El Cairo es clave en la ayuda a Gaza
Egipto es un pilar fundamental en la Franja de Gaza, la cual tiene una extensión de 365 kilómetros cuadrados, y donde residen casi dos millones de palestinos. El papel del presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, y su ejercicio de la diplomacia fue clave en el conflicto entre Israel y la milicia islámica Hamás del año pasado, consiguiendo el alto el fuego mediante una “tregua bilateral” con Hamás, “sin condiciones”, tras días de numerosas ofensivas donde murieron 13 israelíes y 250 palestinos. Después de la negociación, El Cairo prometió la entrega de 500 millones de dólares para la reconstrucción de todas las áreas destrozadas de la Franja de Gaza.
Hamás llegó al poder en 2006, tras la victoria en las elecciones para el Consejo Legislativo Palestino. Pronto, comenzaron las tensiones con la otra facción palestina, Fatah, ambas facciones iniciaron un enfrentamiento militar en 2007, donde Hamás se quedó con la Franja de Gaza, mientras que Fatah, se hizo con el poder de zonas autónomas de Cisjordania, ocupada por Israel. Por tanto, desde la expulsión del líder de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, y de sus fuerzas leales reconocidas internacionalmente, Hamás se encuentra gobernando la Franja de Gaza, esto provocó la imposición de un bloqueo por parte de Israel y Egipto, en ese mismo período.

Años atrás, en 2012, con la llegada al poder del islamista Mohamed Morsi al Gobierno egipcio, con ayuda del grupo terrorista de los Hermanos Musulmanes, aliviaron un poco el bloqueo impuesto en la Franja y llevaron a cabo la negociación de una breve guerra en Gaza. Además, el Gobierno de Morsi mostró cierta simpatía hacia el grupo terrorista Hamás. Al año siguiente, el Gobierno islamista fue derrocado por un golpe de Estado del Ejército egipcio y su líder, Al-Sisi, quien lideró, también, el derrocamiento de los Hermanos Musulmanes, organización terrorista prohibida en el país.
El nuevo líder egipcio, Al-Sisi, desde un principio, adoptó una postura dura contra Hamás, ordenando la destrucción de una red de túneles de contrabando que habían sostenido la economía de Gaza. A pesar de ello, El Cairo y Hamás iniciaron una serie de acercamientos, que se fortalecieron con la visita del jefe de los servicios de inteligencia egipcios, Abbas Kamel, al líder de Hamás, Yahia Sinwar, visita que se dio a conocer por unas fotos que se filtraron. “La lógica general que rige la política interior y exterior de los dirigentes de Egipto es asegurar la sostenibilidad gubernamental. La relación con Hamás es solo un ejemplo”, afirmó Bahey eldin Hassan, director del Instituto de Estudios de Derechos Humanos de El Cairo.

Asimismo, las relaciones entre Hamás y el partido Fatah, liderado por Abbas, se recrudecieron el año pasado tras la cancelación de las primeras elecciones que se iban a celebrar después de más de 15 años. En diferentes ocasiones, se han llevado a cabo intentos de reconciliación, muchos de ellos han sido negociados por El Cairo, pero han resultado ser un fracaso. “Egipto quiere entendimientos o incluso presión sobre Hamás para que la situación no explote”, dijo Talal Oukal, analista político afincado en Gaza.

Actualmente, Egipto tiene cierta influencia sobre Hamás debido a la ayuda que envía, igualmente, el país tiene control sobre la zona de Rafah, el único cruce fronterizo de Gaza que no está bajo el control de Israel. De esta manera, el país africano sigue presente en la Franja de Gaza, de hecho, en los últimos meses su papel se ha visto intensificado. Su presencia en la zona no se ha empezado a hacer público hasta hace un tiempo, la nación lleva desarrollando actividades de diálogo en el más profundo silencio durante años entre Israel y Hamás para mantener la paz entre ambos bandos, además de buscar una reconciliación entre las facciones palestinas rivales.
Egipto e Israel, después de cuatro guerras, numerosos encontronazos y años sin tener contactos oficiales, están destinado a entenderse. El año pasado como consecuencia de conflictos bélico en la Franja, el presidente egipcio, y el primer ministro israelí, Naftali Bennett, se reunieron, ya que el punto de fricción entre ambos Estados es la cuestión de Palestina. Durante el encuentro, uno de los temas principales fue el conflicto de Gaza, la península del Sinaí tuvo muy clara, desde un principio, su postura, “el presidente afirmó el apoyo de Egipto a todos los esfuerzos para lograr una paz integral en Oriente Medio, basada en la solución de dos Estados y en las resoluciones de legitimidad internacional, lo que contribuye a mejorar la seguridad y la prosperidad de todos los pueblos de la región”. El rol desempeñado por El Cairo fue crucial para alcanzar la tan ansiada tregua.

El conflicto entre la Franja de Gaza e Israel de 2021 tuvo una duración de 11 días, durante esos días la ofensiva “permitió a Egipto comercializarse una vez más como un socio de seguridad indispensable para Israel en la región, que lo es, lo que a su vez lo convierte en un socio de seguridad indispensable para Estados Unidos”, dijo Hafsa Halawa, experto del Instituto de Medio Oriente. “Gaza es un recordatorio para todos, en efecto, de que realmente no se puede hacer nada sin Egipto”, dijo.
La ciudad de Rafah, zona administrada por Palestina, y su paso fronterizo, el cual une la península egipcia del Sinaí con el territorio palestino, fue el único paso de tránsito que estuvo permanentemente abierto, de manera excepcional, a medida que aumentaban los bombardeos. Mediante el paso, El Cairo pudo enviar ayuda humanitaria, como el envío de medicinas, alimentos, ropa, etc., a los palestinos, así como equipos sanitarios y equipos de ingeniería para ayudar a retirar los escombros de las casas destruidas.

Desde junio de 2021, el Gobierno egipcio envió excavadoras, grúas y 50 camiones dirección Gaza para comenzar la reconstrucción del territorio, como consecuencia de la acción bélica protagonizada junto a Israel. “Equipos de ingeniería y brigadas egipcias ingresaron en la Franja de Gaza hoy, viernes, a través del paso fronterizo de Rafah para ayudar a retirar los escombros de las casas destruidas”, señaló un breve comunicado de la agencia estatal egipcia, MENA. Uno de los chóferes de los camiones declaró a la agencia Reuters que “corrimos con todo nuestro dinero, equipo y lo que teníamos para unirnos a los palestinos en la reconstrucción. Todos los musulmanes y egipcios desean participar”.
Israel destruyó cuatro rascacielos durante el conflicto, afirmando que, en ellos, se encontraba una infraestructura militar de Hamás. “Esperamos que haya grandes paquetes de proyectos en el futuro cercano, especialmente las torres que fueron destruidas en la guerra”, dijo. Alaa al-Arraj, del sindicato de contratistas palestinos, afirmó que “nueve empresas palestinas participarán en los proyectos egipcios, que generarían unos 16.000 empleos muy necesarios en el empobrecido territorio”. Hoy en día, no hay ninguna prueba que demuestre dicha acusación, y en todo momento, la milicia islámica lo ha negado.

El portavoz de Hamás, Hazem Qassem, mostró el agradecimiento, en nombre del grupo terrorista, por las contribuciones egipcias y sus esfuerzos de reconstrucción de Gaza. Un funcionario gazatí del Ministerio de Vivienda estimó que el costo de la reconstrucción era de 150 millones de dólares. También, el Ministerio calculó que 1.500 viviendas fueron destruidas durante las agresiones, 1.700 hogares sufrieron “daños irreparables”, mientras que 17.000 viviendas sufrieron daños parciales. Los daños durante la ofensiva fueron numerosos como consecuencia de los constantes bombardeos, para reparar todos los daños se estima que se tardarán años.
Para este nuevo año, Egipto se ha comprometido de nuevo a enviar una serie de cuadrillas para seguir con la limpieza de escombros, así como la promesa de edificar grandes complejos de nuevos apartamentos. De todo el dinero prometido por el país vecino no se sabe con exactitud cuánto ha sido entregado, lo que sí se sabe es que parte de la ayuda económica entregada será para “la construcción de tres ciudades que albergarán a unos 300.000 residentes”, según Naji Sarhan, subdirector del Ministerio de Vivienda dirigido por Hamás. Asimismo, se está mejorando la principal carretera costera de Gaza. Todos estos proyectos tardarán un año y medio en completarse.

Casi todas las semanas, miembros de delegaciones egipcias visitan Gaza para llevar a cabo una inspección del trabajo de reconstrucción que se inició el año pasado. Incluso, han abierto una oficina en un hotel de la ciudad de Gaza para los representantes técnicos que se encuentran permanentemente en el territorio, y la presencia de docenas de trabajadores enviados, quienes duermen en un albergue improvisado en una escuela de la ciudad de Gaza. Además, cinco días a la semana, llegan camiones egipcios repletos de materiales de construcción, los cuales pasan por el cruce de Rafah, mientras que los envíos de carácter intermitente llegan a través de otro paso controlado por Israel. En contraposición, Suhail Saqqa, un contratista de Gaza involucrado en la reconstrucción de Palestina dijo que “el flujo constante de materiales egipcios es crítico”, ya que “los bienes no están restringidos por los cruces israelíes y esto los hace trascendentales”, dijo Saqqa.

El creciente papel egipcio supone una herramienta de gran poder para hacer cumplir la tregua por parte de Hamás. Al mismo tiempo que la nación africana puede cerrar el cruce fronterizo de Rafah cuando quiera, esto supondría la imposibilidad de viajar tanto dentro como fuera de la Franja, “Egipto puede asfixiar Gaza en un momento si no se cumplen sus demandas”, dijo Maged Mandour, analista político egipcio. Además, de las ayudas egipcias, hay otros países donantes como Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos, todo ellos tienen una serie de condiciones para la entrega de fondos. Todas estas medidas podrían ser más que suficientes para evitar otro estallido de hostilidades a corto plazo.

Es importante recalcar que, tanto Israel como la mayoría de los países occidentales, Canadá, Estados Unidos, Japón y la Unión Europea, entre otros, consideran a Hamás como una organización terrorista, debido a sus antecedentes de ataques contra objetivos israelíes, y la negativa a aceptar la existencia de Israel. Ante esto, Israel ha impuesto una política de separación entre Cisjordania, territorio ocupado por Israel, y la Franja de Gaza.
El actual Gobierno de Israel ha descartado cualquier negociación de paz importante en Gaza, afirmación respaldada por el presidente palestino, Mahmoud Abbas, afincado en Cisjordania, quien tiene apoyo de Occidente. A pesar de ello, sí que se han tomado medidas para mejorar las condiciones de vida de los gazatíes, incluida la emisión de unos 10.000 permisos para que los habitantes de Gaza trabajen dentro de Israel. En todo momento, El Cairo en su papel de pacificador de Oriente Medio, quiere evitar una nueva ronda de violencia, o al menos quiere retrasarla, a la vez que va recuperando su influencia en el campo diplomático, afectado después del cierre del paso de Rafah en el pasado mes de agosto, acto rechazado por Hamás porque supuso una agravación de la crisis humanitaria gazatí.

Tanto Egipto, Israel como la Administración estadounidense, enfocados en otras crisis de carácter más grandes, piensan que preservar el ‘statu quo’ en Gaza podría ser suficiente para mantener la calma. Mientras tanto, Egipto e Israel siguen manteniendo sus relaciones diplomáticas, respaldadas por Washington, así como Egipto con Hamás y la Autoridad Palestina.