Trump humilla a la UE con sus aranceles y la lleva al borde de la recesión

Diversos grupos políticos, en distintos países que forman parte de la UE, están tan indignados que incluso piden que ruede la cabeza de Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
En las susodichas cartas arancelarias de Trump, este amagó a la UE con un arancel recíproco del 30 % que entraría en vigor a partir del 1 de agosto y obligó con ello a una negociación a marchas forzadas bajo el chantaje de subir el arancel al 50 %. Los europeos llegaron prácticamente mermados y resignados para alcanzar el menos malo de los acuerdos con Washington.
Es decir, se ha impuesto completamente la voluntad de Trump: los aranceles recíprocos quedaron finalmente en el 15 % y no en el 10 % como proponía la Comisión Europea; tampoco Trump ha movido un solo dedo para reducir los aranceles del 50 % al acero, cobre y al aluminio ante la creciente preocupación de las acereras europeas que ya esperan pérdidas o una considerable reducción en sus ventas.
El acuerdo de Turnberry (se firmó en el club de golf Trump Turnberry en Escocia) también lleva una letra pequeña como hace unos días sucedió igualmente con la negociación arancelaria de Estados Unidos con Japón.
Para la UE, la exigencia ha sido tajante: de acuerdo con el informe proporcionado por la Casa Blanca, la UE comprará 750.000 millones de dólares en energía estadounidense y realizará nuevas inversiones por 600.000 millones de dólares en la Unión Americana a más tardar en 2028. Y, en el apartado de armamento, la Unión Europea acordó comprar cantidades significativas de equipo militar estadunidense.
“Este colosal acuerdo permitirá a los agricultores, ganaderos, pescadores y fabricantes estadounidenses aumentar las exportaciones estadounidenses, ampliar las oportunidades comerciales y ayudar a reducir el déficit comercial de bienes con la Unión Europea”, de acuerdo con la Casa Blanca.
¿De cuánto es el déficit de Estados Unidos con los europeos? A partir de información proporcionada por la Comisión Europea es importante diferenciar entre la balanza de servicios y la balanza comercial; en la primera, el año pasado, la Unión Europea importó servicios de Estados Unidos por valor de 482.500 millones de euros; y, en cambio, le vendió servicios a la Unión Americana, por valor de 334.500 millones de euros. Es decir, en la balanza de servicios, Estados Unidos tiene un superávit por 148.000 millones de euros.
La UE le vende a la Unión Americana servicios profesionales, científicos y técnicos; en cambio, le compra servicios profesionales, científicos, técnicos, servicios de telecomunicaciones, informática e información y paga además tasas por el uso de la propiedad intelectual.
Caso contrario es la balanza comercial. En este apartado, el año pasado, el comercio de bienes entre la UE y Estados Unidos ascendió a 867.000 millones de euros es un comercio boyante que se ha duplicado en la última década; en 2024, la UE le vendió mercancías a la Unión Americana por 532.300 millones de euros y, en cambio, compró a Estados Unidos un total de 334.800 millones de euros. Es decir, hay déficit por 197.500 millones de euros que Trump quiere corregir a toda costa.
En más de una ocasión, el presidente estadounidense, ha tachado de ingratos a los europeos y les ha señalado por aprovecharse de los estadounidenses aseverando que los tratan muy mal.
¿Qué es lo que más venden a Estados Unidos? Sobre todo, productos medicinales y farmacéuticos; vehículos, además de maquinaria y equipos industriales en general. Entre muchos otros bienes agrícolas o vitivinícolas.
Por esa razón, la industria farmacéutica europea ha estado tan preocupada por el tema arancelario ante el temor de perder presencia en un mercado bastante relevante.
La magnitud del comercio trasatlántico es considerable: la Unión Europea y Estados Unidos tienen la mayor relación bilateral trasatlántica de comercio e inversión. Juntos, representan casi el 30 % del comercio mundial de bienes y servicios y el 43 % del PIB mundial.
En 2024, el comercio transatlántico de bienes y servicios alcanzó más de 1,68 billones de euros. Tanto la UE como Estados Unidos son los principales socios comerciales en materia de bienes entre sí: Estados Unidos es el principal socio comercial de la UE para las exportaciones de la UE y el segundo socio (después de China) para las importaciones de la UE.
Al respecto de los productos que la Unión Americana más exporta a los europeos figuran los medicamentos y productos farmacéuticos; la maquinaria y equipo de generación de energía, así como los productos derivados del petróleo y materiales relacionados.
La dependencia energética europea es su punto más débil y ha quedado expuesta tras la invasión de las tropas rusas a Ucrania hace casi tres años. El petróleo y el gas rusos que antes compraban ha debido sustituirse una parte con proveedores africanos y americanos. Trump quiere que su país ocupe el lugar de suministrador de preferencia que antes tenían los rusos.
En cuanto a países, Alemania, Italia e Irlanda se encuentran entre los principales exportadores de la UE a Estados Unidos. Por eso es por lo que el acuerdo comercial impuesto por Trump es visto como una puerta para la recesión en la UE considerando que Alemania es la locomotora económica e Italia es la tercera economía europea de mayor peso; mientras Irlanda es el país con mayor exposición porque su cuota exportadora es del 45,8 % hacia Estados Unidos.
De los países que más importan de Estados Unidos, en primer lugar, está Países Bajos; le sigue Alemania, Francia y Luxemburgo fundamentalmente. Pero también otros países europeos hacen diversas importaciones con menor proporción.
Dos puntos de vista
El acuerdo que no fue signado en Bruselas, sede de los poderes institucionales de la UE, debió trasladarse al campo de golf que tiene Trump en Escocia tras negarse a hacerlo en Bélgica acaso para demostrar que él tiene el mando. El arancel si bien se ubicó debajo de la tasa amenazada del 30 % y quedó en un 15 % se sitúa por encima de la tasa universal del 10 %.
Durante su breve encuentro, de menos de una hora, con Úrsula von der Leyen, en todo momento el mandatario norteamericano quiso dejar muy en claro que primordialmente se favorecía a los intereses estadounidenses.
“Tenemos un gran, gran acuerdo… Yo diría el mejor acuerdo jamás alcanzado entre Estado Unidos y la Unión Europea. Digamos que hemos logrado preservar nuestros intereses fundamentalmente”, defendió Trump.
A su vez, Von der Leyen, agradeció a Trump por su compromiso personal y su liderazgo para lograr este avance en materia comercial: “El presidente Trump es un negociador duro”.
La UE eliminará aranceles significativos a Estados Unidos incluidos en todos los productos industriales. Trump prometió a sus votantes que llegarán más y más productos norteamericanos a los consumidores europeos.
En busca de ese comercio equilibrado que Trump esgrime, la UE se queda con un arancel del 15 % que incluso pagará sobre automóviles y autopartes, productos farmacéuticos y semiconductores.
En el capítulo de las barreras no arancelarias para las exportaciones industriales norteamericanas, la UE flexibilizará los requisitos gravosos para favorecer de forma particular a las pequeñas y medianas empresas norteamericanas deseosas por hacer negocio en cualquiera de los veintisiete países miembros del club europeo.
Y, en el renglón de las barreras para las exportaciones agrícolas de Estados Unidos, la Unión Europea se ha comprometido a simplificar los requisitos para los certificados sanitarios para la carne de cerdo y los productos lácteos norteamericanos.
Otro punto polémico, el relacionado con el comercio digital: la UE se comprometió a que no adoptará, ni mantendrá tarifas de uso de la red. Además, Estados Unidos y la Unión Europea mantendrán cero derechos de aduana sobre las transmisiones electrónicas.