Estados Unidos advierte de la proximidad que Rusia estaría ejerciendo con Irán después de que varios funcionarios rusos hayan visitado recientemente el país

¿Un posible bloqueo regional a Irán?

photo_camera REUTERS/DADO RUVIC - El intercambio de prisioneros entre Irán y Estados Unidos, algo cada vez más posible para formalizar el acuerdo nuclear

La geopolítica atraviesa momentos convulsos. La invasión de Rusia sobre Ucrania ha marcado un antes y un después sin precedentes. Las alianzas entre los países del bloque occidental se han afianzado y Estados Unidos ha reafirmado su posición como baluarte de los valores de Occidente y de la democracia frente a aquellas potencias que amenazan con desestabilizar el orden que desde Washington tratan de defender.

El mundo cada vez se acerca más a la multipolaridad. Estados Unidos y Europa no son los únicos que quieren afianzar sus valores y su influencia por el resto del mundo. Antes era Rusia, quien desde la caída de la Unión Soviética ha visto como, poco a poco, su influencia se ha visto relegada hasta convertirse en una “potencia regional” como llegó a tildarla el ex presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, durante su presidencia. Ahora China ha tomado el testigo y su silenciosa expansión sigue produciéndose a lo largo de todo el mundo, sabiendo aprovechar los vacíos de poder y entablando relaciones comerciales que facilitan su influencia en múltiples países, como está siendo a lo largo de todo el continente africano. 

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 Rusia ha visto cómo su poder ha descendido a pasos agigantados en menos de 30 años y, frente a la expansión de las bases de la OTAN, así como el poder cada vez superior de Estados Unidos, Moscú trata de volver a dominar e influir en una parte del mundo en la que Estados Unidos todavía no ha podido afianzarse. Ucrania y la urgencia por “desnazificar” el país fue la excusa para que Rusia iniciase una auténtica invasión en un país que se encuentra en suelo europeo. Sin embargo, esta ofensiva injustificada y en contra del derecho internacional ha provocado el efecto contrario. La OTAN ha aumentado con la integración de dos nuevos miembros y la diplomacia ha vuelto a recuperar su esencia para condenar la violencia y crear un frente en común en contra de la agresión rusa, sobre todo por parte de los países occidentales.

La cercanía entre Rusia e Irán

Rusia no es la única amenaza que desestabiliza los valores comunes de Occidente. Irán, enemigo acérrimo de Estados Unidos que sigue formando parte del “eje del mal”, sigue siendo un quebradero de cabeza tanto para Washington como para los países de la región de Oriente Medio. Es en esta zona donde el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha querido sellar puentes diplomáticos con las monarquías árabes a través de su gira por Oriente Medio, pero también con países como Israel, Egipto, Irak y Jordania. ¿Uno de los muchos objetivos? Crear un frente común de defensa contra las amenazas regionales, como es el caso de Irán y dejar un mensaje claro: "Estados Unidos está comprometido con la región y no se irá a ninguna parte”

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Esta acción no es sencilla de ejecutar, pero Estados Unidos ha tratado de dibujar la senda para formar un bloque árabe disuasorio que consiga frenar las amenazas iranís. Una de las razones que complica la creación de este bloque es que no todos los países árabes mantienen la misma relación con Teherán. En el caso de las monarquías árabes, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y Bahréin tratan de presionar para aislar al país chií y frenar su preocupante programa atómico.

Sin embargo, países como Qatar y Omán mantienen sólidos lazos diplomáticos con Irán, llegando a actuar como intermediarios en las conversaciones entre Washington y Teherán con el fin de recuperar el desgastado acuerdo nuclear del año 2015. 

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Qatar recientemente organizó una serie de conversaciones entre funcionarios de Estados Unidos e Irán para tratar de revivir este pacto que velaba por el compromiso de Teherán de no producir uranio enriquecido durante los próximos 15 años, así como prescindir del más del 90% de su material nuclear, medidas que se han visto incumplidas con la salida de Donald Trump del acuerdo.

Esto no ha impedido que Qatar e Irán sigan estrechando sus lazos. En este aspecto, ambos países no solo comparten un campo de gas submarino en el Golfo Pérsico si no que Irán se mostró como aliado del país qatarí cuando el país sufrió un aislamiento por parte de Emiratos, Arabia Saudí, Egipto y Bahréin cuando le acusaron de apoyar a grupos terroristas, además de a los Hermanos Musulmanes. 

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A pesar de las diferencias entre estas relaciones diplomáticas frente a unos y otros, Biden presiona en la región y alerta del peligro de una posible alianza entre Rusia e Irán. Desde Washington alertan que varios funcionarios rusos han visitado el país persa para ver la capacidad armamentística con la que cuentan, en un posible movimiento que podría servir para adquirir mayor armamento para el conflicto en Ucrania.

Un alto funcionario de la administración de Biden declaró que Rusia estaría “apostando por Irán” y, por tanto, la urgencia por aislar al país chií es cada vez mayor. Aun así, también dificulta la creación de un bloque el hecho de que durante la Cumbre ningún país miembro se ha pronunciado sobre ejercer un aislamiento a Rusia, ni siquiera para sancionar al país, un acto que por otra parte sí que es prioritario para Washington. 

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Oriente Medio no es Europa y la presión de Estados Unidos, por ende, no es la misma. Las relaciones que los países de Oriente Medio realizan con Moscú son diferentes a la de los países europeos, al igual que sus objetivos. Lo mismo ocurre a la hora de hacer un frente disuasorio contra Irán.

Otra dificultad añadida es que Estados Unidos quiere que en esta alianza se tenga en cuenta a Israel. En esta línea, los Acuerdos de Abraham marcaron el inicio de algo histórico, esto es, el acercamiento y el establecimiento de relaciones diplomáticas entre varios países árabes -entre los que se incluyen además de Emiratos Árabes, Bahréin, Marruecos y Sudán- con Israel. Sin embargo, el conflicto palestino-israelí sigue marcando distancias entre otros países árabes como es el caso de Arabia Saudí que continúa sin tener ningún tipo de relación con Israel. La apertura del espacio aéreo a sus aviones sí que podría significar unos “primeros pasos” para llevar a cabo esta acción, aunque por el momento no hay nada sobre la mesa sobre un acercamiento mayor. 

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Oriente Medio en pie por la paz 

A pesar de las discrepancias, en lo que todos los líderes han estado de acuerdo es en crear una visión común donde prevalezca la paz, exigiendo la creación de una buena vecindad y el respeto a la soberanía y a la integridad territorial. Tal y como reza la declaración final de la Cumbre de Sostenibilidad y Desarrollo “los líderes reiteraron su condena al terrorismo y reafirmaron su entusiasmo por fortalecer los esfuerzos para combatir el terrorismo y el extremismo, prevenir el armamento y el financiamiento de grupos terroristas y enfrentar todas las actividades que amenazan la seguridad y estabilidad de la región”.

A largo plazo el objetivo para todos es el mismo: la defensa de la paz y la estabilidad en una región que precisamente se ha caracterizado por atravesar episodios convulsos. Si algo hemos podido ver en apenas dos años es que lo que parecía casi imposible, como un acercamiento entre países árabes e Israel, se ha producido y en este sentido no va a haber marcha atrás. La diplomacia es un desafío, pero también una solución que en lo que precisamente consiste es en estabilizar relaciones en pro de la paz. La Cumbre ha servido justamente para eso, para dar un mensaje sobre los deseos que albergan los países de la región por conocer la estabilidad y la prosperidad frente a las amenazas que pretenden dañar este fin.

Aunque existan diferencias, al final los países de la región, junto con Estados Unidos, han demostrado querer lo mismo: una región donde la paz prevalezca. Washington ya ha dejado claro que quiere contribuir a ello, la creación de un frente común puede ayudar a alcanzar este fin. Ahora tendremos que ver si las diferencias se quedarán a un lado y, una vez más, la diplomacia conseguirá ejercer su objetivo en una región que ha demostrado estar dispuesto a seguir trabajando por alcanzar la estabilidad y la seguridad

Coordinador de América: José Antonio Sierra. 

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