Yemaa Islamiya es uno de los primeros grupos terroristas que amenazaron la zona del Sudeste Asiático, desde hace tiempo un foco de organizaciones terroristas

Yemaa Islamiya: el yihadismo en el Sudeste Asiático

AFP/CYRIL TERRIEN - Ataque terrorista en Bali, Indonesia
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Este documento es copia del original que ha sido publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos en el siguiente enlace.

El terrorismo, junto al narcotráfico, representa la mayor amenaza para la seguridad y la estabilidad global y causa cuantiosas pérdidas económicas y humanas. El surgimiento del Estado Islámico en Irak y Siria tuvo consecuencias sin precedentes en amplias regiones de África, Europa y Asia. Precisamente en el Sudeste Asiático nacieron grupos terroristas con distinto recorrido. Uno de ellos es la Yemaa Islamiya, movimiento surgido en Indonesia sobre el que versa el presente trabajo, dedicado al análisis de su origen y desarrollo en un contexto regional de proliferación del terrorismo. Esta organización islamista posee conexiones con otras corrientes yihadistas de características similares.

Introducción

El presente trabajo analiza el surgimiento y desarrollo de la Yemaa Islamiya. El tema fue elegido por el impacto que tienen sobre la estabilidad global los grupos terroristas de ideología yihadista, pues constituyen una amenaza capital para la seguridad. En este caso, de Indonesia y de todo el Sudeste Asiático.

Yemaa Islamiya es uno de los primeros grupos terroristas que amenazaron la zona del Sudeste Asiático, desde hace tiempo un foco de organizaciones terroristas. Entre ellas destacan, aparte de la Yemaa Islamiya, Abu Sayyaf, Laskar Jihad, el Frente Pembela Islam, el Frente Moro de Liberación Islámica y el Nuevo Ejército del Pueblo1.

Nos detendremos en el estudio de la Yemaa Islamiya por la cuantía y los efectos de sus atentados. Por ejemplo, tras los acontecimientos que tuvieron lugar el 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, la Yemaa Islamiya perpetró un atentado en Bali en 2002: dos bombas detonadas en bares y una tercera cerca del consulado americano provocaron 202 muertos y centenares de heridos. Entre los atentados perpetrados por este grupo también destacan dos ataques en la ciudad de Yakarta, uno dirigido contra la población cristiana y otro contra el hotel Marriott, acaecido en 2003. Los ejemplos citados justifican el análisis de la Yemaa Islamiya: ilustran la amenaza que ha supuesto y que todavía puede representar en la región2.

Para comenzar, realizaremos una aproximación al contexto histórico de Indonesia, prestando especial a su camino hacia la independencia, a lo largo del cual surgió la Yemaa Islamiya. Continuaremos centrándonos en las causas que motivaron el origen del grupo terrorista y en las etapas de su actividad, estructura y financiación. Para terminar, nos detendremos en el fin de su actividad en la actualidad.

Indonesia, un país con enormes retos

El Sudeste Asiático es un territorio extenso, caracterizado por la diversidad de religiones, grupos étnicos, idiomas, culturas, costumbres, historias y una multitud de elementos propios. Conforman la región Myanmar, Tailandia, Vietnam, Laos, Camboya, Malasia, Singapur, Brunéi, Indonesia y Filipinas, países que durante siglos fueron colonias europeas. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, en el Sudeste Asiático surgieron movimientos independentistas, cuyas demandas acabaron siendo mayoritariamente satisfechas tarde o temprano por las diferentes potencias.

En el periodo inmediatamente posterior a su conquista de la independencia —en concreto, en 1967—, Tailandia, Malasia, Singapur, Indonesia y Filipinas crearon la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), hoy vigente. Esta organización nació con el objetivo de contribuir al crecimiento económico, el progreso social y la cooperación cultural en la región, así como también al mantenimiento de la paz y la neutralidad en la difícil situación que la existencia de dos grandes bloques planteaba durante la Guerra Fría.

Indonesia acabaría siendo uno de los principales países de la ASEAN, y por extensión del Sudeste Asiático. Para entender el contexto donde nació Yemaa Islamiya, cabe destacar que Indonesia es la cuarta nación más poblada del mundo, aunque sus habitantes viven en un microcosmos formado por más de catorce mil islas y trescientos grupos étnicos; la mayoría de la población es musulmana (alrededor del 80 por ciento)3.

El islam siempre ha formado parte de la historia de Indonesia. Su llegada se produjo a través de los comerciantes árabes que se asentaron en diferentes puntos del territorio durante los siglos XV y XVI. Los príncipes indonesios que gobernaban acabaron adoptando esta religión y trasladándola a la población. El islam se mezcló entonces con otras creencias relevantes como el hinduismo4.

La llegada de los holandeses a la isla de Java en 1611 acabaría convirtiendo Indonesia en una colonia neerlandesa durante varios siglos. La explotación de los recursos y de la población nativa, que padeció hambrunas, epidemias y una pobreza generalizada, llevó a que el nacionalismo prendiese en Indonesia a principios del siglo XX. En el contexto descrito destaca la figura de Sukarno, fundador del Partido Nacionalista Indonesio, cuyos objetivos eran tanto la independencia como la unidad del país5.

El movimiento independentista y gran parte de la población nativa recibieron positivamente la invasión japonesa durante la Segunda Guerra Mundial. En marzo de 1943 los ocupantes crearon el Centro del Poder Popular, un partido que unió a organizaciones nacionalistas indonesias para promover el autogobierno. Más tarde, la formación se conocería como Asociación de Lealtad Popular. Tras la derrota japonesa, el 17 de agosto de 1945 se declaró la independencia de la nueva República de Indonesia, aunque su soberanía no se proclamaría oficialmente ni se haría efectiva hasta 19506.

El joven país tuvo que enfrentarse a nuevos retos. En primer lugar, edificar un nuevo Estado. Kusno Sosrodihardjo «Sukarno» se convirtió en primer ministro tras la independencia. En 1959 sustituyó el parlamentarismo de corte liberal por una «democracia guiada», cuyo objetivo era conseguir la nasakoni, es decir, la unión bajo su mandato de los partidos de tendencias nacionalistas, comunistas y también de los de carácter religioso. En 1968, tras el intento de golpe de Estado acaecido en 1965, Haji Mohammad Soeharto «Suharto» se convirtió en presidente de Indonesia, derrocando a Sukarno con el apoyo de Estados Unidos. Comenzó entonces la dictadura del denominado Nuevo Orden7.

Durante el periodo inmediatamente posterior a la independencia y a la llegada de Suharto al poder, el islam radical fue perseguido en aras de impulsar la pancasila, término que hace referencia a cinco principios incluidos en la Constitución indonesia de 1945:

«Creencia en Dios, un humanitarismo justo y civilizado, unidad nacional, democracia en Indonesia través de la consulta y consenso y justicia social». Los políticos indonesios consideraban que, si se permitía que una sola ideología religiosa imperase —en este caso el islam—, la unidad nacional colapsaría8.

La Yemaa Islamiya

Orígenes

A finales de la década de los cuarenta y principios de la siguiente, estallaron una serie de levantamientos que buscaban instaurar un Estado islámico en tres regiones de Indonesia: el oeste de Java, el sur de Célebes y Aceh. Como resultado, nació el movimiento Darul Islam [‘Refugio del Islam’], defensor de una concepción de la fe islámica modernista y de corte autóctono, cuya interpretación literal del Corán es muy similar a la imperante en los países árabes conservadores. Este modernismo se oponía a un tradicionalismo que en Indonesia combinaba al islam con las antiguas costumbres y creencias javanesas, de fuerte influencia hindú9.

El líder de Darul Islam, Sekarmaji Kartosuvirjo, fundó el Ejército Islámico de Indonesia en 1948. Un año después declaró el Estado Islámico de Indonesia contra las fuerzas de la entonces joven república, hasta que fue detenido en 1962. Su derrota tuvo un efecto inesperado: Sekarmaji Kartosuvirjo se convirtió en un ejemplo de lucha para los seguidores de Darul Islam, sobre todo para las generaciones siguientes, más jóvenes, que conformaron así el movimiento antecesor del salafismo yihadista indonesio10.

De Darul Islam surgieron dos figuras clave para el movimiento salafista: Abdullah Sungkar y Abu Bakar Bashir, profesores y activistas en Irsayad, una asociación académica de influencia árabe, divulgadora del salafismo entre los alumnos del internado musulmán Al Mukmin de la isla de Java. Más tarde, en 1971, Sungkar y Bashir fundaron la escuela islámica Pondok Gruki, central en el nacimiento de la Yemaa Islamiya. El islamismo radical de ambos, rápidamente en el punto de mira del general Suharto, fue perseguido por el régimen nacionalista, y Sungkar y Bashir tuvieron que exiliarse a Malasia. Una vez allí, su férreo islamismo fue influenciado por ideas panislamistas, inspiradas a su vez en otros pensadores radicales.

En 1988 se fundó Al Qaeda: Osama Bin Laden, su líder, constituiría la influencia más importante para Darul Islam y otros grupos islamistas radicales indonesios menos importantes. Sungkar, Bashir y un grupo de seguidores viajaron a Afganistán y Pakistán —entonces en guerra contra los soviéticos—, destinos donde adquirieron una notable experiencia en el campo militar11.

Al regresar ambos a su Indonesia natal, pusieron en práctica las tácticas aprendidas con el objetivo de crear un califato en todo el Sudeste Asiático. Además de Indonesia, Sungkar y Bashir incluyeron en su proyecto territorios como Singapur, Malasia y el sur de Tailandia, lo que chocó con los intereses de los miembros más tradicionales de Darul Islam. Tras numerosos conflictos internos, en 1993 Sungkar y Bashir decidieron romper con la organización y crear un nuevo grupo: Yemaa Islamiya12.

Estructura

Desde su creación, la Yemaa Islamiya ha tenido diferentes estructuras y estrategias para asegurar su supervivencia. No obstante, la disposición de la organización siempre fue bastante sólida, con una estructura piramidal compuesta por diferentes escalones:

  • En la cúspide se encuentra el llamado emir, cuya función principal es ejercer de líder y jefe espiritual del grupo. El primer emir fue Sungkar; tras su muerte en 1999, lo sustituyó Bashir. A medida que la organización ha evolucionado, sus líderes han cambiado e incluso se han alternado.
  • El siguiente escalón de la pirámide está compuesto por un consejo de gobierno denominado shura, integrado por cinco grupos encargados de diferentes objetivos13:
  • El primero es responsable de la administración y de las operaciones de Yemaa Islamiya, incluido el entrenamiento en técnicas de combate de sus miembros.
  • La segunda shura es responsable de la propaganda y las estrategias comunicativas, así como del mantenimiento de una página web y de las redes sociales del grupo.
  • La tercera shura está dedicada a tareas relacionadas con la seguridad de la organización y a trabajos que podríamos definir de inteligencia. También se encarga de la disciplina interna y de seguir y evaluar todas las operaciones.
  • La cuarta shura es responsable de los aspectos financieros, muy importantes, sobre todo en épocas de dificultad por el acoso policial.
  • La quinta y última shura es responsable de los reclutamientos para proveer a la organización de activistas14.

La Yemaa Islamiya cuenta con mandos en diferentes regiones del Sudeste Asiático: son los conocidos como mantiqis, formados por cuatro divisiones regionales, a su vez estructuradas en pequeños comandos más operativos. Estos comandos están integrados por compañías o khatibah, pelotones o qirdas y escuadrones de menos de diez integrantes llamados fiah15.

A nivel regional, el alcance de los mantiqis proporciona una idea de su proyección en áreas más allá de la propia Indonesia:

  • Mantiqi 1: Malasia, sur de Tailandia y Singapur. Su principal responsabilidad es conseguir los medios económicos necesarios para la Yemaa Islamiya.
  • Mantiqi 2: Indonesia, exceptuando Célebes y Borneo. Su principal responsabilidad es reclutar a nuevos miembros.
  • Mantiqi 3: Sur de Filipinas, Borneo, Sabah y Célebes. Sus principales responsabilidades son la adquisición de armas y la formación de los nuevos miembros.
  • Mantiqi 4: Papúa Nueva Guinea y Australia16.

En definitiva, gracias a esta compleja estructura, la dispersión y la cantidad de regiones por las que se ha movido, tanto capturar a los diferentes líderes de la Yemaa Islamiya como combatir su actividad ha sido muy difícil17.

Evolución de las actividades terroristas

De acuerdo con el reputado analista Gillian S. Oak, la Yemaa Islamiya ha pasado por cinco fases fundamentales para entender su evolución y crecimiento.

La primera fase se inaugura con su creación, en 1993, y finaliza con la renuncia al poder de Suharto en 1998. Durante este periodo los miembros y líderes de la Yemaa Islamiya se dedicaron a la construcción de la organización y al reclutamiento de nuevos miembros. A lo largo de estos seis años la estructura de la organización se fortaleció. No obstante, la persecución por parte del Gobierno de Suharto supuso grandes dificultades. A finales de los noventa, la Yemaa Islamiya se había establecido en Indonesia y en zonas de Malasia y Singapur18.

La segunda fase se inicia en 1998 y se prolonga hasta mayo del 2000. El objetivo principal de la organización fue establecer una base estable en Indonesia durante una época marcada por una grave crisis financiera en el país y por los problemas políticos derivados de la renuncia de Suharto. La población indonesia sufría la tensa relación entre musulmanes y cristianos y el estallido de conflictos. La Yemaa Islamiya aprovechó el caos para consolidarse en Indonesia y ganar cierta legitimidad y apoyo19.

La tercera fase se extiende desde el 2000 hasta 2005. Se trata del periodo de auge operativo terrorista de la organización, iniciado con el ataque a la residencia del embajador de Filipinas en Yakarta en julio del 2000. Algunos expertos establecen la clausura de esta época de sangrienta efervescencia de la Yemaa Islamiya en 2002, cuando se produjeron los atentados de Bali; otros extienden el periodo hasta la decapitación de tres cristianos en 2005. Se calcula que en este intervalo la organización asesinó a dos mil personas.

La cuarta fase comienza a finales de 2005 y se prolonga hasta 2010. Esta etapa se caracteriza por el declive del grupo terrorista y el consiguiente cambio estratégico, orientado a su supervivencia. Por la razón expuesta, durante el periodo en cuestión no hubo muchos ataques. Los únicos atentados relevantes se perpetraron en hoteles de Yakarta durante 2009.

De acuerdo con el citado Gillian S. Oak, la quinta fase aún no ha comenzado, pero ciertas señales podrían indicar que asistimos a su génesis: no porque la organización haya decidido terminar con su lucha, sino, más bien, porque existe la posibilidad de que sus componentes se estén preparando para futuros ataques y decidiendo cuál es el mejor camino para la consecución de sus objetivos.

Financiación

Hoy día, pese a su menor actividad, los mecanismos de financiación del grupo en el Sudeste Asiático están prácticamente intactos. Hasta la fecha, en la región no se han incautado activos o fondos importantes ni a la Yemaa Islamiya ni a cualquier otra organización terrorista. Hay que recordar que Osama Bin Laden quiso que Al Qaeda fuera una organización capaz de sostenerse por sí misma a través de la umma, la comunidad musulmana. La Yemaa Islamiya funciona de forma parecida. Ahora bien, aunque comparte apoyo militar y financiero con Al Qaeda, tiene su propia agenda y autonomía. Lo demuestra la existencia de los shura majlis: los cuatro comités, responsables de asuntos militares, religiosos, medios de comunicación y finanzas, que conforman una suerte de consejo consultivo de la organización. El comité de finanzas, uno de los más grandes, está integrado por unos veinte miembros.

Algunos especialistas apuntan a que la Yemaa Islamiya cuenta con ocho fuentes de ingresos, tanto internas como externas. Para financiar sus actividades, la organización terrorista utiliza diversos recursos: dinero procedente de ciertos negocios legales u organizaciones benéficas empleados como tapadera; contrabando de armas, oro y piedras preciosas; extorsión a empresas y comerciantes de la región —procedimiento común a la mayoría de los grupos terroristas— y, en general, actividades vinculadas al crimen organizado como el tráfico de drogas. No hay que desdeñar tampoco las donaciones de personas que apoyan voluntariamente al grupo20.

De hecho, la financiación más importante que recibe la Yemaa Islamiya proviene de las donaciones privadas. Al principio la mayoría de estas donaciones procedían de fondos de Al Qaeda, pero pronto fueron sustituidas por ingresos realizados mediante transferencias internacionales a través de la hawala: «Una modalidad de transferencia de dinero alternativa, en la que existe un menor nivel de registro o vigilancia. Es empleado mayormente por usuarios emigrantes y requiere de intermediación»21.

De acuerdo con las Naciones Unidas, mediante la hawala —un método de envío de dinero común en muchos países de la región; entre ellos, Singapur, Malasia, Filipinas y también Indonesia— se han movilizado más de 200.000 millones de dólares. Este procedimiento se ha subvertido para financiar el terrorismo y otros delitos como el tráfico ilegal de oro y piedras preciosas. Para valorar su importancia en el ámbito del terrorismo, baste decir que la hawala se considera la principal fuente de financiación empleada por Al Qaeda para costear los atentados del 11S22.

Otros métodos de financiación asentados desde hace tiempo entre grupos terroristas de todo el mundo son la estafa, la extorsión o el secuestro de personas. Estos sistemas se han modernizado y actualmente se cree que, para financiarse a través de ellos y blanquear sus ingresos, la Yemaa Islamiya utiliza el bitcoin y los criptomercados, además de servirse de la red como plataforma para la propaganda masiva y la captación23.

Fin del grupo

Desde su auge operativo entre 2000 y 2005, la Yemaa Islamiya se ha debilitado poco a poco a causa del acoso policial en la región. Sus atentados se redujeron hasta que, en 2010, comenzó el declive y la organización tuvo que implementar un cambio estratégico que garantizara su mera supervivencia. Los atentados de Bali de 2002 marcaron un antes y un después: la Yemaa Islamiya empezó a ser perseguida por servicios de inteligencia internacionales, especialmente por los de Australia y Estados Unidos24.

Australia e Indonesia han mantenido una relación cercana desde los tiempos de la independencia, pues geográficamente comparten intereses. Tras los atentados de Bali de 2002, en 2004 una bomba estalló en la embajada de Australia en Yakarta y mató a varios australianos. La respuesta inmediata del Gobierno australiano fue priorizar el problema del terrorismo en Indonesia y proponer programas comunes para hacerle frente. Indonesia fue el principal beneficiario de la inversión en política antiterrorista australiana25.

En la actualidad la mayoría de los líderes y miembros de la Yemaa Islamiya han sido abatidos o encarcelados. El clérigo Abu Bakar Bashir, considerado responsable de los atentados en Bali, fue detenido y condenado a quince años de prisión26. Otro hombre clave, Wijayanto, responsable del reclutamiento de miembros para la organización, también está en prisión27.

Explica el avance de la lucha antiterrorista en Indonesia el hecho de que diferentes autoridades regionales del país hayan comenzado a colaborar en una tarea que hasta hace poco se encontraba en manos del Gobierno central. Por ejemplo, algunos miembros de la Yemaa Islamiya han sido detenidos en la región de Malang Raya, área base desde la que se solían planificar atentados en otros lugares de Indonesia. La implicación regional beneficia la eficacia del combate contra estas amenazas y alienta al Gobierno de Yakarta a colaborar con otras autoridades y partes interesadas —entre las que se incluyen asociaciones civiles o escuelas coránicas— para afrontar el problema del terrorismo en la región desde una mejor posición28.

Conclusiones

La Yemaa Islamiya, uno de los primeros grupos terroristas que amenazaron el Sudeste Asiático, es considerada una de las organizaciones más sangrientas de la región debido al apoyo que ha recibido de Al Qaeda, gracias al cual se convirtió en una organización bien formada, con una estructura sólida y diversas fuentes de financiación, capaz de cometer un número significativo de atentados, algunos con una repercusión mediática global y, por desgracia, un alto número de muertos.

La Yemaa Islamiya ha evolucionado con el tiempo y se ha mantenido en funcionamiento durante décadas, casi desde los tiempos de la independencia de Indonesia: ha sobrevivido durante periodos de democracia y dictadura, crisis económicas y etapas de estabilidad, duras campañas de persecución y épocas de debilidad del Estado, de las que ha sabido aprovecharse.

Como ha ocurrido con muchas organizaciones terroristas a nivel mundial, la persecución de la Yemaa Islamiya por parte de las fuerzas de seguridad de diferentes países, y no solo de Indonesia, ha logrado que su actividad sea menos relevante, hecho que demuestra la importancia de la colaboración internacional. Otro factor clave, que también ha afectado a otros grupos terroristas, es la paulatina falta de apoyo por parte de la población y el consiguiente recorte medios y financiación que afecta a la Yemaa Islamiya. Pese a su declive, la historia de la Yemaa Islamiya ha servido de inspiración para el surgimiento de nuevas organizaciones terroristas en el Sudeste Asiático, lo que supone una nueva amenaza regional.

El Sudeste Asiático es un área que puede antojarse propensa a la creación y proliferación de grupos terroristas de diversa índole, debido a su gran variedad cultural, religiosa y política. Indonesia parece ahora un país estable, cuya realidad dista de los tiempos en que el terrorismo era el principal problema. Sin embargo, no se puede descartar que en
un futuro la Yemaa Islamiya u otros grupos terroristas vuelvan a amenazar su seguridad y la del continente.

Para las fuerzas y cuerpos de seguridad de los países del Sudeste Asiático el combate del terrorismo, en especial islamista, constituye una prioridad. El panorama analizado apunta a que deberán seguir luchando para evitar el resurgimiento y el nacimiento de grupos semejantes a la Yemaa Islamiya. Asimismo, en un mundo globalizado, las políticas antiterroristas destinadas a proteger a la ciudadanía nacional deben necesariamente desarrollarse en colaboración de otros países para una mayor eficacia; al fin y al cabo, se trata de un problema compartido. Por ejemplo, en 2002 la Yemaa Islamiya y sus principales integrantes fueron sancionados desde el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que llamó a su detención, determinación directamente relacionada con el declive del grupo29.

Hoy los expertos aseguran que son muchos los caminos que la Yemaa Islamiya puede tomar en un futuro próximo. Una opción es que se convierta en una organización política legal y participe en el sistema político indonesio. Otras alternativas pasan por que la organización, aún sin desarticular, esté buscando la forma de cambiar y evolucionar en sus ataques, quizás a través del ciberterrorismo o del uso de la tecnología. En este último supuesto, su horizonte podría expandirse más allá de Indonesia. Mientras tanto, sigue viva la posibilidad de que la Yemaa Islamiya se haya retirado de la primera línea de actuación de manera temporal, buscando recuperar el apoyo de parte del pueblo indonesio del que disfrutó en el pasado y presentarse como una organización de nuevos héroes.

Casi todos coinciden en que la Yemaa Islamiya sigue suponiendo un peligro, ahora latente y dormido, para la seguridad del Sudeste Asiático. Tarde o temprano es muy probable que resurja; también puede que su recorrido sirva de inspiración para el desarrollo de nuevos grupos terroristas en la región.

Tatiana Ridruejo Rejón

Referencias:

1 KERN, Soeren. «Terrorismo en el Sudeste Asiático», en Anuario Asia-Pacífico. Real Instituto Elcano, 2005. Disponible en: http://www.anuarioasiapacifico.es/pdf/2005/022Soeren_Kern.pdf [consulta: 10/5/2023].
2 MANGLANO, Percival. «La Yemá Islamiya y el terrorismo en el Sudeste Asiático». Real Instituto Elcano, 22 de septiembre de 2003. Disponible en: https://www.realinstitutoelcano.org/analisis/la-Yemaa- islamiya-y-el-terrorismo-en-el-sudeste-asiatico/ [consulta: 10/5/2023].
3 Idem.
4 RAMÍREZ, Raúl et al. Historia de Asia contemporánea y actual. Universitas, Madrid, 2017, pp. 129-130.
5 Idem.
6 IZARALI, M. Raymond y AHLAWAT, Dalbir (eds.). Terrorism, security and development in South Asia. Routledge, Nueva York, 2021.
7 RAMÍREZ, Raúl et al. Op. cit., p. 169.
8 HAMAYOTSU, Kikue (2006). «Islam and nation building in Southeast Asia: Malaysia and Indonesia in comparative perspective», en AKBARZADEH, Shahram (ed.), Islam and Globalization: Critical Concepts in Islamic Studies. Routledge, Londres/Nueva York, pp. 111-129.
9 MANGLANO, Percival. Op. cit.
10 SOLAHUDIN. The roots of Terrorism in Indonesia: from Darul to Jemaah Islamiya. Cornell University Press, 2013, pp. 5-6.
11 BARTON, Greg. Indonesia’s struggle: Jemaah Islamiya and the soul of Islam. UNSW Press, 2004, pp. 50-51.
12 SOLAHUDIN. Op. cit., pp. 5-6.
13 ALONSO BLANCO, Jesús. «Escenario: subcontinente indio y el Sureste Asiático. Jemaah Islamiyah» (Documento de Investigación, n.o 7). IEEE, 2014. Disponible en: https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_investig/2014/DIEEEINV07- 2014_SubcontIndio_SuresteAsiatico_Jemaah-Islamiyah_J.Alonso.pdf [consulta: 10/5/2023].
14 CHALK, Peter et al., Terrorist Threat to Southeast Asia: A Net Assessment. RAND Corporation, 2009, pp. 92-94. Disponible en: https://www.rand.org/content/dam/rand/pubs/monographs/2009/RAND_MG846.pdf [consulta: 10/5/2023]. 15 Ibid., p. 92.
16 Ibid., pp. 92-94.
17 ALONSO BLANCO, Jesús. Op. cit., pp. 9-10.
18 OAK, Gillian S. «Jemaah Islamiya’s Fifth Phase: The Many Faces of a Terrorist Group», Studies in Conflict and Terrorism, vol. 33, n.o 11. 2010, pp. 989-1018. Disponible
en: https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/1057610X.2010.514697 [consulta: 10/5/2023].
19 Ibid., pp. 992-994.
20 ABUZA, Zachary. «Cómo se financia el terrorismo islamista: la experiencia del Sudeste Asiático». En REINARES, Fernando y ELORZA, Antonio (coords.), El nuevo terrorismo islamista: del 11-S al 11-M. Temas de Hoy, 2004, pp. 225-268.
21 SÁNCHEZ GALÁN, Javier. «Hawala», Economipedia. 1 de noviembre de 2020. Disponible en: https://economipedia.com/definiciones/hawala.html?nab=0 [consulta: 9/5/2023].
22 ABUZA, Zachary. Op. cit.
23 SHAFIRA, Irnasya. «Analyzing Indonesia’s National Cybersecurity Strategy». Center for Digital Society, 28 de julio de 2021. Disponible en: https://cfds.fisipol.ugm.ac.id/2021/07/28/analyzing-indonesias- national-cybersecurity-strategy/ [consulta: 15/5/2023].
24 OAK, Gillian S. Op. cit., pp. 991-998.
25 MAKSUM, Ali y RIDHA, Hafidz: «The Indonesia-Australia partnership to counter radicalism and terrorism in Indonesia», UNISCI Journal, n.o 58. Enero de 2022, pp. 57-73. Disponible en: https://www.unisci.es/the-indonesia-australia-partnership-to-counter-radicalism-and-terrorism-in- indonesia/
26 EUROPA PRESS. «El presidente indonesio condiciona la liberación del líder espiritual de la Yemá Islamiya». 22 de enero de 2019. Disponible en: https://www.europapress.es/internacional/noticia- presidente-indonesio-condiciona-liberacion-lider-espiritual-yema-islamiya-20190122171648.html [consulta: 9/5/2023].
27 AP NEWS. «Comienza juicio a presunto líder de Yemá Islamiya». 18 de marzo de 2020. Disponible en: https://apnews.com/0ff80312dc834e6baf82497000e7f3c3 [consulta: 9/5/2023].
28 YUMITRO, Gonda et al. «The Modalities and Roles of Local Governments to Face Terrorism Issues in Indonesia: The Case Study of Malang Raya Region», UNISCI Journal, n.o 53. Mayo de 2020, pp. 9-21. Disponible en: https://www.unisci.es/the-modalities-and-roles-of-local-governments-to-face-terrorism- issues-in-indonesia-the-case-study-of-malang-raya-region/

29 CONSEJO DE SEGURIDAD DE LA ONU. Jemaah Islamiyah. 3 de marzo de 2021. Disponible en: https://www.un.org/securitycouncil/es/sanctions/1267/aq_sanctions_list/summaries/entity/jemaah- islamiyah [consulta: 15/5/2023].

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