Ucrania sigue insistiendo en su contraofensiva para lograr que el Ejército ruso retroceda en la guerra que se desarrolla en territorio ucraniano. Mientras, el Ejército ucraniano sigue recibiendo la ayuda occidental y el cereal y la inseguridad alimentaria siguen siendo utilizados por el presidente ruso, Vladimir Putin, como arma de guerra.
María Senovilla, periodista y colaboradora de la revista Atalayar y otros medios, pasó por los micrófonos del programa “De cara al mundo” de Onda Madrid para hablar sobre el transcurso de la guerra de Ucrania desde donde informa como corresponsal.
María, ¿dónde estás actualmente?
Me encuentro en Zaporiyia, en la retaguardia de Bajmut, donde estoy cubriendo la contraofensiva del frente del este de Ucrania.
¿Cómo va la contraofensiva? Hasta hace poco no había buenas noticias. Ahora parece que sí, que hay mejores noticias.
Pues parece que esto es un punto de inflexión. Hay giro de última hora, esa contraofensiva que llevaba ya dos meses desarrollándose no había tenido los resultados que se esperaban. Creo que desde los medios de comunicación habíamos alentado unas expectativas, tal vez demasiado altas, pues pensando en aquella otra contraofensiva que tuvo lugar en otoño, que fue relámpago, en la que en dos meses lograron liberar una cantidad de terreno, pues bastante grande, y esperábamos una cosa parecida aquí que no ha sido posible porque las posiciones de defensa rusas están increíblemente fortificadas, han tenido más de medio año para trazar esas líneas defensivas en las que hay kilómetros y kilómetros y kilómetros de nuevas trincheras que además están muy pertrechadas con munición, sobre todo con munición antitanque para parar cualquier intento de ofensiva mecanizada. Es muy difícil poder avanzar y a eso hay que sumarle un dato que es absolutamente preocupante, que también se ha conocido esta semana, que es que ahora mismo Ucrania se ha convertido en un país en el que hay un 30% del terreno sembrado con minas antipersona, con una densidad de minas que no se había visto nunca, o sea, ya no es solo que 1/3 del país esté sembrado de minas, es la cantidad de minas que hay sembradas en ese tercio.
Lo que han hecho los rusos es rodear con una densidad de minas, casi inexpugnable, todas sus posiciones defensivas, de forma que cualquier intento de contraofensiva ucraniana sin aviación es complicado. Recordemos que están pidiendo esos F 16 y que, de momento, no llegan, pues cualquier intento de intentar abrir brechas sin aviación es casi casi como chocarse con un muro.
Entonces las noticias que nos llegaban recientemente de este avance ucraniano en la provincia de Zaporiyia en dirección a Melitopol es un punto de inflexión en el curso de esta contraofensiva. Melitopol es uno de los objetivos claves en esta contraofensiva. Melitopol es esa ciudad que está entre la arrasada Mariupol y el sur de Jersón y lo que pretenden las fuerzas ucranianas es romper ese corredor que Putin había logrado establecer entre Rusia y Jerson; ocupando los territorios del Donbass y de Zaporiyia, y finalmente Jerson, la provincia que está justo encima de Crimea y cerrando así el acceso de Ucrania al mar de Azov. Por eso es tan importante y estratégica esta parte que ha ocupado Rusia y por eso también esto no va de ideología ni va de limpiar Ucrania de nazis, como justificó al comienzo la invasión.
Esto va de intereses económicos, geoestratégicos y comerciales. Entonces si Ucrania logra recuperar Melitopol, rompería ese corredor, rompería la cadena logística con la que Rusia suministra munición a sus tropas de ocupación y además volvería a abrir el acceso al mar de Azov. Por eso la importancia de recuperar el territorio ocupado precisamente en este eje Berdiansk-Melitopol y ¿qué es lo que ha sucedido en las últimas 24 horas? Pues que el Ejército de Zelenski, que se ha empleado a fondo en el sur parece que lograba abrir brecha y atravesar posiciones defensivas rusas. Esas posiciones que están rodeadas de una cantidad ingente de minas fortificadas con nuevas trincheras, con kilómetros de nuevas trincheras y además pertrechada con muchísima munición antitanque. Están diciendo que en estos dos meses de atrás puede que la estrategia ucraniana haya sido desfondar a las tropas rusas que están apostadas en esas trincheras, dejarles que gastaran munición y munición y munición para poder avanzar. Yo no estoy tan segura de si esto ha sido fruto de la estrategia o no sé si llamarlo cabezonería, pero sí, desde luego, de la insistencia por abrir brecha con poquísimos medios, porque sin esos F 16, sin Fuerza Aérea importante, esto es una labor casi titánica.

Pero los rusos parece que también se mueven en Lugansk, ¿no?
Así es, esto que hemos narrado está sucediendo en el frente del este de Ucrania, en ese eje, concretamente en Zaporiyia, también están empujando en la parte de Bajmut, en el Donbass, pero en el frente del este lo que está intentando Rusia es dividir las tropas del Ejército de Zelenski.
Hace poco más de una semana movilizaba a los casi o más de 100.000 efectivos que tenía posicionados en Lugansk, que es la provincia que hace frontera, digamos, con el sureste de Jarkiv. Y empezaba una ofensiva, empezaba una ofensiva rusa en este eje Kupiansk-Kremina, del que también hemos hablado en otros programas y que estaba siendo especialmente además cruento. Lo que están haciendo en estos días es lanzar lanzarse con la artillería pesada, con drones, con oleadas de asaltos terrestres para intentar también los rusos romper las posiciones defensivas ucranianas y obligar de esta manera a Zelenski a trasladar parte de las tropas con las que está empujando en dirección a Zaporiyia y Bajmut al frente del este; por aquello de divide y vencerás y de aliviar también la presión en estos puntos en los que veía que el Ejército ucraniano seguía insistiendo.
Los cereales y el grano son un arma más en esta en esta guerra, la semana ha sido infernal, los bombardeos rusos a más en las últimas horas, también sobre Odesa y otros puertos ucranianos.
Así es, llevan una semana auténticamente terrorífica. Además, en una ciudad como Odesa en la que la guerra había pasado un poco de refilón porque allí se habían producido bombardeos puntuales contra infraestructura crítica de electricidad y contra centros ligados a mandos militares, pero no se había producido una oleada de ataques masivos continuada durante una semana, en la que ha habido noches en las que Rusia ha lanzado hasta 70 misiles y otros tantos drones.
Con lo cual, es imposible que la artillería antiaérea pare una cantidad tan grande de misiles volando contra esta ciudad; aparte de destruirse las infraestructuras portuarias, de destruirse todos los hilos en los que estaba almacenado el grano que Ucrania ha preparado para exportar y aquí viene un poco la parte esta hipócrita de que en la Cumbre Rusia-África Putin ha prometido enviar hasta 50.000 toneladas de grano de forma gratuita. Bueno, pues Ucrania tenía almacenados en esos silos 60.000 toneladas de grano, 10.000 más de las que ha prometido Putin. Y no solo ha destruido el grano, sino que también ha destruido la infraestructura a través de la cual se podía exportar.
Parece que los ataques no van a parar, aunque me parece que queda bastante poco que destruir. Las últimas informaciones que llegaban del Ministerio de Infraestructuras de Ucrania nos decían que se iba a tardar más de un año en reconstruir lo que Rusia había bombardeado hasta el momento. Insistimos, si los ataques se siguen produciendo, pues será todavía mayor y además se abre esa otra vía de ataque que es contra los puertos fluviales, como el que tiene a orillas del río Danubio, que yo lo he conocido porque recientemente he entrado y he salido de Ucrania varias veces en ferry por el río Danubio y he visto esa infraestructura que también ha quedado imposibilitada para exportar por ahí desde el sur de Odesa, el grano que ahora mismo no se puede sacar por el mar Negro. Entonces, efectivamente, ha convertido el cereal y también la estabilidad alimentaria mundial en un arma de guerra.

Además, utilizando sus intereses en África para intentar romper el aislamiento internacional, pero también para ganarse aliados y, sobre todo, la pinza. Yo sigo manteniendo que la estrategia de Putin es una pinza por el norte en Ucrania y por el sur con África.
Te decía que es una pinza, pero que si te das cuenta en la última cumbre que se produjo con países africanos fueron el doble de países de los que han acudido ahora a San Petersburgo. Entonces, a lo mejor también eso es un indicador de que las políticas de Putin de intento de influir en África no le están saliendo bien con todos los países africanos con los que intenta estrechar esos lazos. Eso también hay que tenerlo en cuenta.
Además, la diplomacia norteamericana y europea también está trabajando para que esos países africanos estén del lado occidental y no del lado ruso. Te hablo de España, que sigue escenificando su apoyo a Kiev en un momento complicado, no como venías contando en el campo de batalla.
Así es, el pasado 1 de julio recordamos que venía Pedro Sánchez hasta Kiev. Un encuentro que además tuve la ocasión de cubrir y en el que prometió a Zelenski, en directo en la rueda de prensa a la que acudimos los medios españoles que estamos destacados aquí en Ucrania, un hospital de campaña con capacidad quirúrgica. Además de terminar con el envío de los tanques Leopard, recordamos que habían enviado seis y quedaban otros cuatro pendientes y otros vehículos blindados, además de suministros de munición y también suministros médicos para ese hospital.
Bueno, pues el hospital de campaña español ya está en Polonia. Probablemente a estas horas ya esté cruzando, si es que no ha cruzado ya, la frontera para desplegarse en algún punto de Ucrania. Yo intentaré los próximos días intentar averiguar dónde está, a ver si es posible desplazarme y hacer un reportaje sobre cómo lo despliegan y el uso que le van a dar.
Además de esto, han salido también vía marítima los cuatro Leopard, los cuatro carros de combate que faltaban, de ese lote que ha enviado. El último anuncio que hacía era el envío de medio millar de torniquetes. Supongo que también le habrán dicho que como necesidades para cubrir el espectro sanitario en un punto en el que la contraofensiva está siendo de un desgaste personal terrible, hay muchísimas, muchísimas bajas. No solo muertos, muchísimos heridos tanto por mina como por fuego de mortero, como por esa artillería pesada que Rusia está empleando y los puntos de estabilización me dicen que hay días que no dan abasto. El torniquete, para el que no lo sepa, es una especie de correa con la que puedes parar la hemorragia en una pierna o en un brazo. En esas heridas, que son las más habituales que se producen en el campo de batalla, un torniquete puede salvar una vida. No es que sea una cantidad enorme de material, pero es un material que puede salvar vidas en el campo de batalla. Entonces, los ucranianos lo agradecen.
A mí a veces, cuando voy al frente de combate a alguna posición y me preguntan de qué nacionalidad soy, les digo que soy española y me dan las gracias por lo que les estamos enviando. A mí a veces me da un poco de vergüenza porque realmente en comparación con otros países como Alemania, como Reino Unido, ya de Estados Unidos ni hablamos, pues lo que enviamos nosotros son cantidades casi insignificantes, pero los ucranianos tienen presente a todos los países aliados que les están ayudando, que les están apoyando, que les están enviando material y cuando vas a sus posiciones y tienes ocasión de estar un rato tranquilamente con ellos te lo agradecen. Es tremendo.