Uno de los participantes en las pruebas ha desarrollado una enfermedad que los investigadores describen como “inexplicable”

AstraZeneca suspende los ensayos de su vacuna contra la COVID-19 por seguridad

REUTERS/BRENDAN McDERMID - Logo de la farmacéutica AstraZeneca

Malas noticias para la Unión Europea y América Latina. La vacuna promovida por la Universidad de Oxford y desarrollada por la farmacéutica AstraZeneca ha suspendido los ensayos clínicos después de que uno de los participantes haya desarrollado una enfermedad que los investigadores han calificado de “inexplicable”, según ha informado un portavoz de la empresa a los medios de comunicación estadounidenses este martes por la noche. Esta era una de las vacunas que la Unión Europea pensaba inocular a la población cuando estuviera preparada. La compañía tenía previsto tener su vacuna disponible para el primer semestre de 2021 y estaba considerada como una de las más avanzadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta es la primera vez que uno de esos ensayos para lograr la vacuna contra la COVID-19 tiene que ponerse en pausa por razones de seguridad.

“Esta es una acción rutinaria que sucede siempre que hay una enfermedad potencialmente inexplicable en uno de los ensayos mientras se investiga, asegurándonos de que se mantiene la integridad de los estudios”, ha aclarado el portavoz de la farmacéutica en declaraciones a la cadena CNBC y el medio Stat. El voluntario que ha enfermado reside en Reino Unido y se ha notificado que ha desarrollado una mielitis transversa, una afección del sistema nervioso que no es muy común. Aún hay que verificar si este hecho tiene relación o no con la vacuna aplicada

La eficacia de la vacuna se estaba probando en Estados Unidos, Brasil y Sudáfrica después de que un ensayo en una de sus fases finales diera resultados positivos. Los Gobiernos de Argentina y México, así como la fundación mexicana Slim, llegaron en el mes de agosto a un acuerdo con AstraZeneca y la Universidad de Oxford para fabricar la vacuna en sus países y, luego, distribuirla a todos los demás países de América Latina, a excepción de Brasil. Alberto Fernández, presidente de Argentina, aseguró que el objetivo era elaborar entre 150 y 250 millones de dosis que estarían accesibles a precios de entre tres y cuatro dólares. 

Hace tres semana, la Comisión Europea anunció un acuerdo con AstraZeneca para la compra de, al menos, 300 millones de dosis de la futura vacuna. Esta adquisición, según se señaló entonces, se efectuaría “una vez haya demostrado ser segura y efectiva”, explicaba Bruselas en un comunicado. En un primer momento, la compra de esta potencial vacuna ascendería hasta 300 millones de dosis, con la opción de adquirir 100 millones más en nombre de los Estados miembros. 

El portavoz de la farmacéutica, citado por medios locales, ha asegurado que se “está trabajando para acelerar la revisión de ese incidente único con el objetivo de minimizar cualquier impacto potencial en los planes del ensayo”. AstraZeneca había iniciado la fase tres de su ensayo en Estados Unidos a finales de agosto, según clinicaltrials.gov, un registro del Gobierno estadounidense; mientras que, en el Reino Unido, Brasil y Sudáfrica, el estudio de la vacuna estaba entre las fases dos y tres, según el medio de comunicación Stat. Junto a las farmacéuticas Pfizer y Moderna, AstraZeneca es una de las tres compañías que tienen estudios en la fase tres de una vacuna contra la COVID-19 en Estados Unidos.

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