
La Conferencia sobre el Futuro de Europa es una iniciativa europea, anunciada por la presidenta Úrsula von der Leyen en julio de 2019, en la que se tiene que debatir acerca de diversas cuestiones. En principio parecía que se iba a centrar en la posibilidad de reformas en las Instituciones de la UE, sobre todo respecto de la entronización del “spitzenkandidat” (necesidad de que el presidente de la Comisión Europea se elija por el Parlamento de entre los cabezas de lista de los grupos que se presentaron a las elecciones), tema que centró en buena parte la campaña de las últimas elecciones europeas. Ahora todo parece indicar que se abren mucho más los temas a tratar, desde otras reformas institucionales, a la emigración, el refuerzo del Estado de derecho, la sanidad, los instrumentos de participación de la ciudadanía en la toma de decisión de la Unión, la crisis económica y otros.
El 11 de marzo, los tres presidentes de las Instituciones, Sassoli por el Parlamento Europeo, Von der Leyen por la Comisión y Costa por el Consejo de la Unión Europea, han firmado la declaración institucional de puesta en marcha y anunciado que la Conferencia iniciaría sus trabajos el 9 de mayo, un año después de lo que estaba previsto.
Algunas ideas propuestas para la Conferencia son:
A) Importancia de la Conferencia para el futuro de Europa (CFE) a corto, medio y largo plazo.
Una Conferencia sobre el futuro de Europa que no solo fije sus objetivos, a corto, medio y largo plazo, sino la posibilidad y los medios para alcanzarlos, con el compromiso real de las voluntades políticas que han de llevarlo a efecto, se revela imprescindible y perentorio.
B) Puntos más importantes que se deberían abordar en ella.
Sugiero tres puntos-ejes en torno a los que debería ordenarse la CFE.
- Voluntad política.
- Exigencia inexcusable del Estado de derecho.
- Reformas institucionales concretas.
B.1) Con la expresión “voluntad política”, se quieren señalar dos cosas. Una primera es determinar si los sujetos llamados a llevar a efecto los acuerdos de la CFE está realmente decididos a hacerlo. La segunda debe operar si la primera no es posible, y es seguir férreamente la técnica de las capacidades frente a los deseos.
B.2) El Estado de derecho, para que sea tal efectivamente, ha de constar de tres pilares. El reconocimiento y la garantía de los derechos y libertades humanos, y la separación de los poderes del Estado, real y efectiva, con mecanismos de balanceo, siguiendo la regla de que el poder frene al poder, y como cúspide de todo ello una Constitución, norma suprema y verdadera norma jurídica, que obligue por igual a gobernantes y gobernados.
B.3) Reformas institucionales concretas sobre legitimidad democrática, el poder ejecutivo, política exterior y política de defensa.
Prof. Dr. D. Daniel Berzosa, miembro del Comité Científico y de la Global Academy de Citizens pro Europe