Llamémosle caos

Por Mayte Carrasco
Foto: Abu Bakr al Baghdadi, jefe del Estado Islámico.
Abu Bakr al Baghdadi. Quédense con este nombre. Les sonará más que Bin Laden en unos años si el grupo que dirige sigue evolucionando como hasta ahora: ISIS (Estado Islámico de Irak y al Sham*). Puede que les recuerde al nombre de una diosa egipcia, a un grupo de investigación de seguridad, pero por lo del Estado Islámico nos viene el tembleque. Lo mencionan los medios, día sí, día también, mostrando sus atrocidades sin explicar qué “x” son. No es Al Qaeda, no. Es algo más, porque Baghdadi está a la derecha de Al Qaeda, con la que se peleó, y se podría llamar Baghdadi o Baghdudo, da igual. Llamémosle caos. Llamémosle terrorismo yihadista radical de siempre, expansionista y victimista, con sus productoras de vídeo que ya vemos desde hace años, con su twitter y sus modernos hastag, con sus vídeos de youtube con ejecuciones en semi directo, pero mucho peor. Esta nueva calaña se vende con gran éxito en las redes, donde recluta a jóvenes yihadistas del mundo gracias a un perfecto aparato de marketing a la americana. Se nota que la humanidad anda del todo desinformada: la propaganda tiene hoy una eficacia depredadora, digna de estudio.
El gran peligro de este señor y de su séquito, que ya pululan desde el 2006 por Oriente Medio bajo otros nombres, es que ahora han encontrado el nido perfecto, se reproducen en un ambiente nuevo y en plena metamorfosis de toda una región: en esa tremenda y sangrienta guerra fría que enfrenta a Irán y Arabia Saudí. Irak y Siria, los escenarios del combate, son ahora un gran nido caliente en el que grandes pájaros les cobijan, les calientan y les alimentan para que puedan nacer nuevos polluelos sanguinarios. Y ahora están forrados y con armas nuevas robadas en Irak. ¿Quienes son éstos nuevos pajarracos? No sé. Pero son buenos en visibilidad. Qué buenos los de ISIS con esto del marketing, ¿eh? Porque hablamos más de ellos que de los civiles sirios, a los que ya sólo les quedan dos caminos: el de la frontera y el exilio, o el de la tumba y el Paraíso.
Dos mil muertos en Irak sólo en el mes de junio. Récord desde el año 2007. 200.000 muertos en Siria desde que comenzó la guerra, con la catástrofe humanitaria más grave de este siglo y 2,6 millones de refugiados, según ACNUR. Los habitantes en Aleppo, que sufren una salvaje ofensiva militar, no solo temen las bombas de barril del régimen, que siguen matando a diario de treinta en treinta, sino que se mueren de miedo cuando oyen que andan cerca los que crucifican a los enemigos a unos 40 kilómetros de sus casas. Sí, han oído bien, crucificar. A ellos también, a los que luchan contra Al Assad, a los combatientes que no quieren oír eso del Estado Islámico. No me digan que lo del crucificar no impacta más que la lapidación, más que las amputaciones de manos y los castigos talibanes en los campos de fútbol de Kabul de principios de siglo. Marketing del bueno, ya digo, que hay que despertar a la audiencia dormida y señalar “aquí estoy yo” con la mayor brutalidad posible. La publicidad es al terrorismo lo que el oxígeno al hombre: sin él no funciona el resto de la máquina. Baghdadi se ha proclamado ‘Wali’, líder de un Califato Islámico que incluye a Irak y Siria.
En Aleppo y en Siria en general, la resistencia ya le envió a hacer puñetas, como diría mi abuela, con combates abiertos en el que murieron miles de combatientes que tienen doble enemigo: el régimen y estos radicales salvajes a los que no quieren ni los mismos radicales de siempre. Aunque en Occidente nos empeñamos en seguir mostrando la violencia de Irak y Siria a través de este nombre, ISIS, y de este señor. Simplificando, como siempre. Ahora su sola mención parece inevitable: Baghdadi existe. Se está haciendo más famoso que Al Qaeda. Y es que Al Assad alertó de un monstruo y de tanto imaginarlo, apareció. Así es el universo, sólo hay que pedir las cosas para que nos las regale: cuidado con lo que se desee y se convierta en realidad, sobre todo si es maligno. Lo del monstruo-miedo, el enemigo y todo eso les encanta a los políticos de todo el planeta, es muy útil para tener a las masas controladas, como dice Chomsky. En Europa nos bombardean con tanta noticia sobre “el retorno del yihadista” combatiente a su dulce casa vecina, al ladito de nuestra puerta ¡señor! ¡qué terror! Llevábamos ya un tiempo sin miedo. No digo que no haga falta temer y controlar, porque es evidente que hay una gran frustración en todos aquellos que vieron la guerra de Siria. Yo también la siento y no soy terrorista. Yo creo que a lo que más hay que temer, señoras y señores, es a nuestras propias conciencias. El monstruo se crió, se alimentó y creció frente a nuestras narices mientras mirábamos para otro lado, mientras nos rociábamos con el perfume de la indiferencia a ver si el olor de los muertos no llega hasta aquí. De tanto repetir que existen y que vienen, corremos el peligro de hacer nuestros peores sueños realidad.
(*) El denominado ISIS es un movimiento iniciado en 2006 de la alianza de varios grupos yihadistas que se llamaba Estado Islámico de Irak. El ‘Levante’ fue añadido en 2013. En árabe clásico se utiliza el término ‘Sham’, que designa Damasco, pero corresponde a un territorio mencionado en el Corán y que engloba Siria, una parte de Irak, Líbano, Jordania y el sur de Turquía, además de Israel y los territorios palestinos. En árabe el acrónimo es 'Daech' (o ‘Daiish’), pero más utilizado de forma peyorativa por los no yihadistas. Estos últimos utilizan el término 'Dawla', Estado. (fuente: Libération).