Los principales cultivos cosechados en el reino marroquí son los cereales, que componen el 55% de la superficie cultivada. Las hortalizas y frutas básicas también forman parte fundamental de la economía y sector agrícola de Marruecos, ya que gran parte de su producción es exportada. La exportación de verduras y frutas superaron los 80 mil millones de dírhams (alrededor de 7800 millones de dólares).
Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca marítima, Desarrollo Rural y Agua y Bosques, la producción de cereal se ha reducido un 67% en el año 2021-2022. Dado que los cultivos de granos dependen profundamente de las lluvias, la producción de grano no cubre las necesidades del país, viéndose obligados a importar. Alrededor de 50 millones de toneladas fueron importadas el año pasado. El coste de dicha importación costó al gobierno marroquí más de 25.000 millones de dírhams (cerca de 2500 millones de dólares).
Las temporadas de sequía y las fluctuaciones climáticas también afectan gravemente al sector agropecuario. Para suplir la escasez de carne y reducir los precios en el mercado local, Marruecos ha importado en estos dos últimos meses alrededor de 20.000 cabezas de ganado procedentes de Brasil. La población marroquí percibió esta necesidad de importación como una amenaza para la seguridad alimentaria.

Debido al mal tiempo y el frío que afectó a este invierno a Europa, la exportación de hortalizas y frutas básicas ha afectado a los precios de mercado, por tanto, las exportaciones marroquíes se han visto enriquecidas. Pero esto se debe a una situación momentánea y circunstancial.
Mohamed Sadiki, ministro de Agricultura de Marruecos, ha anunciado el comienzo de la implementación de un programa para apoyar a agricultores con un presupuesto de 10 mil millones de dírhams, un subsidio de forraje importado para el uso del ganado y las aves de corral, y el subsidio de materias primas agrícolas, con el fin de “reducir el costo de producción de un grupo de vegetales y frutas”.
Para combatir la sequía, y reducir sus efectos, Marruecos ha aprobado un programa de suministro de agua potable con inversiones que ascienden los 12.000 millones de dólares. También, tiene como objetivo tener en funcionamiento 20 plantas desaladoras de agua para 2030, con el fin de destinar parte del agua producida al riego de los cultivos.

Como continuación del denominado plan “Marruecos Verde”, puesto en marcha en 2008, el reino alauí ha publicado una nueva estrategia, “Generación Verde 2020-2030” en el que el gobierno manifiesta que: “Considerar el elemento humano como una prioridad en cualquier desarrollo relacionado con el sector agrícola, mientras que el segundo se relaciona con continuar el dinamismo del desarrollo agrícola y centrarse en su modernización. Así como crear una nueva generación de "jóvenes emprendedores" en el sector agrícola”. A lo que también añaden la importancia del establecimiento de la modernización y la diversificación del Marruecos rural. Este plan también tendrá como objetivo el desarrollo de cultivos que no necesitan tanta agua de riego, como el almendro y el olivo, para así adaptarse a las sequías existentes y las que llegarán. Con este nuevo proyecto se espera poder mejorar los objetivos propuestos por el anterior “Marruecos Verde”.
Como apoyo al plan “Generación Verde”, la Comisión Europea ha adoptado un nuevo programa por valor de 115 millones de euros, “Terra Verte”, que tiene como objetivos: “apoyo a las cadenas de valor agrícolas sostenibles, la protección y gestión de la silvicultura, y la creación de empleo y la inclusión social en los dos sectores".