“Si el yihadismo salafista triunfa en Libia y Túnez, Europa estará en peligro”

Por Pedro Canales
Foto: Rafik Chelly alerta en esta entrevista con Atalayar sobre el peligro de los yihadistas tunecinos para el norte de África y Europa.
Atalayar ha entrevistado en Túnez al actual responsable del Centro de Estudios Estratégicos sobre Seguridad Global, un think tank que asesora a las autoridades de transición tunecinas sobre el peligro real del terrorismo yihadista, Rafik Chelly. El que fuera máximo responsable de la seguridad presidencial con los dos anteriores ocupantes del Palacio de Cartago, Habib Burguiba y Zine El Abidine Ben Ali, no esconde su preocupación por la situación crítica que atraviesa el país, y que podría dar al traste con la “revolución del jazmín”, la primera gran sacudida de la llamada “primavera árabe”.
Pregunta: Túnez se ha estremecido y ha quedado sorprendido por el reciente ataque terrorista en el suroeste del país, que se ha cobrado la vida de 15 soldados. ¿Qué ha pasado?
Respuesta: “Hace tiempo que veníamos diciendo al Gobierno que eso iba a suceder si no se tomaban las medidas necesarias, lo que ha ocurrido fatalmente”.
P: ¿A qué medidas se refiere?
R: “Desde el Centro de Estudios Estratégicos, y desde la sociedad civil, hemos advertido a los sucesivos gobiernos desde el triunfo de la revolución en enero de 2011, sobre la necesidad de tomar medidas drásticas contra el crecimiento del yihadismo salafista en Túnez. En primer lugar, del error de aprobar una ley de amnistía que permitió a los condenados por terrorismo salir de las cárceles. En segundo lugar, la proliferación incontrolada de mezquitas regentadas por predicadores salafistas, verdaderos centros de reclutamiento y adoctrinamiento de futuros terroristas. En tercer lugar, permitir la proliferación de “asociaciones caritativas” dominadas por los salafistas. Y en cuarto lugar, una serie de errores cometidos dejando a los terroristas casi libertad de movimiento para circular por el país y salir al extranjero”.
P: ¿Cuál ha sido el resultado?
R: “Que nos encontramos con un movimiento yihadista de discurso takfirista, Ansar Charia, que dispone de bases logísticas situadas en los montes de Chaâmbi, en la región fronteriza con Argelia, donde se produjeron los ataques de los días pasados a unidades del Ejército tunecino, y que supone un peligro real para el país”.
P: ¿Cómo se originó este movimiento?
R: “Resultó de una confluencia de individuos procedentes de las cárceles, donde cumplían condena por ataques terroristas anteriores, y que fueron liberados en 2011; junto con otros yihadistas antiguos miembros de Al Qaeda que combatieron en Afganistán y en Irak y que vinieron a Túnez después de la revolución, procedentes en su mayoría de Europa; a los que hay que añadir las células durmientes del Grupo Islámico de Combatientes tunecino, que existían en el país y que salieron a luz”.
P: Pero también hubo errores de apreciación de las autoridades, ¿no?
R: “En efecto. Los sucesivos gobiernos de la troika, dominados esencialmente por el movimiento islamista Enahda, minimizaron el peligro, y tuvieron una actitud de permisividad, a pesar de nuestras advertencias. Desde la sociedad civil hemos alertado sobre el peligro, pero en vano”.
P: ¿Y el actual Gobierno de Mehdi Jomaâ, les ha hecho caso?
R: “Desgraciadamente ha sido necesario que hayan muerto 15 soldados para que el primer ministro Jomaâ haya dado un gran paso, cerrando las mezquitas sin control, deteniendo a quienes hacían apología del terrorismo, exhibiéndose incluso en Facebook festejando la muerte de los militares, y ordenando un despliegue militar sin precedentes en las fronteras con Libia y Argelia, para impedir la penetración de grupos terroristas y de convoyes de armamento”.
P: El encuentro este fin de semana en la ciudad argelina de Tebessa entre los primeros ministros de ambos países, ¿se puede enmarcar en esta línea ofensiva antiterrorista?
R: “Efectivamente. Argelia ya ha ordenado el despliegue de 14.000 efectivos del Ejército Nacional Popular en la frontera con Túnez, y está dispuesta a coordinar sus planes con las autoridades militares y los servicios antiterroristas tunecinos. Es un buen paso”.
P: Dice usted que Ansar Charia se ha transformado en un verdadero peligro para Túnez, ¿por qué?
R: “Este grupo no solamente es yihadista, sino takfirista. Ha conseguido dividir a los tunecinos en dos bloques: los que para ellos son los verdaderos musulmanes, y los otros, no creyentes, laicos o simplemente reacios a sus prédicas. Ansar Charia considera como enemigos a todas las fuerzas de seguridad del país, militares, policías, gendarmes, y a los no musulmanes, y como tal justifica su asesinato. Algo nunca visto anteriormente en Túnez”.
P: ¿Tienen apoyo interno o apoyo exterior?
R: “Ambos. Han reclutado miles de jóvenes en Túnez, que han enviado a combatir a Siria y que ahora comienzan a volver. Pero al mismo tiempo tienen el apoyo de su homólogo Ansar Charia libio, y de AQMI (Al Qaeda del Magreb Islámico)”.
P: Suponen pues un peligro para toda la región del norte de África, ¿no?
R: “No sólo para el Magreb, sino para Europa también. Si el Estado Islámico que ha proclamado el Califato de Al Bagdadi llega a implantarse sólidamente en Libia y Túnez, lo que no está excluido, supondrá un peligro para Europa. Desgraciadamente creo que nuestros amigos europeos no lo entienden. Creen que es un problema “nuestro” y quieren ayudarnos, eso sí, pero no se dan cuenta de que es un problema de seguridad que tarde o temprano les afectará a ellos”.
P: ¿Cree que Europa, España, Francia e Italia, deben intervenir más?
R: “Sí, en dos aspectos. Primero en medios materiales, militares, para que nuestras fuerzas de seguridad sean efectivas; y segundo invirtiendo más en la región sur, que es la cantera principal de los yihadistas. Hay que dar esperanza a los miles de jóvenes que ven el horizonte cerrado, y en los que la doctrina takfirista hace mella. Están dispuestos a ir a Siria para dar sentido a sus vidas. Hay que darles otro horizonte”.