La desalinización del agua impulsa la seguridad hídrica de Marruecos

En los últimos años, Marruecos ha tomado importantes medidas con el objetivo de reforzar sus recursos hídricos, especialmente mediante el desarrollo de plantas desaladoras de agua de mar. Estas infraestructuras esenciales no solo hacen frente a las necesidades inmediatas de agua, sino que también sientan las bases para una gestión sostenible del agua en medio de los crecientes desafíos relacionados con el cambio climático y el crecimiento demográfico.
Said Temsamani, analista, asesor político y miembro del Club de Prensa de Washington, destaca en Al-Arab que, bajo el liderazgo del rey marroquí Mohamed VI, el compromiso de Rabat para fortalecer la seguridad hídrica se ha vuelto “claro e inequívoco”.
Durante la última sesión del Consejo Asesor, el ministro marroquí de Equipamiento y Agua, Nizar Baraka, confirmó que la capacidad de desalación de agua del país asciende actualmente a 192 millones de metros cúbicos, de los cuales más de 80 millones de metros cúbicos se destinan a agua potable.
La tecnología y recursos invertidos en la desalinización del agua ha sido clave. Estos esfuerzos han hecho posible la creación de dos plantas principales en Agadir y Alhucemas, las cuales marcan un hito importante en el Programa Nacional Marroquí de Abastecimiento de Agua Potable y Riego 2020-2027.
Estas instalaciones no solo abastecen los centros urbanos sino que también impulsan las actividades agrícolas, lo cual es crucial para la sostenibilidad en todo el país.

La planta desalinizadora de Agadir, que entró en funcionamiento a principios de 2022, representa el enfoque proactivo de Marruecos ante la escasez de agua. Se puso en marcha en circunstancias urgentes y fue vital para los residentes de la ciudad, garantizando un suministro fiable de agua potable.
De cara al futuro, se están elaborando planes ambiciosos para aumentar la capacidad de desalinización. La próxima megaplanta de Casablanca, cuyo inicio de operaciones está previsto para 2026, promete aumentar significativamente la producción diaria de agua. Asimismo, este proyecto refuerza la posición de Marruecos como líder regional en el ámbito de la gestión del agua.
Por otra parte, el compromiso de Marruecos en este sector va más allá del desarrollo de infraestructuras. Representa un enfoque integral que combina la innovación tecnológica con la gestión ambiental y la justicia social. Al priorizar la seguridad hídrica a través de la desalinización, Marruecos es también un ejemplo para otros países que enfrentan problemas similares de escasez de agua.

El ministro Baraka lanzó recientemente la primera fase de una campaña de concientización pública dirigida a la conservación del agua. Esta iniciativa es fundamental para promover una cultura de uso responsable del agua, asegurando que cada gota sea valorada y preservada.
Además, Baraka planteó varias medidas urgentes para este verano, incluida la aceleración de la construcción de presas y la compra de 204 unidades móviles de desalinización de agua salada, en cooperación con el Ministerio del Interior. El ministro marroquí también subrayó la importancia de la producción nacional, afirmando que las reuniones con los actores de la industria son esenciales para garantizar un suministro adecuado de agua.
El camino de Marruecos hacia la seguridad hídrica mediante la desalinización del agua de mar es un claro ejemplo de una gobernanza proactiva basada en el desarrollo sostenible. Al aprovechar los avances tecnológicos y adoptar las energías renovables, Marruecos no solo está asegurando su futuro, sino que también reafirma su compromiso con los objetivos globales de sostenibilidad.

No obstante, a pesar de los esfuerzos realizados por Marruecos para combatir la sequía, estos siguen siendo insuficientes, lo que ha llevado a Rabat a activar un plan de emergencia para apoyar el plan nacional a corto y medio plazo.
Este plan incluye un conjunto de medidas a corto plazo, incluida la movilización óptima de recursos a nivel de presas, pozos y plantas desaladoras existentes, el establecimiento de equipos de emergencia para el transporte y suministro de agua o la restricción del uso de agua de riego.
Paralelamente, se acelerará el ritmo de finalización de los proyectos programados que tengan un impacto a medio plazo, en particular las presas en construcción, los proyectos que unen las cuencas de Sebou, Bouregreg y Oum Er-Rbia, el programa nacional de plantas desaladoras de agua de mar y el programa de reúso de aguas residuales tratadas.
Ante la creciente demanda de agua, debido al desarrollo de la actividad industrial y del sector agrícola, las autoridades marroquíes han instado a los sectores y organismos interesados a redoblar su vigilancia y esfuerzos para hacer frente al desafío de la seguridad hídrica y garantizar el suministro de agua potable a todas las regiones del Reino.
También se ha destacado la necesidad de una comunicación transparente y regular con los ciudadanos sobre la evolución de la situación del agua y las medidas urgentes que se adoptarán, al tiempo que se desarrollan campañas para concienciar sobre la importancia de ahorrar agua y combatir todas las formas de desperdicio y uso inadecuado.
Las necesidades de agua de Marruecos se estiman en más de 16 mil millones de metros cúbicos al año, el 87% de los cuales se destina al consumo agrícola. Sin embargo, los recursos hídricos no han superado los cinco millones de metros cúbicos al año durante los últimos cinco años