Los grandes flujos de movimientos humanos representan uno de los grandes desafíos del siglo XXI

Migraciones: de la gobernanza global al impacto regional

photo_camera Pablo Rubio / Atalayar - Foto de familia de la conferencia con Susana María Sassone, Susana Ferreira, Javier Fernández Arribas, María Eugenia Anguiano y Cristina Gortázar

¿Está la gobernanza migratoria en crisis? Es la pregunta que ha dado pie a la conferencia homónima que ha cerrado el primer día de las Jornadas Iberoamericanas celebradas en el Instituto Universitario Gutiérrez Mellado de Madrid. Las ponentes han discutido distintos enfoques globales para la gestión de los flujos migratorios y, además, han analizado cómo se ha tratado el problema en las legislaciones de Argentina y México.

El ciclo ha estado moderado por Javier Fernández Arribas, director de Atalayar entre Dos Orillas. En su breve intervención, ha querido remarcar el hecho de que la historia de las civilizaciones no puede explicarse sin atender a la historia de las migraciones que les han dado forma.

A continuación, ha sido el turno de las cuatro investigadoras protagonistas de la mesa redonda. La visión global de la gobernanza sobre las migraciones ha sido aportada por la doctora Susana Ferreira, de la Universidad Nebrija. Ha analizado las mejoras y los desafíos pendientes derivados del Pacto Mundial por una Migración Segura, Ordenada y Regular, también conocido como pacto de Marrakech, que fue promovido por Naciones Unidas en diciembre de 2018.

Para Ferreira, el mencionado Pacto representa una gran oportunidad para establecer un foro de discusión e intercambio de buenas prácticas. No solo eso: la investigadora ha enfatizado que el pacto, a pesar de que no tenga carácter vinculante, debe cristalizar en mecanismos concretos de gobernanza efectiva de migración. Ha admitido que tal logro es difícil de conseguir: “Se trata de lograr un equilibrio entre los derechos de las personas, la soberanía de los estados y la seguridad de las migraciones”.

La doctora Sassone (al fondo) ha hecho un repaso de la historia de las migraciones en Argentina
Europa, una gestión dudosa

Partiendo de esta base, el resto de las conferenciantes han empleado enfoques a menor escala, reducidos a las diferentes actuaciones en marcos regionales y nacionales. La doctora Cristina Gortázar Rotaeche, de la Universidad Pontificia de Comillas, se ha ceñido, fundamentalmente, al área de actuación que representa la Unión Europea, donde el corredor del Mediterráneo sigue siendo la ruta más mortífera de paso de migrantes.

La doctora Gortázar se ha mostrado bastante crítica con las acciones llevadas a cabo desde las instituciones de Bruselas para gestionar los flujos migratorios. Para empezar, ha introducido un apunte teórico, pero no carente de relevancia. Ha desechado la comúnmente aceptada distinción entre migrantes y refugiados, y ha propuesto otra dicotomía que radique en migraciones voluntarias y migraciones forzosas, de modo que se pueda dar a las personas afectadas respuestas más acordes a sus necesidades en cada caso. “Debemos regularizar y circularizar las migraciones voluntarias y atajar en origen las causas de las forzosas”, ha instado la investigadora.

“Los sistemas de control integrado de fronteras y de asilo han fallado”, ha sentenciado, ya en una clave estrictamente comunitaria. Gortázar, jurista internacional, ha criticado la provisionalidad imperante que ha caracterizado a las medidas adoptadas por la Comisión Juncker desde que estalló la crisis migratoria de la primavera de 2015. Desde los acuerdos de readmisión con países de origen hasta el cierre de fronteras por parte de algunos miembros del espacio Schengen, muchas de las decisiones tomadas han quedado al margen de los límites del derecho internacional público.

Aunque ha lamentado lo que ha considerado el “fracaso” de la Operación Sofía para hacer del Mediterráneo un lugar más seguro, Gortázar ha querido finalizar su intervención expresando una nota de optimismo. Ha citado la declaración impulsada recientemente por Francia, Alemania, Italia y Malta, y que ya han suscrito 17 países europeos, según la cual los estados se comprometen a acoger y reubicar a los migrantes que reciban. “Si hay reubicación, no tendremos barcos a la deriva”, ha concluido.

Javier Fernández Arribas, director de Atalayar entre Dos Orillas, ha presidido el encuentro
En Latinoamérica, un drama cotidiano

De un lado del Atlántico al opuesto. Las doctoras Susana María Sassone y María Eugenia Anguiano Téllez han compartido con los asistentes la visión que ha guiado la política migratoria de sus países: Argentina y México, respectivamente. La doctora Sassone ha argumentado que, dada la falta de consenso en el marco de Mercosur y de sus países asociados, el tratamiento de las migraciones suele vehicularse a través de acuerdos bilaterales entre países. 

En el caso concreto de Argentina, ha explicado que la política migratoria del país ha tenido, en las últimas décadas, un enfoque integrador. Sin embargo, las últimas salvaguardas introducidas por el presidente Mauricio Macri han hecho bascular esa concepción hacia la securitización. “Se mezcla al migrante en la discusión sobre seguridad”, ha recalcado la investigadora del Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas. Ha lamentado, asimismo, que ciertos grupos de migrantes se vean sometidos a una cierta exclusión a nivel social en las ciudades principales argentinas.

La doctora Anguiano Téllez, del Colegio de la Frontera Norte de Tijuana, México, ha dedicado duras críticas a lo que ha llamado la “industria de la migración”, constituida por grupos del ámbito del crimen organizado que controlan las rutas de paso. Del mismo modo, ha hecho hincapié en la “selectividad” que ha caracterizado, en los últimos años, la política migratoria mexicana en su frontera sur. En su política de contención, auspiciada también por Estados Unidos, México ha tendido a retener a ciudadanos de países más pobres, como Honduras y Guatemala, mientras que ha facilitado el pasillo para aquellos originarios de Venezuela y Brasil.

La complejidad del fenómeno y la necesidad de una acción coordinada a todos los niveles políticos, sea en la esfera global, regional, nacional e incluso local, han sido las conclusiones principales obtenidas al término del encuentro. Las ponentes han reclamado que actores poderosos como Estados Unidos, Israel, Australia y diversos estados de Europa del Este no se hayan sumado a las mesas de negociación globales; el único foro donde, según las investigadoras, puede avanzarse hacia la gobernanza efectiva de un desafío global.

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