Mauritania, ¿un nuevo actor en el sector del gas?
Ubicado a diez kilómetros de la costa de Saint-Louis, en Senegal, el inmenso complejo gasístico de Great Tortue Ahmeyim empezará a producir gas en el primer trimestre de 2024. Dirigido conjuntamente por British Petroleum (BP) y sus socios Kosmos Energy, la Sociedad Mauritana de Hidrocarburos (SMH) y la Sociedad de Petróleos de Senegal (PETROSEN), constituye el mayor proyecto de extracción de gas de la región. Con una superficie de 33.000 km², el yacimiento de gas contiene 1.400 billones de metros cúbicos de reservas, lo que le confiere un potencial de producción de 30 a 50 años. En otras palabras, Mauritania está a punto de convertirse en un gran productor mundial de gas, y uno de los mayores de África.
- Un crecimiento económico en aumento
- La nueva estrategia energética de Mauritania
- Posicionarse como auténtico centro energético de la región para atraer a los inversores: los ejemplos del Foro MSGBC y de la COP28
- Los ingresos se destinarán principalmente al desarrollo del país
- Explotación de combustibles fósiles y cambio climático
Sin embargo, cabe señalar que el Estado mauritano enfrenta numerosas debilidades. Según un estudio de 2022 de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), Mauritania se ha convertido en un Estado “frágil”, sobre todo en el aspecto económico. El país está expuesto a grandes riesgos en varios frentes, sobre todo en términos de dependencia de los recursos, desempleo y déficit por cuenta corriente.
¿Podría la nueva estrategia económica del Gobierno mauritano, centrada en la exportación de combustibles fósiles y energías renovables, permitirle salir de su estado de fragilidad?
Esta cuestión será analizada con detenimiento en este informe.
Un crecimiento económico en aumento
Con una población de unos 4,8 millones de habitantes, Mauritania es esencialmente un país desértico, con vastas extensiones de tierras de pastoreo y sólo un 0,5 % de tierras cultivables. Desde el punto de vista económico, la pandemia de Covid-19 ha tenido un gran impacto en el mercado laboral, las condiciones de vida y el bienestar de la población mauritana, provocando un aumento de la pobreza extrema, estimada en un 6,3 % en 2022.
Sin embargo, el Banco Mundial ha observado un aumento significativo del crecimiento económico en Mauritania. Gracias al aumento de las exportaciones por el lado de la demanda (del mercado) y a la expansión del sector agrícola por el lado de la oferta, pasó del 2,4 % en 2021 al 7,1 % en 2022. En 2023, el crecimiento económico se ha ralentizado hasta el 4,3 %, debido al menor crecimiento de la industria extractiva como consecuencia de una menor producción de mineral de hierro y oro, así como de una menor producción agrícola.
La nueva estrategia energética de Mauritania
Las élites mauritanas son conscientes de la vulnerabilidad de la economía de su país, sobre todo en cuanto a su dependencia de los recursos. Por ello, el Gobierno ha centrado su atención en sus suelos y, en particular, en la explotación del gas tras descubrir importantes reservas en su costa atlántica. Esta nueva estrategia permitiría realizar una transición desde su situación energética de autosuficiencia a una posición privilegiada entre los mayores exportadores de gas.
El suelo mauritano es rico en recursos. Según Ousmane Mamadou Khane, ministro de Economía y Promoción de los Sectores Productivos, “Mauritania tiene un enorme potencial”. “El gas es una fuente de energía de transición”, prosigue, “y el potencial de energías renovables, sobre todo solar y eólica, es uno de los mejores del mundo. Tenemos mucha agua y muchas minas”.
En este contexto, dos importantes proyectos entrarán en funcionamiento el año que viene: el proyecto GTA antes mencionado y la explotación del yacimiento petrolífero de Sangomar, con una producción de 100.000 barriles diarios. Paralelamente, prosiguen los avances en la instalación de transformación de gas en energía eléctrica de Sandiara.
Con 700.000 kilómetros cuadrados de terreno disponible para la construcción de paneles solares y turbinas eólicas, y un clima favorable al desarrollo de estas energías, Mauritania podría también posicionarse como el centro de energías renovables de África occidental. Según African Business, el promotor de proyectos alemán Conjuncta firmó un memorando de entendimiento en marzo de 2023 con el proveedor de energía egipcio Infinity y Masdar, de Emiratos Árabes Unidos, para un proyecto de hidrógeno verde de 34.000 millones de dólares en Mauritania. El proyecto podría producir hasta ocho millones de toneladas de hidrógeno verde al año.
Los expertos creen que una vez que el país empiece a explotar esas reservas de gas, se convertirá en el tercer exportador de gas de África, después de Nigeria y Argelia.
Posicionarse como auténtico centro energético de la región para atraer a los inversores: los ejemplos del Foro MSGBC y de la COP28
El especialista regional francés Alain Antil, investigador del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI), opina que “Mauritania cuenta con ventajas irrefutables”. Según él, Nuakchot “mantiene bajo control el riesgo yihadista desde hace más de diez años, tiene un mejor control demográfico que sus vecinos y es políticamente estable, con un Ejecutivo relativamente abierto al diálogo desde la elección del presidente Mohamed Ould Ghazouani”.
Esta apertura al diálogo se ha traducido en una activa participación en los foros regionales e internacionales, donde el Gobierno mauritano ha tratado de poner de relieve sus recursos. Entre los eventos más destacados de 2023 figura el foro regional MSGBC (Mauritania, Senegal, Gambia, Guinea-Bissau y Guinea-Conakry).
Inaugurado oficialmente el 21 de noviembre de 2023 en Nuakchot, el MSGBC Oil, Gas & Power 2023 es el principal evento energético de la región. La ceremonia de apertura, a la que asistió el presidente de Mauritania, Mohamed Ould Cheikh El Ghazouani, sentó las bases de dos días de diálogo y acuerdos, durante los cuales los líderes de la industria hicieron declaraciones prospectivas sobre el futuro del mercado energético del MSGBC.
A través de este foro, los distintos países miembros trataron de desarrollar una estrategia que les permita poner fin a la dependencia africana de fuentes externas de financiación de petróleo y gas. “Estamos trabajando con Afreximbank para crear un Banco Africano de la Energía. Hace quince días aprobamos el calendario y este banco debería estar en marcha en el primer semestre del año que viene. También estamos trabajando en centros de investigación en África”, declaró Omar Farouk Ibrahim, secretario general de la Organización Africana de Productores de Petróleo (APPO).
Sin embargo, los países de la región siguen intentando atraer capital extranjero y aumentar la competitividad de sus inversiones. A pesar de la riqueza de su suelo, Mauritania sigue siendo un país pobre. Según el UNICEF, 2,3 millones de personas viven en una situación de pobreza multidimensional. Por lo tanto, el Gobierno mauritano ha adoptado una serie de reformas reglamentarias, todas ellas esenciales para el lanzamiento de proyectos a gran escala, en la medida en que han contribuido a crear un marco tranquilizador para los inversores.
El segundo evento fue la Conferencia de Dubái sobre el Cambio Climático, o COP28, que se celebró del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023 en los Emiratos Árabes Unidos. En esta conferencia, el presidente de Mauritania se dirigió a los jefes de Estado presentes, en primer lugar, para recordarles el creciente potencial de Mauritania y, en particular, sus recursos por explotar.
A continuación, el jefe de Estado mauritano reiteró la importancia del apoyo internacional para ayudar a las naciones en desarrollo a realizar la transición hacia la energía. “Es por tanto urgente y fundamental aumentar considerablemente los fondos destinados a la adaptación y la transformación del medio ambiente, y desembolsarlos de manera que no agraven el endeudamiento de los países en desarrollo”, declaró Mohamed Ould Cheikh El Ghazouani.
Para Nuakchot, los ingresos generados por las inversiones son el principal motor del desarrollo del país.
Los ingresos se destinarán principalmente al desarrollo del país
Según African Business, Nuakchot espera al menos 19.000 millones de dólares de ingresos adicionales en los próximos 30 años. Como recordatorio, el país tenía un producto interior bruto (PIB) de 7.600 millones de dólares en 2019, ya cuatro veces superior al del año 2000.
No obstante, el Gobierno mauritano es muy consciente de que las nuevas inversiones no cambiarán la economía del país de un día para otro. Según Ousmane Mamadou Kane, el dinero se inyectará principalmente en el Tesoro y en el Banco Central, con el fin de “satisfacer las enormes necesidades del país en materia de educación básica, infraestructuras viarias, agua, saneamiento y energía”.
De hecho, “el país también tiene sus fragilidades”, resume Alain Antil, “entre las que destacan un sistema educativo muy poco eficaz, el capitalismo de amiguetes y unas infraestructuras deficientes, que obstaculizan la apertura de regiones enteras a pesar de las recientes mejoras”.
La cualificación de los trabajadores mauritanos, que sigue siendo baja en comparación con la de los países más desarrollados, supone un reto para el país. Sin embargo, Abdel Boudadya, director general de una empresa mauritana que participa en el proyecto de extracción de gas GTA, afirma que las inversiones conjuntas demuestran a los inversores que pueden confiar en los operadores locales.
Las autoridades mauritanas están haciendo esfuerzos considerables en todos los frentes para atraer la atención de los grandes inversores extranjeros en la explotación de estos recursos naturales. Sin embargo, en la era del cambio climático, persiste la polémica en torno a la explotación de los combustibles fósiles.
Explotación de combustibles fósiles y cambio climático
En el futuro, la financiación del desarrollo de las reservas del país será un reto debido a la transición energética mundial. Según el Banco Africano de Desarrollo, la financiación estimada necesaria para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 11 % de aquí a 2030 es de 4.800 millones de dólares al año durante el periodo 2021-2030.
Sin embargo, el país no cuenta con un mecanismo específico de financiación de la lucha contra el cambio climático. Con razón, los sectores privado y bancario apenas participan en la financiación climática. Además, la mayor parte de los mil millones de dólares recibidos durante el periodo 2010-2020 proceden de socios internacionales. Mauritania también se enfrenta a una serie de obstáculos. Entre ellos, la falta de conocimiento de los riesgos y oportunidades asociados al cambio climático, el elevado coste de las inversiones relacionadas con la adaptación al cambio climático y la escasa disponibilidad de recursos privados dedicados a la inversión verde.
A pesar de ello, la República Islámica de Mauritania pretende capitalizar su capital natural (gas, hidrógeno verde, hierro, recursos pesqueros y tierras agrícolas), valorado en 24.300 millones de dólares en 2018, para apoyar la financiación climática y el crecimiento verde a largo plazo. Además, la fase 1 del proyecto de gas Great-Tortue/Ahmeyim debería dejar un margen adicional para ajustes presupuestarios de al menos el 0,5 % del PIB en 2024.
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En un momento en que los países europeos buscan proveedores de energía alternativos, Mauritania ha adquirido una nueva importancia estratégica. Está llamada a convertirse en exportadora de gas a Europa a finales de 2023, cuando concluya la Fase I del proyecto GTA. Según fuentes gubernamentales mauritanas al periódico La Razón, el país negocia actualmente la exportación de gas y petróleo a España y, principalmente en las islas Canarias.
Así que, en teoría, su nueva estrategia de exportación de gas podría permitir a Mauritania salir gradualmente de su estado de fragilidad económica. Queda por ver si, en la práctica, Nuakchot logrará superar los obstáculos que impone esta estrategia, sobre todo en lo que se refiere a la volatilidad de los precios del mercado mundial, mantener su estabilidad económica diversificando sus fuentes de energía o invertir en infraestructuras capaces de soportar el transporte de energía.
