El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, defendió el plan COVAX para la distribución de dosis a los países con rentas más bajas e instó a la cooperación mundial en la lucha contra el virus

La OMS acusa a “algunos países de rentas altas” de debilitar el mecanismo de distribución equitativa de las vacunas

photo_camera REUTERS/FABRICE COFFRINI - El Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha acusado a “algunos países de rentas altas” de estar debilitando el mecanismo COVAX, que tiene como objetivo la distribución equitativa de vacunas contra la COVID-19 en todo el mundo. 

“Actualmente, algunos países de altos ingresos están firmando contratos con los fabricantes de la vacuna que socavan los acuerdos que COVAX tiene en vigor y reducen el número de dosis que COVAX puede comprar”, ha declarado el director general de la OMS. 

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Tedros ha instado a los países a colaborar en la distribución: “Si no hay vacunas que comprar, el dinero es irrelevante. Aunque tengamos los fondos, solo podremos suministrar las vacunas a los países más pobres si los países de altos ingresos cooperan en el respeto de los acuerdos que COVAX ha hecho, y de los nuevos acuerdos que está haciendo”.

La OMS solicitó a las naciones que producen vacunas contra la COVID-19 a no distribuirlas de forma unilateral, sino a donarlas al mecanismo mundial COVAX para garantizar la equidad. COVAX, lanzado en abril por la OMS, la Comisión Europea y Francia, tiene como objetivo dar acceso a las vacunas a aquellos países con rentas más bajas y evitar que los Estados con rentas elevadas se hagan con el monopolio de las dosis. 

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COVAX incluye un mecanismo de financiación que debería permitir que 92 economías de ingresos bajos tengan acceso a las vacunas. Sin embargo, los países más ricos han acumulado la gran mayoría de las dosis, mientras que los Estados en vías de desarrollo cuentan con pocas vacunas o ninguna, en muchos casos.  

El director de la OMS se ha mostrado tajante: “Esto no es un asunto de caridad, es un asunto de epidemiología”. “Si no acabamos con la pandemia en todas partes, no la acabaremos en ningún sitio. Cuanto más tiempo circule el virus, más oportunidades tendrá de cambiar de forma que las vacunas sean menos eficaces”. 

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“Por ello, a todos los países, incluidos los de renta alta, les interesa garantizar que los trabajadores sanitarios, las personas mayores y otros grupos de riesgo sean los primeros en recibir las vacunas contra la COVID-19”, ha añadido. Para conseguirlo, Tedros ha apuntado que se necesita “más financiación, que los países compartan las dosis inmediatamente, que los fabricantes den prioridad a los contratos con COVAX y también un aumento significativo de la producción de vacunas contra la COVID-19”. 

“Se están desarrollando, aprobando y produciendo más vacunas COVID-19. Habrá suficientes para todos. Pero por ahora y durante el resto de este año, las vacunas serán un recurso limitado. Debemos utilizarlas tan estratégicamente como podamos”, ha advertido.

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La diplomacia de las vacunas

Por otra parte, Tedros agradeció el comportamiento de los países del G7 y de la Unión Europea, que se comprometieron a aportar más de 3.500 millones de euros en fondos para financiar la distribución equitativa de vacunas, diagnósticos y terapias para la COVID-19. Estos se comprometieron, además, a compartir las dosis con COVAX. “Los países del G7 han demostrado liderazgo, pero necesitamos que todos den un paso adelante”.

La OMS se mostró comprensiva con las presiones políticas a las que se enfrentan los líderes de los Estados de rentas altas, sin embargo, el propio Tedros había advertido previamente que el mundo se enfrenta a un “fracaso moral catastrófico” si las vacunas contra la COVID-19 no se distribuyen de forma equitativa. 

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Son muchas las voces, incluso dentro de la Organización Mundial de la Salud, que solicitan tanto a los Gobiernos occidentales como a los principales fabricantes de dosis que renuncien a la propiedad intelectual de las vacunas para permitir el aumento de la producción y un reparto más equitativo. 

La petición de unidad y cooperación por parte del director general de la OMS contrasta con los movimientos llevados a cabo en las últimas semanas por parte de las grandes potencias. China prepara acuerdos en África, mientras Rusia distribuye vacunas en América Latina. La Unión Europea, por su parte, plantea el envío de más vacunas a los países más pobres, todo ello al margen del mecanismo COVAX.

La diplomacia en relación con las vacunas va en ascenso. Los casos más destacados son los de China y Rusia. Pekín ha ofrecido cientos de miles de dosis de su vacuna Sinopharm a Namibia, a la República Democrática del Congo y a Guinea; Moscú negocia la entrega de dosis de su vacuna Sputnik V con Croacia mientras las primeras ya se dirigen hacia México.