Los expertos apuntan a que no será posible abrir los cines, teatros y museos a partir del 15 de diciembre

El desconfinamiento en Francia peligra

AP/GUILLAUME HORCAJUELO - El presidente francés Emmanuel Macron, saluda a las autoridades locales al llegar al 'Centre de cooperation policiere et douaniere' (Centro de cooperación policial y aduanera franco-español) durante una visita sobre el fortalecimiento de los controles fronterizos en el cruce entre España y Francia

Francia ha sido uno de los países más afectados por la segunda ola del coronavirus. Las medidas impuestas por el Elíseo a partir del 29 de octubre han sido de las más duras de toda la Unión Europea; el confinamiento total fue implantado en Francia, cerrando bares, restaurantes, todo lo relacionado con el ocio y la cultura, comercios no esenciales y universidades. Entre las medidas, también se prohibía cualquier tipo de reuniones con allegados, se forzaba el teletrabajo siempre que se pudiera hacer y se obligaba a la población a moverse con una “atestación” que indicaba el motivo de su salida del domicilio y la duración. Estas duras medidas han sido muy similares a las de la primera ola de coronavirus, incluyendo el famoso límite de sólo poder salir a hacer deporte individualmente una hora al día a un kilómetro a la redonda del domicilio. Las medidas iban a durar en principio hasta el 1 de diciembre.  

Tras el pico que se produjo alrededor del 15 de noviembre, con 33.466 personas infectadas en un día, el pasado 24 de noviembre, Macron anunció la posibilidad de relajar las medidas, teniendo en cuenta que lo peor de la segunda ola ya había pasado. En su discurso compartió con los franceses un plan de desconfinamiento poniéndose como objetivo para poder desconfinar el 15 de diciembre cuasitotalmente menos de 5.000 casos de coronavirus detectados al día y menos de 3.000 personas en las unidades de cuidados intensivos (en Francia llamadas unidades de reanimación). A partir del día 28 de noviembre se permitía a los franceses salir durante tres horas (en vez de una hora) y a 20 kilómetros del domicilio (en vez de un kilómetro). También se comenzaba a abrir algunos pequeños comercios y lugares de culto con restricciones. Teóricamente, el día 15 de diciembre el panorama cambiaba de cara a las Navidades, levantando el confinamiento generalizado y con restricciones relativas a lugares que se mantienen cerrados y un toque de queda, pero no de limitaciones movilidad generalizadas. Los bares y restaurantes permanecerían cerrados hasta el 20 de enero, pero los cines, teatros, comercios y museos podrían abrir, la “atestación” para salir del domicilio no sería necesaria, sustituyendo por un toque de queda de 21h a 7h de la mañana. Con respecto a las Navidades, a pesar de que el Eliseo anunció que no habría restricciones de movilidad ni toque de queda los días 24 y 31 de diciembre, Jean Castex incita fuertemente a que las reuniones familiares no sean con más de seis adultos, prohibiendo cualquier tipo de concentración en la calle. 

El día 7 de diciembre, los franceses se levantaron con una desagradable noticia; el desconfinamiento podría tener que retrasarse. El director general de la Sanidad francesa, Jerome Salomon, advirtió que el riesgo continúa en un nivel alto, los casos no han bajado al nivel esperado y, por lo tanto, el desconfinamiento parece que no va a ser posible tal y como se esperaba. A día 8 de diciembre, 13.713 nuevos casos han sido notificados al Ministerio de Sanidad en las últimas 24 horas, y 3.088 personas están en reanimación. Teniendo en cuenta la trayectoria, parece que para mediados de este mes podría haber alrededor de 7.000 casos diarios estando por encima de los límites impuestos para poder desconfinar. Los expertos, por tanto, apuntan a que no será posible abrir los cines, teatros y museos a partir del 15 de diciembre. A pesar de que no se esperan confinamientos perimetrales, ni nacionales y se permite la libertad de movimiento, Francia ya comienza a valorar la posibilidad de restringir la movilidad para los franceses que quieran ir a esquiar a Suiza y España, cuyas estaciones de esquí permanecen abiertas. 

A diferencia de otros países como España e Italia, donde las restricciones varían por zonas, esta segunda ola de coronavirus ha afectado a la mayoría de los departamentos franceses por igual y, por ello, las medidas han sido más restrictivas en general que en los demás países vecinos. Los expertos y el Gobierno no entienden a qué se puede deber la desaceleración del descenso de los casos, considerando que las medidas a partir del 30 de noviembre han sido muy similares a las del confinamiento. Tras el Consejo de Defensa Sanitaria del 9 de diciembre, se espera que, en la conferencia de prensa del jueves, el primer ministro Jean Castex anuncie las nuevas restricciones. Francia, al igual que la mayoría de los países de la Unión Europea, espera poder hacer una campaña de vacunación masiva a partir de enero de 2021. Esta pasada semana, ya se ha puesto la primera vacuna de Pfizer/BioNTech a una mujer inglesa de 90 años, lo que ha provocado cierto optimismo en la sociedad europea. Aun así, la vacunación masiva tardará unos meses y hasta entonces el Gobierno francés, al igual que los demás Ejecutivos europeos, se encuentran en la difícil tesitura de tener que restringir los movimientos de sus ciudadanos durante las Navidades y el Año Nuevo.