recuperar este martes el control de la carretera internacional que une a la capital, Damasco, con Alepo, la denominada autopista M5 de 450 kilómetros, vital por su valor geoestratégico para determinar quién ganará la guerra, al atravesar las principales ciudades del país.

Las tropas gubernamentales también han recuperado la ciudad de Saraqib, como se ha mencionado anteriormente, ubicada a tan solo 19 kilómetros de Idlib capital, y las aldeas de Jubas, Kafr Batikh, Tarnabeh, Dadikh y Shabur, en las últimas 24 horas tras intensos enfrentamientos contra los rebeldes y los grupos yihadistas respaldados por drones turcos. 

En dichos combates, la organización con sede en Londres ha documentado “enormes pérdidas de vidas”, entre las que se incluyen por un lado 75 combatientes de la oposición, dentro de los cuales 49 yihadistas, y, por otro lado, 40 soldados del Ejército de Damasco. La cifra, no obstante, podría aumentar en las próximas horas, según advierte el SOHR.

También se ha informado este martes de la muerte de un soldado turco como consecuencia de un ataque aéreo lanzado por las Fuerzas Armadas sirias en Idlib y de tres milicianos pro-Ankara en los enfrentamientos con las fuerzas kurdas, aglutinadas en las Fuerzas Democráticas sirias (SDF, por sus siglas en inglés), enfrentadas con Turquía.