Fez, un lugar oloroso de especias y perfumes naturales donde te atreves a tomar un callejón al azar y dejarte llevar por tu mero instinto. Ahí puedes vivir a un ritmo relajado una experiencia sin par entre sus zocos, sus medersas y su historia cuyo impacto se ve en los muros antiguos y la artesanía en sus diferentes tipos y colores.
Meknes te atrae por ser a la vez la ciudad de las aceitunas y del mejor vino del país. A través de la puerta Al Mansour, te asomas a un pasado floreciente en el cual la ciudad era una autentica capital ismaelí. Su Medina te lleva a lo más profundo de la civilización y la historia, mientras que su gastronomía te hace disfrutar de los mejores productos locales que te abren el apetito a tope.
Volubilis, el destino puramente romano es una ciudad fundada en Marruecos en siglo 3 A. C. En su espacio histórico te encuentras aislado del ruido de la cuidad, inmerso en la antigüedad entre las ruinas de Walili donde descubres rincón por rincón la creatividad impresionante de los habitantes del lugar en aquella época. Entre sus piedras gigantes disfrutas del aire limpio, del panorama verde natural de los paisajes que la rodean y te escuchas a ti mismo en un silencio relajante mezclado con los puros sonidos de la naturaleza que bailan en armonía con el eco del sitio.

Fez
Entrando a la ciudad de Fez, te encuentras con dos mundos cercanos en el espacio y lejanos en el tiempo: Fez el Bali y Fez Ydid. Una vez estás en la capital espiritual de Marruecos, empieza tu aventura por la Medina de Fez El Bali: un auténtico laberinto, con callejuelas diseñadas de manera caótica y misteriosa. Fez el-Bali representa la zona más antigua de la ciudad ya que se remonta al siglo VIII. Este intervalo histórico está compuesto de más de 300 barrios y 9.000 callejones, y lo curioso es que muchos de ellos no tienen salida.
Como principal acceso a la Medina Fez El-Bali, el turista pasa por La Puerta Bab Bou Yeloud o “la Puerta Azul”. Fue construida en 1913 y representa el punto de partido hacia la zona más antigua y encantadora de la ciudad. La Puerta Bab Bou Yeloud es un monumento histórico precioso que se compone de tres arcos de herradura simétricos con adornos de azulejos de tono azulado.
En tu ruta en Fez el Bali, no te pierdas la oportunidad de visitar la curtiduría tradicional que se halla en el zoco de los curtidores y donde exploras el proceso antiguo de elaborar y colorear el cuero en grandes cubas rellenas de tintes naturales de diferentes colores.

Sin buscar mucho, porque hay varias, dirigirte directamente a la curtiduría Chouwara, que es la más extensa de todas las curtidurías tradicionales que siguen en funcionamiento en la ciudad. Ahí, con unos ramilletes de menta que te regala cualquiera de los artesanos para suavizar el nauseabundo olor del lugar, disfrutas de un espectáculo muy particular de arte y colores.
Desde el corazón de la Medina Fez El-Bali te puedes asomar a una de las terrazas de tiendas que rodean la curtiduría para ver el maravilloso paisaje artesanal y ser testigo al mismo tiempo del duro trabajo de los artesanos.
Una vez sales del zoco de los curtidores y el de los tintoreros, te ves ubicado en la Plaza Seffarine. Es una pequeña plaza que todavía conserva uno de los oficios más antiguos de Fez, el de los artesanos caldereros que trabajan el cobre rojo desde antaño para dar una forma especial a artículos de adorno y de cocina como teteras, bandejas, ollas y otros objetos. Lo particular de esta posición en Fez El Bali es el sonido del golpeo del metal que reina en el sitio y que te hace alejarte de la realidad del siglo 21 para bucear en unos tiempos inmemorables.
En tu visita a la Medina Fez El Bali, no puedes saltar unos de los zocos tradicionales más famosos de la ciudad. El Zoco de la Henna que consiste en un mercado de los artículos cosméticos y productos farmacéuticos tradicionales. Y como su nombre indica, el producto estrella del zoco es la henna, utilizada por las mujeres marroquíes como especie de tatuaje para las manos y los pies y un colorante natural para el pelo.

Otro oficio tradicional que sigue en vida es el del carpintero; su sede principal es el Zoco Neyyarine (carpinteros) donde los artesanos se esmeran en afinar sus obras, para luego exponerlas en el Museo de Arte y Artesanía de la Madera repleto de objetos tradicionales realizados en madera y esculpidos a mano por los maestros artesanos de Fez.
El Zoco Sekkatine te lleva al mundo donde se fabrican a mano y se adornan los equipamientos para caballos y mulas, con sus diseños dorados y sus formas diferentes.
Un zoco más que atrae la atención de todo turista curioso es el de Chemainne, donde, en la antigüedad, se producían y se vendían todos los tipos de velas; mientras que hoy en día se ve más centrado en la venta de frutos secos.
Una de las grandes gracias de los zocos se encuentra en el Zoco Attarine donde notas la maravillosa variedad de especias que se exponen en sus tiendas multicolores.
Despidiéndote de estos zocos tradicionales te paras sin darte cuenta en los grandes mercados de las calles Talaa Kebira y Talaa Seghira para ver de cerca la diversidad de artesanía que ofrecen las tiendas y bazares que venden todo tipo de mercancía tradicional fasí.
Al otro lado de la ciudad, está la Medina Fez el-Ydid que fue fundada por los Meriníes a finales del siglo XIII bajo nombre “La Ciudad Blanca”. Enseguida, la Nueva Medina de Fez, Fez el-Ydid, no tardó mucho en convertirse en el enclave del poder real. El área nueva se distingue por el Palacio Real; una joya de arquitectura tradicional escondida tras grandes puertas de cobre que te dan la bienvenida desde fuera. El Palacio Real de Fez se considera el más grande de todo Marruecos con una superficie de más de 80 hectáreas.

Avanzando un poco en la Medina Fez el-Ydid, llegas al Barrio Judío conocido localmente por “Mellah”, donde su arquitectura y sus mercados trazan las fronteras de la zona. Situada en el centro de la Medina Fez el-Ydid, la “Mellah” es el sitio donde la comunidad judía acaparaba el comercio de los metales preciosos como el oro y la plata. Una actividad económica antes muy productiva por ser la mejor manera de ahorrar para la población fasí.
Fez goza de una dimensión científica y espiritual reconocida a nivel internacional por ser la ciudad que alberga la universidad más antigua del mundo que sigue en funcionamiento; además de sus medersas (escuelas coránicas) que son fuentes de la religiosidad y el saber hacer acreditado desde los albores de la historia de la Medina.
Construida en el año 859 por Fátima Al Fihriya, la Universidad Al Qarawiyyin, albergada en la Mezquita Al Karaouine, es uno de los maravillosos complejos arquitectónicos de Fez. La universidad disponía de una biblioteca que contaba con un contenido muy rico y que en 1613 llegó a superar la cifra de 320.000 obras y manuscritos. En esa época, flujos de estudiantes y sabios se desplazaban hasta Fez para continuar sus estudios y hacer sus investigaciones en varias ramas del saber en una ciudad que se ha convertido en la capital de la ciencia y el conocimiento del Magreb. En la actualidad, la biblioteca Al Karaouine aún conserva más de 30.000 obras, así como esconde entre sus estanterías ejemplares raros y manuscritos únicos en el mundo entero.
De los más importantes centros de aprendizaje islámico instalados en los alrededores de la Mezquita Al Karaouine de Fez, encontramos la Escuela Attarine que fue construida entre 1323 y 1325. Fue una de las principales escuelas de la religión en las que los estudiantes podían residir durante sus estudios. La Medersa Attarine es la más bonita de todas de Fez.
Otra de las famosas escuelas de Fez es la Medersa Bou Inania que fue inaugurada en el año 1350. Se trata de una Medersa coránica de estudios superiores y residencia también para sus estudiantes, que se distingue por unas paredes talladas a mano con gran precisión sobre estuco y madera, cubiertas en la parte baja por pequeños azulejos con una infinidad de figuras geométricas.
Al explorar el lado espiritual de Fez, el Mausoleo Mulay Idrís te da una idea sobre el foco religioso más importante de la ciudad siendo uno de los lugares de peregrinación más famosos de Marruecos.

Meknes
De las Ciudades Imperiales de Marruecos, Meknes es más tranquila y relajada que Fez. En el siglo XVII, Mulay Ismael eligió Meknes como capital de Marruecos, rodeándola de bellas murallas y magníficas puertas. Una de las principales puertas es la Puerta Bab Al-Mansour que comunica la plaza de enfrente al Palacio Mulay Ismael con la antigua ciudad Mulay Ismael.
En Meknes hay varios lugares imprescindibles que visitar como los zocos por donde se puede dar un simple paseo y constatar el toque moderno que la diferencia de Fez.
Cuando llegas a la Plaza El-Hedim en Meknes, el ambiente te hace recordar la Plaza de Jamaa El Fna en Marrakech, así como constituye el centro de la vida pública y cultural de la ciudad. La zona, donde antes se presenciaban las ejecuciones públicas y los anuncios reales, es ahora un punto de encuentro y pasatiempo contando con restaurantes, terrazas y tiendas de diferente índole.

Uno de los museos más interesantes de Marruecos se sitúa en Meknes y se llama Museo Dar Jamaï. Es un precioso edificio tradicional que engloba todos los tipos de música, folclor y joyas de todo el país.
El Mausoleo de Mulay Ismael es uno de los destinos clave de la Medina de Meknes junto con la Madraza Bou Inania que se asemeja en su interior a las medersas de Fez.
Por el nombre de Heri Souani es famoso el monumento histórico enorme que se utilizaba para almacenar alimentos y contener los establos reales de Mulay Ismael, con una capacidad de 12.000 caballos.
Cerca de los establos y los graneros de Moulay Ismael, hay otro monumento importante de Meknes que es Sahriy Swani o Cuenca de las Norias. Esta gran cuenca data del siglo XVII y abastecía de agua a toda la ciudad sobre todo en caso de sequía; así como ofrece un retiro de paseo magnífico para los turistas.

Volubilis
Situada a 33 kilómetros al norte de Meknes, Walili (Volubilis) fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997. En una superficie de 40 hectáreas, están los restos arqueológicos mejor conservados y más visitados de Marruecos.
Volubilis es una antigua ciudad romana unida antes al Imperio Romano en el año 42 d. C. A finales del siglo VIII, Idrís I hizo de Volubilis su refugio tras escaparse de los abasidas.
En el paseo para descubrir los monumentos de Walili, hay algunos puntos que no se puede perder como el Arco de Caracalla, construido en mármol en el año 217 en honor al emperador y su madre.
Lo más famoso de Volubilis son sus mosaicos presentes en varias superficies de la ciudad. Las Pruebas de Hércules, el Baño de las Ninfas, el Acróbata, Baco y Ariadna o el Baño de Diana son algunos de los rincones ante los cuales se debe detener a contemplar.
Desde la parte alta de Volubilis se puede ver los tres lugares que representaban el centro de la vida pública de la ciudad y son los siguientes: Foro, Basílica y Templo de Júpiter. En cuanto a las Termas, pese a su estado poco descuidado, son una prueba de existencia de un sistema de calefacción utilizado por los romanos.
Aventurarse en las estrechas callejuelas de Fez, disfrutar de los secretos curiosos de Meknes o perderse entre los hilos de la historia romana de Walili es un anhelo divertido que cualquier turista del mundo lo puede vivir aprovechando al máximo la maravilla de los tres destinos incomparables: Fez, Meknes y Volubilis.