La VII Conferencia Internacional de Tokio sobre Desarrollo Africano reúne a más de 4.500 participantes entre representantes de gobiernos, organizaciones internacionales, tercer sector y sector privado

Comienza el foro económico TICAD entre Japón y Estados africanos

AFP/TOSHIFUMI KITAMURA - El primer ministro japonés, Shinzo Abe, en su discurso inaugural de la TICAD VII, celebrado en el centro de convenciones Pacífico Yokohama

Japón busca fortalecer sus vínculos con África. Ha sido inaugurada en Yokohama la séptima Conferencia Internacional de Tokio para el Desarrollo Africano (TICAD, en sus siglas en inglés), que se prolongará hasta el viernes 30 de agosto. El encuentro está destinado a promover un crecimiento sostenible, abierto e inclusivo en el continente africano, así como a explorar nuevas vías de cooperación a nivel multilateral y bilateral en sectores estratégicos. 

El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, ha ejercido de anfitrión en la sesión inaugural de esta séptima edición, a la que han acudido más de 20 mandatarios africanos. Entre ellos, figuran el presidente de Egipto Abdelfatah al-Sisi, que copreside el foro junto a Abe, y Muhammadu Buhari, jefe de Estado de Nigeria, la mayor economía de África. Igualmente, Brahim Ghali, presidente del Frente Polisario, respondió afirmativamente a la invitación.  

En su discurso de apertura, Abe ha destacado las oportunidades que ofrece la cooperación económica tanto a Japón como a los Estados de África. El mandatario nipón, en una intervención muy didáctica, se ha referido, en concreto, a “las dos E”, emprendimiento y empresa, y a “las dos I”, inversión e innovación, como pilares de la política de intercambio.

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Abe se ha comprometido a poner en práctica políticas que faciliten las inversiones japonesas, principalmente del sector privado, en empresas y proyectos en África. En los próximos tres años, el Ejecutivo de Tokio planea que se movilice un volumen de inversión privada de 20.000 millones de dólares. Asimismo, el jefe de Gobierno ha puesto de relieve la importancia de lo que se denomina la “iniciativa Abe”, un programa para la acogida en Japón de estudiantes universitarios de máster que ofrece prácticas en empresas. Puesto en marcha hace seis años, se prevé que, en los próximos seis, beneficie a 500 personas al año. 

La TICAD fue celebrada por primera vez en 1993. La conferencia se organiza en partenariado con Naciones Unidas, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Banco Mundial y la Comisión de la Unión Africana. Hasta el año 2013, cuando tuvo lugar la quinta edición, se reunía cada cinco años. Desde entonces, ha sido convocada cada trienio, alternativamente en territorio africano y japonés. Nairobi fue la sede de la sexta edición en el año 2016. 

Encuentros bilaterales 

Después de su presentación, el dirigente japonés ha mantenido varios encuentros bilaterales. La que más expectación ha generado es la que se ha dado entre Abe y Abdelfatah al-Sisi. La reunión con el presidente de Egipto ha durado menos de media hora y se ha producido el mismo día que el encuentro, al margen de TICAD, entre Abe y el ministro de Exteriores iraní Javad Zarif. 

El diálogo con Al-Sisi ha estado marcado por un tono cordial. Abe ha ensalzado el papel de Egipto como líder regional y estabilizador en Oriente Próximo. Ambos líderes se han referido también a Corea del Norte, rival y vecino cercano de Japón. Al-Sisi ha mostrado su comprensión y apoyo a la posición nipona con respecto a la situación geopolítica en el este de Asia. En materia económica, Abe ha manifestado su intención de expandir el programa de becas Egipto-Japón de la Universidad de Ciencia y Tecnología. Ha anunciado, de igual modo, la creación de un comité conjunto para la promoción de inversiones. Como contrapartida, ha instado a las autoridades egipcias a favorecer, en la medida de lo posible, el intercambio entre ambos países a través de la eliminación de barreras comerciales. 

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Abe, además, se ha reunido con el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, y el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Faki Mahamat. Entre los líderes nacionales que ya han intercambiado impresiones con Abe, se encuentran Cyril Ramaphosa, presidente de la República de Sudáfrica, y Uhuru Kenyatta, de Kenia. Durante ambas conversaciones, Abe ha abogado por la apertura del océano Índico, de forma que el comercio entre países asiáticos y de la costa oriental de África sea fluido y se realice en condiciones de seguridad.  

El anfitrión del foro ha tenido, asimismo, un breve diálogo con el primer ministro de Argelia, Nourredine Bedoui. Abe ha confiado en que la transición hacia un régimen más democrático en el país norteafricano culmine en una situación de paz y estabilidad en toda la región. En particular, se ha mostrado interesado en las posibilidades que ofrece su territorio para las inversiones de la potente industria automovilística nipona. 

Más allá del diálogo en el nivel más alto del Ejecutivo, el ministro de Exteriores nipón Taro Kono se ha reunido con sus homólogos de Senegal, Libia, República del Congo y Túnez. Al margen de los encuentros institucionales, Yokohama ha acogido diversos foros e iniciativas promovidos por empresas y asociaciones, como la Japan-Africa Business Expo, cuyo objetivo es crear redes de trabajo para el fomento de la innovación en sectores como la educación, la agricultura y la sanidad.